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Washington, 14 ene (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retiró este martes a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo, a menos de una semana de ser relevado por Donald Trump, quien en su primer mandato colocó a la isla en ese listado que conlleva severas sanciones. Biden tomó esta decisión para propiciar la liberación próximamente de varios presos cubanos como parte de un proceso que cuenta con la mediación del Vaticano, informaron a la prensa altos cargos de la Administración estadounidense. El mandatario saliente suspendió también la capacidad de los ciudadanos estadounidenses de demandar en tribunales de Estados Unidos la expropiación de sus propiedades en Cuba y levantó algunas sanciones financieras. "Desde el comienzo de la Administración Biden-Harris, la política de Estados Unidos hacia Cuba se ha centrado en empoderar al pueblo cubano para que determine libremente su propio futuro y promover el respeto de los derechos humanos", dijo en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. Esa premisa, añadió, ha guiado las políticas "para reunificar a las familias cubanas, fortalecer los lazos culturales y educativos entre Cuba y Estados Unidos, permitir que las remesas fluyan más libremente al pueblo cubano y aumentar el apoyo a los empresarios cubanos independientes". Como resultado de estas acciones, la Casa Blanca anticipó que "en relativamente poco tiempo" se iba a producir la liberación de un número "significativo" de presos en Cuba, incluidas personas que participaron en las protestas del 11 de julio de 2021. El Gobierno cubano anunció de hecho poco después la puesta en libertad de 553 personas "sancionadas por delitos diversos", tras la intermediación del Vaticano. Fuentes de la Administración de Biden explicaron que habían recibido en los últimos años peticiones de varios socios, como la Unión Europea (UE), España, Brasil, Colombia, Chile y Canadá, para retirar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo. La inclusión de Cuba en enero de 2021 fue una de las últimas decisiones que tomó el republicano Trump antes de dejar el poder en su primer mandato. EE.UU. justificó entonces la medida aludiendo a la presencia en la isla de miembros de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia. Esa designación implica la prohibición de venta de armas con ese país, un mayor control a sus exportaciones, restricciones en la ayuda exterior, mayores requisitos para los visados y diversas sanciones económicas. Cuba había formado parte de la lista desde 1982 pero salió en 2015, durante la etapa de acercamiento impulsada por el entonces presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) y frenada por Trump, que durante su mandato redobló las sanciones sobre La Habana y frenó el "deshielo". La Administración saliente de Biden ha hecho algunos gestos hacia la isla, como la eliminación del límite de remesas para Cuba, pero había mantenido hasta ahora a Cuba en ese listado. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, exigió en reiteradas ocasiones a Washington que sacara a su país de la lista, cuya inclusión considera injustificada y tiene serias implicaciones económicas. Biden hizo este anuncio a pocos días de que el 20 de enero entre en marcha la nueva Administración de Trump, quien ha nominado como secretario de Estado a Marco Rubio, senador de origen cubano y partidario de la línea dura contra La Habana. Con la salida de Cuba de la lista, los únicos Estados que permanecen designados por el Departamento de Estado estadounidense como promotores del terrorismo son Corea del Norte, Irán y Siria. "Al tomar estas medidas para reforzar el diálogo en curso entre el Gobierno de Cuba y la Iglesia Católica, también está honrando la sabiduría y el consejo que le han brindado muchos líderes mundiales, especialmente en América Latina, quienes le han alentado a tomar estas acciones", concluyó la Casa Blanca. (c) Agencia EFE