Yahoo Estilo El comentado 'no beso' entre Donald Trump y su esposa, Melania, durante la investidura presidencial
La toma de posesión de Donald Trump como el 47° presidente de Estados Unidos estuvo plagada de momentos que pasan a la historia del país; pero uno en especial, junto a su esposa, la primera dama, Melania Trump, llamó la atención del público que desde la distancia observaba la investidura. Fue a su entrada al Capitolio de la Casa Blanca que Donald Trump se acercó a Melania para saludarla con un beso en la mejilla, un detalle que intentaba ser cariñoso pero que resultó un poco incómodo.
El presidente se inclinó para alcanzar con su boca la mejilla de su esposa quien sonriente se acercó a él; sin embargo, el sombreo que la primera dama eligió como pare de su look para este día, le impidió a Donald tener contacto con ella, dando como resultado un "no beso", como se le ha llamado en las redes sociales al comentado momento.
La pareja presidencial se lanzó un beso al aire con el que Trump cumplía con el tierno gesto para su esposa, quien lo ha acompañado en su segundo camino hacia la Casa Blanca. Firme, el presidente continuó con un saludo cordial al hoy expresidente Joe Biden, para después proseguir con el programa con el que se cumplía su juramento como mandatario, un rol que asumió con alegría y frente a varias figuras importantes tanto de la política como de los negocios, incluidos Javier Milei, Jeff Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg y Tim Cook: entre otros.
Finalmente, tras su primer discurso como el 47° presidente, Donald Trump volvió a acercarse a su esposa para, ,esta vez, esquivar el sombrero y darle un beso en la mejilla.
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La elegante elección de Melania Trump
Sonriente, Melania Trump ha estado presente en los actos previos a la investidura, una alegría que también la acompañó durante la toma de protesta para la que eligió un look firmado por Adam Lippes. La primera dama, de 54 años, vistió un abrigo azul marino cruzado al que agregó un sombrero a juego del diseñador Eric Javits. La madre de Barron Trump completó su conjunto con guantes negros y zapatos de tacón azul marino. Debajo del sombrero, llevó el cabello atado en un elegante moño.
A pesar de ser una de las figuras que más llamó la atención durante la investidura presidencial, la cara de la primera dama estuvo oculta bajo el sombrero. Sin embargo, se podía ver su sonrisa y el gesto de agrado al saludar a amigos y conocidos previo a la ceremonia de juramento.
