Claves para poner solución a tus digestiones pesadas
Padecer digestiones lentas y pesadas es un problema muy habitual para muchas personas. Además de las molestias propias de esta dolencia, como la hinchazón abdominal, el dolor o los gases, también pueden provocar irritabilidad, sueño y cansancio.
Para evitarlas, la clave está en seguir unas sencillas pautas en la alimentación que nos hagan olvidarnos de sus molestias el mayor tiempo posible.
Comer más veces y menos cantidad
Y, por supuesto, sin prisa. Cuando nos excedemos en la cantidad de comida que ingerimos nos vemos abocados, inevitablemente, a una lenta y pesada digestión. La mejor forma de evitarlo es realizar varias comidas al día (5 veces es perfecto). Así no solo evitarás una mala digestión, sino que, además, mantendrás el metabolismo más activo que si solo realizas tres comidas al día. Procura que las dos comidas intermedias sean ligeros tentempiés, evita las frituras y ultraprocesados, y cena, como mínimo, dos horas antes de acostarte.
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Disfruta de las infusiones
No esperes a tener una mala digestión para tomar una infusión. Solo con sustituir el café de después de comer por un té verde ya estarás ayudando mucho a tu aparato digestivo. Si eres propensa a los gases, elige una manzanilla con anís. Te ahorrarás ese molesto problema, además de eliminar la pesadez estomacal. El diente de león es otra hierba que no debería faltar en tu despensa, porque también te ayudará a depurar el hígado y el riñón, eliminando toxinas a través de la orina.
El saúco, el boldo, la bardana, o la genciana son otras plantas que deberías tener en cuenta a la hora de aligerar los procesos digestivos, e incluirlas en tus sobremesas.
Fibra, sí, pero sin pasarse
El consumo diario de fibra es necesario para mantener un buen tránsito intestinal, y es cierto que un gran número de personas no ingiere las cantidades necesarias para el correcto funcionamiento del aparato digestivo. Pero también ocurre que, en ocasiones, tomamos más fibra de la necesaria, o demasiada de golpe, lo que se traduce en hinchazón abdominal, flatulencias y digestiones pesadas.
Los vegetales crudos, por ejemplo, a pesar de ser ricos en fibra (tanto soluble como insoluble) y muy necesarios para nuestra salud, es mejor consumirlos de manera espaciada a lo largo del día. Lo mismo ocurre con los cereales integrales; no dejes de consumirlos, pero hazlo con moderación.
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Modera el consumo de grasas animales
Y no nos referimos solo a la carne, sino también a los pescados grasos como el salmón y la caballa, o la yema del huevo. Todos ellos forman parte de una dieta saludable, es cierto, y podemos consumirlos a diario, pero siempre controlando las cantidades. La razón es que este tipo de grasas hacen trabajar en exceso al estómago, y también a la vesícula biliar.
En otro apartado estarían los embutidos, que no solo dificultan la digestión, sino que además resultan desaconsejables si queremos cuidar, entre otras cosas, nuestra salud cardiovascular y nuestros niveles de colesterol.
Reduce la cantidad de leche que tomas
No es necesario que sufras intolerancia a la lactosa para que consumir leche te resulte indigesto. La culpa no es solo de la lactosa, ya que no hay que olvidar que también se trata de una grasa de origen animal que, además, es rica en proteínas complejas. La suma de estos tres factores convierte a la leche en un producto bastante indigesto.
Prueba a reducir lo máximo posible su consumo, y aventúrate a probar las versiones sin lactosa, o cualquiera de las distintas bebidas vegetales que nos ofrece el mercado a día de hoy, como las de soja, avena, almendra o arroz.