Celeste Cid, en su vuelta a la ficción enfrenta un divorcio complicado y sus miedos a sumarse a un proyecto desconocido
En una de las tantas mansiones de una de las zonas más exclusivas y parisinas de Buenos Aires, Star+ realiza la presentación para la prensa de Planner , la serie ideada y producida por la event planner Bárbara Diez , exesposa del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Por la casona rodeada de edificios de embajadas, tanto en los jardines y en los salones de ese noble construcción circulan impecables asistentes, asistentes de asistentes de diversos rubros, bandejas con cosas ricas para comer, fotógrafos buscando locaciones, organizadores pendientes de estrictos cronogramas y gente que entra y sale mientras se comunican entre ellos en voz baja como si estuvieran esperando el grito de “¡Acción!”. En medio de esa tensa fluidez diagramada, planificada y lookeada, en el momento indicado según lo escrito en una planilla de varios colores se abren dos puertas que dan a un inmenso salón de pisos de roble de Eslavonia, pinturas al óleo e importantes cortinados hasta el piso en donde hay que aguardar unos minutos hasta que, nuevamente, se abren otras dos puertas gigantes de madera en donde aguarda sentada Celeste Cid, la protagonista de la serie en la que hace de Malena Carregal, organizadora de eventos de alta gama. En esta comedia dramática de nueve capítulos escrita por Pablo Bossi, Mariana Wainstein, María Zanetti y Luz Márquez que estará disponible hoy la dirige Daniel Barone, con quien trabajó en varias oportunidades.
Lógicamente, la femme fatale de Resistiré o una de las amigas de Locas de amor, la que acaba de confirmar su relación con el músico Abril Sosa, la madre de dos hijos, está rodeadas de más asistentes, de asistentes de asistentes, de camarógrafos, de un cronómetro que indica el tiempo establecido para la nota y de perfectos arreglos florales que generan un estudiado contraste cromático con su espectacular vestido total black que luce con un amplia sonrisa y gestos de extrema calidez.
— Esta semejante puesta en escena parece a un capítulo de Planner...
— Sí, soy Mariana Malena Carregal y es un placer tenerte como nuestro primer invitado de este reality.
— ¿Y cómo te sentís como conductora de este reality?
— Bueno, voy a pasar a mostrar la ropa...
Celeste Cid se ríe de todo esto con total manejo de la situación. Aunque alguna vez confesó que dar notas no es algo que le guste, se mueve como una experimentada conductora de este reality a sabiendas que tiene una larga jornada de notas respondiendo preguntas que, inevitablemente, se irán repitiendo. Como, por ejemplo, contestar cómo fue su llegada a Planner.
“El primer acercamiento fue antes de la pandemia, en 2019, a partir de un contacto con Bárbara Diez, que es la especie de gurú de este proyecto, productora ejecutiva de la serie y nuestra referente por su trabajo, por su ocupación y por su experiencia -cuenta-. Toda esta situación se fue buscando porque es una serie que estuvo viva durante mucho tiempo y ahora me da mucha alegría poder estrenarla”.
— ¿De dónde la conocías a Bárbara Diez?
— No tenía vínculo previo y creo que fue ella la que propuso que fuera yo la actriz para este personaje.
— ¿Le preguntaste por qué?
— No, pero pará que la llamo [se ríe y hace el ya gesto de agarrar esos viejos teléfonos previos a la existencia de los celulares].
— No creo que te atienda, debe estar ocupada con otro capítulo de este reality.
— En verdad, pero no le pregunté por qué me propuso. Lo cierto es que trabajando juntas notamos que por más que nuestras profesiones sean distintas tenemos una forma de tomar al trabajo muy parecida. Somos muy milimétricas, muy puntillosas, de mucha planificación en cierto sentido y de mucho amor por lo que hacemos. No es que entramos a tal hora y luego te fuiste a tal hora a tu casa y se acabó ahí, sino que es una especie de ebullición que uno siente en la que todo el tiempo estás resolviendo cosas que no funcionan tanto pero que forman parte del proceso.
— ¿Y cómo fue ese proceso? Porque en ese mismo tránsito siempre hay marchas y contramarchas que forman parte de la naturaleza de todo esto...
— Sí claro, es lo que hace que exista un aprendizaje porque si todo transcurriera tal cual lo planeado estaríamos tranquilos porque hicimos las cosas bien. Cuando uno siente que hay cosas que te desafían son esas cuestiones las que me gustan. Cuando me llaman para hacer algo que no tengo idea me da miedo, la noche anterior la paso mal, no duermo, me duele la panza, me pasa todo lo peor, siempre. Después entiendo por qué me pasa eso porque comprendo que me enfrento a algo que no conozco y que eso mismo me inquieta.
— ¿Ayer te dolió la panza antes de encarar esta serie de entrevistas?
— Un poco…, ahora mismo me está pesando [se vuelve al reír mientras se toca el estómago y pone cara]. De todos modos, es un lugar relindo el día a día de un trabajo.
— Esta serie, producto del “detalle” de la pandemia, implicó para vos un largo tiempo sin trabajar.
— Tal cual, y estuvo bien con lo difícil que fue para todos ese tiempo. Soy de las personas que deciden pararse en pensar qué nos dejó todo aquello. Para algunos, implicó un montón de cosas; mientras que otros están en nada, lo cual es preocupante.
— Cuando comenzaron a filmar, ¿con qué te reconectaste como actriz, como persona que recuperaba su rutina creativa?
— Fue todo en el contexto de trabajar con barbijos, testeos todos los días y protocolos para una profesión de mucho contacto, de mirada, de ver lo que le está pasando al otro y cómo eso te modifica. A veces estábamos en plena filmación y Dany Barone nos indicaba empezar a filmar y cuando nos sacábamos los barbijos era todo muuuuy raro. No saco del contexto que Planner se hizo en medio de una situación general que nos afectó a todos.
— Y, paradójicamente, estuvieron filmando un serie que gira alrededor de eventos sociales que era una de las cosas prohibidas.
— Totalmente y con el tiempo eso es algo que aprecio más todavía. Pensá que hubo escenas con 200 o 300 personas todas testeadas. Hubo mucha movida alrededor de todo eso lo cual me lleva a pensar que más valor tiene lo realizado.
— Evitando spoilear, en la primera escena hay una muerte súbita...
— Para..., eso es como en el capítulo 4 o 5... [y pone cara de sorpresa]
— Uf, dejalo pasar, me debo haber perdido en el orden.
— Pasa. Una vez vi una serie y empecé por el último capítulo hasta que me di cuanta que algo raro sucedía...
— Salvando el fallido, en esa primera escena de uno de los capítulos, ¿la escena de la muerte súbita es una cita a Six Feet Under?
— Es una de mis series favoritas, pero nunca lo había relacionado. Lo que sí está bueno es aclarar es que cuando uno dice planner lo primero que se te viene es una wedding planner cuando, en verdad, el trabajo implica un montón de posibilidades: desde un cumpleaños hasta un funeral, como el evento de ese capítulo.
— En tu vida personal, ¿cuál fue tu mejor evento como organizadora?
— Soy muy de organizar los cumpleaños de mis hijos. Me redivierte. Pensar en los dibujos que mira, las formas de las galletitas, la torta que quiere.
— Planner implica, entre otras cosas, volver a trabajar con Daniel Barone con quien habías hecho Para vestir santos, bella serie.
— Tremenda serie.
— ¿Cómo es trabajar con él?
— Hermoso. Dany ama sus trabajo, ama a los actores. Mi sensación es que te lee el corazón. Confío en él cien por cien, lo sigo. Cuando pasa algo así, que no sucede a menudo, uno no puede más que agradecer. Nos pasó en algunas escenas que sentíamos que algo no funcionaba y Dany frena todo para pensar lo que sucede. Recuerdo que nos pasó en dos escenas.
— ¿Qué había sucedido?
— No te lo pienso decir porque sino las vas a ver y vas a decir: “Ah, acá frenaron, acá pasó algo” [se ríe la conductora del reality]. ¿Viste que para los actores los finales de un capítulo, yo vengo de esa época, deben terminar muuuy arriba? Bien, a veces no. En uno de ellos él hizo uno en ese otro modo y fue relindo porque apareció como una emoción, como algo que se agradece que pase.
En la ficción, Celeste Cid, como esa tal Malena Carregal, acaba de divorciarse no necesariamente en los mejores términos de Marcos Gutiérrez (Gonzalo Valenzuela ). Así es como esta madre de un adolescente debe dejar la agencia de eventos corporativos que dirige su ex y, a instancias de su amiga Cale (Leticia Siciliani), crea su propia empresa de organización de eventos sociales en su casa, corriendo muebles, organizando la vida junto a su hijo adolescente. A ellos se le suma un reconocido ambientador (Guillermo Pfening), un exasistente de su marido (Marcos Montes) y su hermana (Camila Peralta). Claro, no todo es glamoroso. En lo profesional, a veces la gente, como dice uno de los personajes, gasta mucha pero mucha plata para pasarla mal. En paralelo, cada uno de los personajes están en pleno proceso de patear el plan de lo establecido. Malena, en este mapa de tensiones emotivas y grandes puestas en escenas de mundos perfectos, no la tiene fácil. Por las dudas, como aclaró la misma Bárbara Diez en un reportaje con LA NACION, todo es real en lo referente a la organización y realización de esos grandes eventos, pero el resto es pura ficción.
— Más allá de la organización de cumpleaños, funerales, presentación de un producto y una boda hay otra capa en Planner que es la historia de esta mujer que tiene reinventarse.
— Total, lo mismo que cada uno de los personajes porque, de algún modo, todos están atravesando ese momento de replantear las cosas. Malena en particular tiene un personalidad de mucho control aplicado a su trabajo profesional, pero a su vida personal no le prestó mucha atención. Pasó muchos años cuidando a su hijo y muy a la sombra de su marido como signo, tal vez, de otra época. De repente, se le desacomodan los planes y intenta reacomodar su vida. Las preguntas que se le abren pueden ser tan enloquecedoras como de mucha luz.
— ¿Fue ese capa de la historia uno de los motivos por el cual decidiste sumarte a esta historia?
— Sí. Pero siendo muy sincera me pasa que al estar Daniel Barone con esa mirada que tiene… Justo el otro día leía, puede sonar a cualquiera, que muchas veces nos dejamos llevar por narrativas muy moldeadas que está bueno revisar. Dany hace eso: parar y revisar lo planeado para contar algo que es un clásico. Una historia de una separación, un reamarse, una persona que buscar romper con cierto sistema de creencias contado con belleza y con poesía, que es lo que Dany Barone y todo el equipo me propusieron.
— ¿Cuál fue el momento de un capítulo que pensaste que rompía esa trama convencional?
— Es difícil elegir un solo momento. Los eventos en sí mismos son tan visuales, tan bello lo que ves que se hace mucho pie en eso. Y ya hay una segunda temporada, que ya filmamos, que tratá de verla en orden…
La conductora del reality se ríe con picardía y empatía más allá de todo el entorno milimétricamente organizado para la presentación de la serie realizada por Pegsa. Su propio plan para lo que resta del año es publicar una novela que en este momento está en pleno proceso de reescritura, revisión y edición. Pero de eso no puede hablar mucho. Y tiene otra ficción en carpeta. Pero tampoco puede hablar. Desde hoy, la palabra la tiene Malena, sus planes perfectos para los grandes eventos en medio de un cotidiano ni tan producido ni glamoroso ni con finales bien arriba (aunque nunca se sabe).