Christian de Dinamarca cambia las fiestas y el palacio por una granja
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 2 (EL UNIVERSAL).- El príncipe Christian de Dinamarca, quien recientemente se convirtió en motivo de preocupación por su aparente falta de compromiso con sus deberes reales, dará un giro inesperado a su vida en las próximas semanas al abandonar el lujo de la realeza para dar paso a la vida rural en un país de África Oriental, según ha informado la Casa Real en un comunicado.
Aunque esta decisión podría interpretarse como una forma de intentar revertir los señalamientos sobre su divertido verano, dicho viaje forma parte de una tradición en la familia real danesa, la cual dicta que los herederos al trono suelen pasar un tiempo en el extranjero para trabajar y obtener una perspectiva diferente, así como desarrollar su máxima capacidad como individuos.
El comunicado informa que el primogénito de los reyes Federico y Mary de Dinamarca trabajará en dos granjas africanas, donde realizará tareas tanto prácticas como administrativas, además de participar en iniciativas de conservación de la naturaleza local.
La noticia llega en un momento crucial para el príncipe, de 18 años, quien ha sido apodado por los medios daneses como el "nuevo príncipe fiestero" debido a su distancia con la agenda oficial de compromisos y su inclinación por las noches de diversión con amigos, quienes han aplaudido que el joven asuma este nuevo reto como heredero al trono.
El comunicado también termina con todas las especulaciones sobre su futuro ya que tras completar sus estudios de bachillerato se desconocía si Christian de Dinamarca iba a seguir los pasos de su papá para estudiar en Harvard o si optaría por un entrenamiento militar como otros miembros de la realeza europea. No obstante, la decisión de pasar tres meses en África parece haber disipado esas dudas.
Esta experiencia no solo busca moldear el carácter del joven heredero sino también mejorar su imagen pública. La Casa Real de Dinamarca espera que este tiempo en África ayude a Christian a asumir con mayor responsabilidad sus deberes y a ganarse el respeto de la ciudadanía, que ha estado preocupada por su comportamiento en los últimos meses.
No es la primera vez que un miembro de la familia real danesa se embarca en una aventura en tierras lejanas. Su papá, el rey Federico, trabajó en una finca vitícola en California y participó en una expedición a Mongolia en su juventud. Su tío, el príncipe Joaquín, también vivió una experiencia similar en Australia. Incluso su abuela, la reina Margarita, recorrió América del Este y del Sur en los años 60.
Aunque el destino exacto de Christian en África se mantiene en secreto para garantizar su privacidad, su estancia en el continente parece tener también un trasfondo político ya que algunos expertos señalan que la elección de este destino podría estar alineada con los intereses del Ministerio de Asuntos Exteriores en busca de fortalecer las relaciones con países africanos debido a su importancia económica y política.
Este lunes 2 de septiembre, dos días antes de su viaje, Christian de Dinamarca asistió a los Juegos Paralímpicos de París 2024 para apoyar a los 32 atletas daneses que compiten en diversas disciplinas.