Las claves por las que tenemos más calambres en verano

Es frecuente que, durante el verano, tengamos más calambres musculares, especialmente durante las horas de descanso. Este incómodo malestar puede atribuirse a varias causas, desde la pérdida de líquidos y electrolitos debido a la sudoración hasta la exposición prolongada al sol y la práctica de ejercicio intenso en condiciones de calor. Jordi Llopis, preparador físico y experto en terapias manuales, explica cuáles son las causas de los calambres durante la época estival y qué podemos hacer para prevenirlos o tratarlos.

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Pérdida de líquidos y electrolitos

Una de las principales razones detrás de los calambres en verano es la pérdida excesiva de líquidos y electrolitos a través de la sudoración. El cuerpo humano necesita mantener un equilibrio adecuado de minerales como el potasio, el calcio y el magnesio para el correcto funcionamiento muscular.

La deshidratación, combinada con la falta de electrolitos, puede llevar a la contracción involuntaria y dolorosa de los músculos. Mantenerse hidratado es fundamental para evitar esta incomodidad, y es recomendable beber agua regularmente a lo largo del día, especialmente cuando se está expuesto al calor.

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Exposición al sol y ejercicio intenso

La exposición prolongada al sol puede aumentar el riesgo de calambres debido a la deshidratación que provoca. Los rayos solares pueden causar una pérdida significativa de líquidos corporales, lo que afecta negativamente la función muscular y puede aumentar la probabilidad de que aparezcan estos calambres musculares.

Además, realizar ejercicio físico, sobre todo, si es intenso en las horas más calurosas del día, puede exacerbar esta situación. El esfuerzo intenso, combinado con la pérdida de líquidos, puede aumentar la probabilidad de experimentar calambres musculares. Por lo tanto, es aconsejable evitar actividades físicas que requieran mucho esfuerzo durante las horas más calurosas y optar por entrenamientos más suaves por la mañana temprano o por la tarde.

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Calzado inadecuado

El tipo de calzado que usamos también puede influir en la aparición de calambres. Jordi Llopis señala que el uso de tacones con poca sujeción o chanclas puede contribuir al aumento de calambres. Estos tipos de calzado pueden ejercer un esfuerzo inusual en los músculos de los pies y las piernas, lo que puede resultar en sobrecarga muscular y, en última instancia, calambres.

El cambio en la función muscular debido al calzado inadecuado puede tensar los músculos y aumentar el riesgo de calambres, especialmente durante la noche.

Cómo prevenir los calambres

Para prevenir la aparición de calambres durante el verano, se pueden tomar diversas medidas.

  • En primer lugar, es fundamental usar calzado adecuado para cada actividad física y optar por zapatos que brinden suficiente sujeción y estabilidad.

  • Además, realizar estiramientos específicos después del ejercicio puede ayudar a mantener la flexibilidad muscular y prevenir la tensión que conduce a los calambres.

  • Estirar los músculos de los gemelos, el soleo, los isquiotibiales y los cuádriceps puede ser especialmente beneficioso.

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Cómo influye la nutrición

La nutrición desempeña un papel crucial en la prevención de los calambres musculares. Consumir una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales es esencial para mantener la función muscular óptima.

Los expertos de CIM Formación recomiendan una dieta rica en Omega 3, vitamina B y sales minerales para reducir el riesgo de calambres. Los alimentos ricos en agua, como frutas y verduras de temporada, también son recomendados, ya que ayudan a mantener la hidratación y proporcionan nutrientes vitales para los músculos.

En este sentido, las expertas de Clínica Menorca también nos recuerdan que hay alimentos que empeoran los calambres, como por ejemplo, el exceso de azúcar. Asimismo, nos indican cuáles son los mejores alimentos y nos proponen un menú semanal que puede ayudar a reducir esta incómoda molestia.

¿Cuándo hay que acudir al médico?

Si los calambres persisten o se vuelven problemáticos, es aconsejable buscar atención médica para evaluar la situación y realizar un diagnóstico que pueda determinar cuál es la causa de los calambres así como el tratamiento.

En casos de lesiones musculares, la asistencia de un quiropráctico puede ser beneficiosa, ya que los masajes terapéuticos pueden aliviar la tensión muscular y acelerar la recuperación.

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