La chapuza acusa: qué es ‘greenwashing’ y cómo identificar si las empresas lo hacen

Cada vez somos más personas que buscamos reducir nuestro impacto ambiental: consumir menos plásticos, reciclar y reutilizar más, consumir local, comprar ropa de segunda mano, eeeen fin, estrategias hay varias. El tema está taaaan en onda que las empresas se han querido sumar, y aunque puede haber buenos ejemplos hay otros que nomás le quieren tapar el ojo al macho y aplican el greenwashing.

Pero como decimos en el título de esta nota: la chapuza acusa y sí, sí es posible identificar si alguna empresa nomás se quiere pintar la carita de color verde sin tomar completa responsabilidad de lo que eso implica.

Si tú estás en el proceso de cambiar tus hábitos de consumo y quieres asegurarte que los productos que compras sean seguros, acá te ayudamos a identificar cuando una empresa realmente está comprometida o cuando es puro bluff.

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Oye, pero ¿qué es greenwashing?

Bueno, bueno, antes de darle de lleno al tema, puede que no te quede muy claro el término, así que resolvamos esa parte primero:

Greenwashing es cuando las empresas utilizan publicidad o comunicación engañosa y aseguran que sus productos o servicios son sostenibles o presumen muchísimo que lo que hacen es eco friendly, biodegradable, “verde”, etc. La clave aquí es eso: no es real que sean tan amigables con el planeta.

En el sentido contrario, también existe el término green hush, que se refiere a las empresas que seleccionan a consciencia las acciones sostenibles en las que se van a enfocar y tienen en la mira todo aquello que deben resolver para alcanzar una meta sostenible.

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¿Por qué a las empresas debería importarles no hacer este “engaño verde”?

En 2021, la agencia Porter Novelli publicó su informe Business action for climate crisis en el que, entre otras cosas, revela cómo en el mercado estadounidense se ha hecho cada vez más importante tomar responsabilidad para combatir la crisis climática.

Pues resulta y resalta que ese estudio revela que 68% de las personas creen que a través de compras más sostenibles pueden tener un impacto positivo para frenar el cambio climático.

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Es un porcentaje altísimo y es importante para las empresas entender que, cuando una persona identifica que los esfuerzos por alcanzar metas climáticas son reales, esto genera más fidelidad hacia las marcas.

Fíjate nomás: de las personas que participaron, 73% dicen que la imagen de las empresas mejoraría y 58% incluso estarían dispuestas a pagar un poquito más por productos que les garantizaran que no hacen greenwashing.

¿Cómo hago para reconocer el greenwashing?

Bueno bueno, ya fue mucho bla bla bla, así que vámonos a lo bueno.

  • Mucho ruido y pocas nueces: si la empresa en cuestión utiliza muchas palabras “verdes” y no te dice sus procesos, desconfía.

La WWF dice que hay algunas palabras específicas que nos endulzan el oído, pero que a la mera hora puede que no signifiquen absolutamente nada.

Por ejemplo: hay empresas que utilizan mucho los prefijos Eco y Bio (eco telas, eco plástico, eco loqueseaquevendan); amigable con el ambiente; libre de plástico; biodegradable; sustentable; a base de plantas, etc.

Esto es problemático porque no te explican cómo es que son “amigables con el ambiente”; o si está hecho “a base de plantas”, cuál fue el proceso de manufactura; o si es “biodegradable”, cuál es el proceso que debe seguirse para que sí se degrade (spoiler alert: las bolsas que te venden como compostables o biodegradables, no lo son).

Échale ojito a: ¿Cómo serían el mundo y nuestras vidas si le ganamos a la crisis climática?

  • ¡Datos es-pe-cí-fi-cos!

Este tip es buenazo: si las marcas te dicen que sus productos son “ecológicos”, pero no te muestran realmente en qué sentido y no proporcionan datos específicos al respecto, puede que nos quieran ver la cara.

Según expertos de Bam Boo! Lifestyle, una empresa de productos de belleza, explican que las compañías que prometen tener objetivos de desarrollo sostenibles deben tener toda esa información al alcance de cualquier persona. Desde los empaques, hasta sus redes sociales y, por supuesto, en las páginas web.

  • Conoce a la familia completa

Este es otro tip de Bam Boo! Lifestyle y no, se refiere a que te van a decir cómo se llama la abuelita del dueño de cada empresa, sino que deben compartir la información de sus proveedores.

¿Pero pa’qué quiero saber quiénes les venden la miel a tal o cual empresa de dulces? Porque eso es transparencia.

Sabiendo quiénes son los proveedores hará que para nosotras como consumidores sea más fácil rastrear desde el proceso de los productos, hasta la cadena de suministro, las líneas de producción y hasta el impacto social y ambiental.

  • Rendición de cuentas

A este tip que comparte la organización Sistema B no le pudimos poner un título jocosón porque es uno de los temas serios.

En pro de la transparencia, las empresas deben dar informes de sostenibilidad. Es decir: debe ser una práctica habitual detallar sus prácticas corporativas, productos y progreso en sus metas medioambientales.

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  • Muy bonito y todo, pero ¿los empaques son reciclables o hechos de materiales reciclables?

Es importante que los empaques sean de materiales que sí se pueden reciclar o reutilizar.

Que no vayan a querer aplicar la de McDonald‘s hace unos años.

El chismecito es este: en 2018 la empresa de comida rápida más famosa del mundo dijo que ya no iba a utilizar popotes de plástico pa’reducir su contaminación. Los cambio por popotes hechos de papel.

¿Muy bonito? Pues nooooooo.

Resulta que en 2019 se acusó a la compañía de hacer un greenwashing del tamaño de sus 36 mil restaurantes en más de 100 países porque: ¡esos popotes ni siquiera eran de un material que pudiera reciclarse!

Hablando de: ¿Dejar de usar popotes realmente ayuda al planeta?