Colocar una pelota de tenis en la secadora y otros 4 tips para “revivir” a tus almohadas

Texto: Bárbara Asnaghi

Las almohadas probablemente sean uno de los objetos que más usamos en nuestro día a día, por lo que es común que pierdan su textura esponjada y suave. Te revelamos algunos secretitos que las pondrán ¡como nuevas!

Sacúdelas y dales golpecitos manualmente

Dependiendo del tipo y calidad de relleno que tengan tus almohadas, estas se aplastarán más o menos, como planteó el CEO de un servicio de diseño Sean Juneja, a la revista Real Simple. “Aún las de pluma de calidad, que son adorables y dan un hermoso peso a la almohada, se deberían sacudir y golpear un poco luego de casi cada uso”, señaló el experto.

Rótalas

Eso es, dalas vuelta con regularidad para que no tomen, paulatinamente, la forma de tu cabeza.

Lávalas

Además de conservarlas esponjadas, usar la lavadora les quitará la suciedad y los alérgenos. Eso sí: asegúrate de que la almohada esté bien cosida, y que el ciclo de lavado sea para prendas delicadas.

Ponlas en la secadora con una pelota de tenis

Este método sirve sólo para almohadas de poliéster y fibra. Introdúcelas en la secadora a temperatura baja, toma una o dos pelotas de tenis, y “enciérralas” en una funda de almohada limpia, haciendo un nudo en el extremo. Checa cada 10 a 15 minutos, y quítalas cuando estén tan esponjadas como deseas, se aconseja en un suplemento del periódico SF Gate.

Despliégalas al sol

Aunque seas la persona más limpia del planeta, el sudor y la saliva se depositarían inevitablemente en tu almohada. Como resultado, esta quedará húmeda. Ponla al sol por un par de horas. Verás cómo la humedad se evaporará y hará que retome su esponjosidad, como destaca la autora del blog The Krazy Coupon Lady.

Cuándo reemplazarla

Sin embargo, si tu almohada ya cumplió su período de vida útil, puede que todos los métodos anteriores no funcionen. ¿Cómo saber si es hora de reemplazarla? Sigue estas instrucciones que brinda el blog mencionado:

· Examínala visualmente

Quita la funda y coloca la almohada en una superficie plana. ¿Tiene hundimientos o bultos? ¿Tiene la forma de tu cabeza? Si la respuesta es sí, quizás debas cambiarla.

· Pregúntate cómo te sientes en la mañana

Si a pesar de haber hecho todo para “revivirla”, al despertarte sientes molestias en tu cuello o cabeza, quizás sea hora de reemplazarla.

· Haz el test del “plegamiento”

Quita la funda de tu almohada e intenta doblarla con firmeza a la mitad, quitándole todo el aire. Suéltala, y si ves que no vuelve a su forma original, tal vez sea un indicio de que debas sustituirla.

· Huélela

Eso es: toma tu almohada sin funda e inspira. Si sientes algo parecido al moho, ¡deséchala inmediatamente!

Y duerme como un angelito.

@Barbaraine

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