Yahoo Estilo Claudio Bermúdez, el exTimbiriche que encontró la perdición en sus ansias de fama
Muchas historias se han contado que vinculan el ambiente artístico con la magia negra, la brujería y el ocultismo. Pero pocas veces a una celebridad ha reconocido a viva voz el haber recurrido al satanismo para avanzar en su carrera. Es precisamente lo que hizo Claudio Bermúdez al recordar cómo fue que logró entrar a Timbiriche.
Durante la conversación que sostuvo con la periodista Inés Moreno en su canal de YouTube, el compositor habló de cuando acabó en un rito satánico por sus ansias de formar parte de la agrupación, misma a la que se sumó en 1989 para sustituir a Eduardo Capetillo.
"Yo había asistido a un lugar donde había un médico metafísico, pero en realidad era un sacerdote satánico. Era un brujo. Fue antes de estar en Timbiriche, a los 16 años. Cuando iba a entrar a Timbiriche fui una sola vez, lo hice inocentemente. Fui a un ritual por una razón absurda, tengo que decirlo, lo hice porque se estaba tardando mi entrada a Timbiriche", recordó.
Fue en 1988 cuando acudió con esa persona con la idea de que a través de la mente iba a decretar y accionar su deseo de llegar a la banda, pero se topó con un ritual que por ingenuidad llevó a cabo. A los pocos meses recibió la noticia de que sería el nuevo miembro del grupo.
"Entonces fui porque me habían dicho que ese señor a través de la metafísica y la superación mental… En realidad lo que ese señor hizo fue darme una receta escrita en un papel y decirme 'lo vas a repetir siete veces diarias'. Me metió a un círculo negro y puso su mano sobre mí. La cita duró 15 minutos. Ese hombre tenía mucho poder".
Bermúdez se unió a Timbiriche en un periodo de transformación para el grupo. Alix y Thalía, integrantes de la etapa de esplendor, decidieron no continuar porque querían impulsar sus respectivas carreras como solistas. Sus sucesoras fueron Bibi Gaytán y Patty Tanús. Paulina Rubio, Erik Rubín, Diego Schoening y Edith Márquez conformaban el resto de la agrupación.
Claudio llegó en la transición que implicó el lanzamiento del álbum doble con Timbiriche VIII y Timbiriche IX y la producción del álbum Timbiriche X, material que demandó prisa debido a que había que posicionar a la nueva alineación. Bermúdez se sintió un chico timbiriche hasta 1990, año en que inició con las giras, conciertos y el estreno del disco que contaba con un track cantado por él, Eres un milagro.
A diferencia de los éxitos que tuvo el álbum doble con sencillos como Tú y yo somos uno mismo y Ámame hasta con los dientes, Timbiriche X sobresalió por un solo tema, Princesa Tibetana, en voz de Erik Rubín. Poco duró la fama para Bermúdez con el grupo porque en 1991 lo sacaron sin comunicárselo oficialmente. Lo supo gracias a la televisión.
"Me entero cuando un día los veo en Siempre en domingo y no estaba yo. Fue así de tremendo. No supe por qué, nada. Me comunicaba a la oficina y decían 'cuando se reúnan, los llamamos'. Así fue durante mes y medio, pero no pasaba nada. En ese momento fue algo muy fuerte, fue como caer del cielo al suelo", confesó.
Su salida le permitió prestar atención a una situación que no había visto, su propio deterioro como consecuencia de la fama. Había caído en exceso de fiesta, consumo de alcohol y estupefacientes. Su comportamiento asustó a su madre, mujer que pedía rezar por su alma para librarlo del mal.
"Mi mamá, en esa época, estaba muy preocupada por mí. Ella iba de iglesia en iglesia con un papelito que decía 'por favor, oren por mi hijo para que salga de donde está, para que Dios lo salve y para que se acerque a Dios'. (...) Ella decía 'mi hijo es un monstruo y ya no lo va a poder rescatar un psicólogo y nadie va a poder hacer nada por él más que Dios'. Estaba muy preocupada al grado de pensar que mi vida corría peligro", recordó.
En efecto, Claudio sintió que debía salir de aquella vida desenfrenada. Y después de un incidente en el que casi cae del séptimo piso de un edificio, abrazó la religión y la figura de Dios.
Hoy día Claudio Bermúdez, además de ser cantautor y letrista de otros intérpretes como Carlos Rivera, es pastor. Asimismo, detalló que ese brujo ganó popularidad en el mundo del espectáculo como "asesor" de algunas celebridades que se dirigían a él con el apelativo de 'El Médico'.
El "satanismo" en el mundo del espectáculo
Que haya acudido con un "médico metafísico" en 1988 como una solución a sus inquietudes no es de extrañarse. Entre 1988 y 1990 proliferaron los casos comprobados de satanismo, cultos como el Palo Mayombe y ceremonias chamánicas en México, siendo el más sonado el de la secta de los narcosatánicos de Matamoros en 1989.
Con la muerte del líder de la secta, Adolfo de Jesús Constanzo, y la detención de Sara Aldrete, integrante del culto, se difundieron informaciones no corroboradas de estrellas ligadas a Constanzo y a la práctica de rituales satánicos que incluían sacrificios de animales. Fue la prensa amarillista de la época la encargada de señalar a figuras como Yuri y Lucía Méndez de pertenecer a este círculo. Dada la magnitud de la acusación, Méndez brindó una entrevista a Raúl Velasco para deslindarse por completo.
Otro nombre muy sonado fue el de Irma Serrano, ‘La Tigresa’. Desde que en 1986 se estrenó la película Las amantes del señor de la noche, dirigida por Isela Vega, se corrió con más ahínco la versión de que la actriz era satanista, especialmente porque en el filme interpreta a una mujer que actúa en favor del demonio.
La música no estuvo exenta de estar en la mira. Con su canción Querida, que fue un éxito desde que se lanzó en 1984, Juan Gabriel también fue referido como un artista con vínculos malignos. Se decía que si se escuchaba al revés (desde el final hacia el principio) el disco Recuerdos II, la letra de Querida era una oración dedicada al diablo.
Casi 35 años después, Claudio Bermúdez está convencido del daño que le hizo aquella experiencia: "no es un juego. Cuando consultas y buscas a un brujo, un hechicero, un agorero, un mago, magia blanca, magia negra, horóscopos y todas esas cosas, dice la Biblia que Dios aborrece eso, y cuando lo haces, le abres una puerta al diablo".
