El Cid y De Justo pinchan dos notables faenas en una gran corrida de La Quinta en Albacete

Albacete, 16 sep (EFE).- Los diestros Manuel Jesús "El Cid", que cortó la única oreja de la tarde, y Emilio de Justo malograron con la espada dos notables faenas que les hubiera puesto en la puerta grande en una tarde en la que sobresalió también la gran corrida de La Quinta, con dos toros premiados con la vuelta al ruedo.

Después de la triunfal tarde vivida en la despedida de El Juli, llegó el turno del regreso de El Cid, quien saludó una ovación tras romperse el paseíllo. Unos se van, otros llegan y algunos vuelven. Nada nuevo bajo el sol.

El que volvía, El Cid, paseó una oreja del primero de la tarde, un toro noble aunque soso al que le faltó humillación y raza. El de Salteras logró lo mejor toreando al natural con templanza a media altura, lo cual, unido al cariño del público y de media estocada de rápido efecto, llevó el trofeo a sus manos.

El cuarto, Limonero de nombre, tuvo una calidad extraordinaria. Tanto, que su juego fue premiado con la vuelta al ruedo. Y no desaprovechó El Cid este caramelo en forma de cárdeno oscuro, cuajándolo tanto a la verónica como más tarde con la muleta con las dos manos.

Los hubo lentos y largos por ambos pitones, con El Cid paladeando el toreo, disfrutando y haciendo disfrutar. Sin embargo, una vez más, el sevillano pinchó y perdió un triunfo de relieve en una plaza de segunda, pero de las de Segunda A.

El segundo dejó el ímpetu en su pelea en el peto, llegando a la muleta de Daniel Luque casi vacío de todo, por lo que ni siquiera el sevillano, que ve toro en todos lados, pudo lucir.

Tampoco pudo desquitarse el de Gerena ante el serio y apagado quinto, que le impidió dejar constancia de su gran momento en la capital manchega.

Emilio de Justo, que repetía actuación en Albacete tras cortar una oreja a la corrida de Victoriano del Río, rayó a gran altura al natural en el tercero, un ejemplar que embistió a cámara lenta, con esa característica embestida santacolomeña que requiere llevar cosido al toro a la muleta para que la acometida no cese.

Y el extremeño consiguió tal acople, dando los frentes y poniendo mucha expresión e inteligencia a su labor, desarrollada de menos a más. Sin embargo el mal uso del acero dejó su marcador vacío, pudiendo haber paseado dos orejas seguras, al menos si se comparan los méritos para la concesión del doble trofeo en la tarde de ayer.

El que el buen sexto cayera en el lote de Emilio de Justo supuso un pasito más en la fama que, cada vez más, indica la suerte que el extremeño tiene a la hora de sacar la bolita en el sorteo matutino.

El de La Quinta ofreció embestidas que aunaban clase y emoción, y el extremeño se acopló tan solo por momentos; unas veces por desacompasar embestida y trazo del muletazo, y otras por enganchones. El balance final, tras clavar al primer intento pero fallar con el descabello, fue ovación para el torero, y vuelta al ruedo para el de La Quinta, que respondía al nombre de Coscojero, número 40.

FICHA DEL FESTEJO

Seis toros de La Quinta, bien presentados y de buen juego en general, a excepción de segundo y quinto. El cuarto, de nombre Limonero, número 59, fue premiado con la vuelta al ruedo, como lo fue el sexto, de nombre Coscojero, número 40.

Manuel Jesús “El Cid”, de azul purísima y oro: media (oreja); tres pinchazos y casi entera desprendida (vuelta tras aviso).

Daniel Luque, de blanco y plata con remates en negro: tres pinchazos y estocada baja (silencio); estocada que hace guardia (silencio).

Emilio de Justo, de malva y oro: dos pinchazos y estocada (ovación tras aviso); casi entera desprendida y dos descabellos (ovación).

La plaza registró menos de tres cuartos de entrada.

Julio César Sánchez

(c) Agencia EFE