Celia Lora o cómo es posible vivir del escándalo en México (y salir impune)

Alex Lora es un notable exponente del rock mexicano, como líder de la banda 'Three Souls in my Mind' creada en 1968 y que eventualmente se convertiría en 'El Tri'. Su esposa desde 1980, Celia García Guerrero, 'Chela', ha sido su apoyo incondicional; le hace coros, es la fotógrafa oficial de sus giras y su brazo derecho. Juntos, han hecho un gran equipo y son una pareja sólida que ha trabajado muy duro para ocupar el lugar que tienen. Pero (siempre hay un pero) si hablamos de su primogénita, Celia Lora, las cosas son un poco diferentes.

MEXICO CITY, MEXICO - FEBRUARY 06: Celia Lora and her parents Alex Lora y 'Chela' Lora pose for photo during 'Hoy no me Puedo Levantar' musical red carpet at Centro Cultural 2 on February 6, 2020 in Mexico City, Mexico. (Photo by Medios y Media/Getty Images)
Celia Lora y sus padres, Alex y 'Chela' en Ciudad de México. (Medios y Media/Getty Images)

En cierta forma, Celia es más famosa hoy en día que sus padres — aunque literalmente, hace unos 12 años, no era conocida— y esto es porque se ha hecho de un nombre dentro del mundo del espectáculo en México a base de escándalos, controversias, polémicas, reyertas, rifirrafes y toda clase de irigotes que la ponen en las cubiertas de todas las revistas, dejando en segundo plano la que ostensiblemente es su carrera, como modelo (que sí, lo es, ha posado para Playboy, H, Men, etcétera), actriz (?) y cantante (!).

Su nombre se ha vuelto sinónimo de polémica y ha demostrado que se puede vivir (¡y vivir muy bien!) de dar la nota, dando el ejemplo a otras 'celebridades instantáneas' desobligadas y sin talento, que aunque han tratado de imitarla, no lo han logrado del todo porque eso sí, tengo que decirlo: hasta para ser una persona conflictiva, escandalosa y ególatra hay que tener estilo y eso sí que a la señora le sobra.

Lo suyo no son pleititos de nada, ni dimes y diretes en redes sociales: a Celia Lora se le dan los escándalos gordos; los grandes, los jugosos, los que tienen 'carnita' y que, naturalmente, la mantienen en el candelero. Para alguien como ella, que tiene una evidente necesidad desesperada de llamar la atención, es vital hacer que esas cosas sucedan.

Quizá el escándalo más grave y el que la puso definitivamente en el mapa ocurrió el 8 de mayo de 2011, cuando, al ir conduciendo bajo los efectos de bebidas embriagantes, embistió con su auto último modelo a un hombre de 34 años llamado Pedro Ávalos, que se encontraba utilizando una caseta telefónica.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal la liberó pese a que sus exámenes toxicológicos arrojaron que conducía en estado de ebriedad y esto causó un escándalo en el que se habló de tráfico de influencias, amén de que la familia de Ávalos, que era padre de niños pequeños, quería justicia porque no fue ni siquiera indemnizada. Fue tal el escándalo que se tuvo que remitir a Lora a una investigación y arrestarla esta vez por homicidio imprudencial.

Celia estuvo recluida en un ala de seguridad del reclusorio de Santa Martha Acatitla (es decir, no convivió con la población general) por espacio de 94 días y la apelación para ponerla en libertad fue desahogada por los magistrados en menos de un mes, cosa que causó mucha controversia, ya que se hablaba en ese momento de que parecía que la joven estuviera por encima de la ley.

A Celia se le concedió la libertad sustitutiva, aunque durante cuatro años no pudo conducir ningún vehículo debido a la cancelación de su licencia y además le fueron negados sus derechos políticos como votar o ser votada en una elección y por supuesto, su nombre (y por consiguiente el de sus padres) anduvo de boca en boca en todos lo programas ese año. Mientras que los Lora se arreglaron con los deudos del hombre muerto en privado, Celia nunca demostró (hasta el sol de hoy) alguna clase de arrepentimiento genuino por la tragedia causada por su irresponsabilidad.

Ahora bien, usted pensaría que esto bastaría para que cualquier persona se apartara, sino definitivamente, por lo menos una larga temporada, de la vida pública y de generar escandalazos, pero para Celia fue como decirle "¡vas! ¡Aviéntate el que sigue!" y de ahí no ha parado: En 2019 volvió a estar en el ojo del huracán por las declaraciones fuera de tono que hizo en contra de Andrés Manuel López Obrador.

Todo sucedió durante su visita en el programa 'La Saga', conducido por Adela Micha, cuando la Lora le dijo a Micha que le mandara saludos a un amigo que estaba enamorado de la periodista, a lo que Micha respondió.”Ay, pues preséntamelo, ¿no?”. En ese momento que Celia Lora abrió la boca sin pensar dos veces y soltó un comentario: “Es un p*ndejo, porque le dije ahorita que viniera pero estaba volando con tu tío, el Peje (apodo por el que se le conoce popularmente a AMLO), y le dije: Mátalo por favor”.

Esto suscitó una feroz tunda por parte de los adeptos del presidente en las redes sociales, pero a Lora le dio lo mismo y siguió esta nota —que llevó a la Micha a una posición super incómoda— con otra "puntada", posar semidesnuda en la vía pública, frente a la columna de la Independencia, en pleno Paseo de la Reforma (y ya lo había hecho antes en Chernóbil, Ucrania, violando la zona de exclusión nomás por gusto y por exhibirse sin ropa).

Luego participó en 'La casa de los famosos' con otras celebridades controversiales como Alicia Machado, Gaby Spanic y Pablo Montero, al que acusó de acosarla sexualmente: el 17 de octubre de 2021, Lora denunció que sufrió acoso por parte de Montero durante las grabaciones del reality en un story de su plataforma de Instagram, señalando que el actor y cantante, que ahora graba la polémica serie biográfica no autorizada sobre Vicente Fernández, le había pedido tener relaciones sexuales. "En todo momento me tiró la onda y cuando le reclamé, empezaron los problemas entre él y yo, incluso, en una de las peleas pensé que me golpearía”, declaró Celia a sus miles de seguidores.

En suma, ha vivido toda su vida pública a base de escándalos y no ha sabido separar la vida "real" (o "privada") de la farándula. Y lo hace con pleno conocimiento de causa; no es una víctima en ningún caso. A ella le gusta perseguir la polémica y no sería de extrañar que en el futuro (de haberlo) siga haciendo exactamente lo mismo: explotándose o colgándose de la fama ajena para generar más fama (e ingresos: este mes es portada de Playboy México) sin necesidad de demostrar algún talento.

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