Charo Ruiz: la isla bonita
Si alguien pudiera escribir de primera mano la historia de Ibiza, desde que empezó a acoger a hippies de todo el mundo hasta convertirse en uno de los destinos más exclusivos del mundo, esa sería la diseñadora Charo Ruiz. Sevillana de nacimiento, llegó en los años setenta con el que sería el padre de sus hijos tras una breve pero exitosa carrera como modelo. Juntos, decidieron quedarse en lo que les pareció un paraíso y construir allí su vida y su familia. Por aquel entonces no lo sabían, pero también pondrían en marcha un gran imperio. Primero habían intentado vivir gracias a un chiringuito de comida orgánica en el camino a la playa de Salinas. Quizá por ser avanzado para el momento, fue un fracaso absoluto, pero lejos de rendirse se les ocurrió cambiar los zumos naturales por conjuntos de ropa unisex, diseñados por ella, que sí fueron un éxito. Desde entonces, su marca de ropa adlib y su familia no han dejado de crecer, así como su amor por la isla. Hoy, casi 40 años después de su llegada, quiso recibirnos en su casa con su hija Paloma y su nieta Allegra, de ocho años, para recordar una historia digna de película.
-Viviste los años 'míticos' de Ibiza, ¿cómo era la isla por aquel entonces?
-Me mudé desde Barcelona a los 27 años y fue una decisión que tomé desde el corazón: eso nunca falla. Muchos de los que vinimos aquí en esa época lo hicimos por la misma razón y eso convirtió esta isla en un lugar mágico de encuentro, donde el amor, la belleza del entorno, la naturaleza, la música y la libertad de la contracultura hippy la llenaron de una energía única con la que conecté de tal manera que hoy, a mis más de 70 años, me mantiene enganchada.
-¿Qué recuerdas con más cariño?
-Fueron años muy divertidos. Cuando miro hacia atrás me enternece recordar la inocencia con la que vivíamos. Todo era más espontáneo, quedábamos en la terraza del Hotel Montesol para desayunar y decidir a qué playa ir a pasar el día.
"Los que llegamos a la isla cuando yo tenía 27 años, lo hicimos por la misma razón y eso la convirtió en lugar de amor, libertad y una energía única"
-¿Qué personajes solían frecuentar Ibiza?
-Mick Jagger, Ursula Andress, Pink Floyd, Polanski, Valentino rodeado de su séquito de supermodelos y un sinfín de estrellas de Hollywood... ¡Era tan fácil coincidir con ellos bailando en Pacha! Todo pasaba bastante desapercibido.
-¿Qué os hizo quedaros a vivir?
-Fue una decisión de vida. A mi pareja y a mí nos encantaba la isla, queríamos vivir aquí por la conexión directa con la naturaleza y el deseo de formar una familia en un entorno casi virgen, lejos de la ciudad.
-¿Cómo era vivir todo el año aquí?
-Hasta que mis hijos, Paloma y Pablo, empezaron al colegio, su padre y yo pasamos los inviernos en Brasil. Cuando ya tuvimos que responder a unas rutinas y a unas responsabilidades como padres, nos enfocamos en trabajar para poder ofrecerles una buena educación. Eran inviernos solitarios y tranquilos que venían bien para disfrutar de la familia y trabajar concentrados para preparar la temporada de venta. Criar aquí a los niños fue un sueño hecho realidad. Tuvieron una infancia preciosa, con libertad, rodeados de mucho amor y un entorno seguro en el que poderles inculcar valores importantes para su desarrollo.
-¿Qué significaba la moda adlib entonces?
-Comenzó en 1971 y había sido idea de la princesa Smilja Mihailovitch, que tuvo la visión de reunir a los jóvenes diseñadores y al talento local para organizar desfiles y eventos con el lema "viste como quieras, pero con gusto". Sus desfiles eran muy divertidos y fuera de lo convencional. Fue una visionaria. Hoy sigue siendo una muy buena plataforma para fomentar la creatividad y la artesanía local y exportar el concepto de moda y estilo de vida de una isla tan especial.
“Criar a mis hijos en Ibiza fue un sueño hecho realidad. Tenían toda la libertad del mundo”
-En tu caso, ¿cómo pasaste de vender 'en las calles' a tener una empresa tan importante?
-Cuando empecé a enfocarme en los tejidos nobles, como el algodón, adornándolos con puntillas de guipur, aposté por la calidad y el detalle en busca de una feminidad nueva y refrescante. Así llevo más de treinta años conectando con mujeres locales y turistas de todo el mundo. Apostamos por el trabajo bien hecho y el made in Ibiza. Nuestras colecciones las elaboramos íntegramente en nuestro taller en la isla.
-Cambiando de tema, ¿desde cuándo vives en esta casa?
-Yo he vivido durante 35 años en el parque natural de Ses Salines y hemos sido muy felices. Hace siete años nos trasladamos a esta, en la carretera de San José. Cuando la vi, supe que era para nosotros. Sus dimensiones son perfectas y es una casa tranquila y bien integrada en la isla. Hicimos una gran reforma con la ayuda de mi gran amigo interiorista Rodrigo Izquierdo.
“En esa época venían Mick Jagger, Ursula Andress, Valentino rodeado de todo su séquito de supermodelos. ¡Era tan fácil coincidir con ellos bailando en Pacha!”
-¿Sueles recibir mucho en casa?
-Sí, me encanta, y los amigos de mis hijos también son siempre bienvenidos. Soy una buena anfitriona. Soy andaluza y eso se nota; mi casa siempre ha sido una casa abierta.
Tips deco
Amigas y artistas
Tengo unas piezas preciosas de dos de mis ceramistas ibicencas favoritas, además de amigas, María Balda y Laura de Grinyo. También mobiliario y objetos de decoración de la galería Siempre Ibiza y flores cultivadas de The floral Studio Ibiza.
Obras únicas
Me encanta la obra de cerámica de Natalie Rich, los tótems de Georges Pelletier, ambos de la Galería También, y la obra artística de Lydia Delgado, Elisabeth Louy y Silvia Arató.