Comer tamales el Día de la Candelaria no solo está vinculada a la religión sino también a la fertilidad de la tierra
Comer tamales el Día de la Candelaria (2 de febrero) marca el cierre de la temporada navideña y como pago de quien le “salió el niño” en la rosca.
El tamal es uno de los platillos emblemáticos de la gastronomía mexicana, un alimento considerado típico y tradicional. Su origen se remonta a la época prehispánica de México, y se prepara para algunas festividades, así como para agradecer la fertilidad de la tierra o como ofrenda a los muertos.
El tamal no es exclusivo de una fecha específica, en México es un alimento disponible todos los días en diferentes formas y sabores de acuerdo a las regiones del país.
Con la Conquista este platillo como muchos otros, se fusionaron con ingredientes provenientes de Europa como la manteca así como la carne de cerdo, en sustitución de verduras como calabaza, quelites y elotes.
La tradición mexicana de comer tamales cada 2 de febrero/ Foto: Shutterstock
En la bendición de las semillas se come tamales
La tradición para consumir tamales durante los primeros días de febrero no sólo está asociada a la religión católica sino también a otras fiestas como la bendición de las semillas, de acuerdo con Erika María Méndez Martínez, maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.
Este ritual forma parte de las celebraciones de apertura del ciclo agrícola, en donde los campesinos ofrecen sus cosechas y una serie de oraciones pidiendo una buena temporada de siembra.
Comemos tamales para un buen ciclo agrícola/ Foto: Shutetrstock
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Asimismo, en esta fecha se conmemoraba la fiesta de Atamalcualiztli, un festejo en donde el platillo principal eran los tamales de agua y tenían como fin honrar a Tláloc, el dios mexica de la lluvia.
El cronista Fray Bernardino de Sahagún describe que, de acuerdo al calendario mexica, se preparaban tamales que posteriormente eran colocados en altares y ofrendados a deidades como Xilonen, la diosa del maíz tierno y Huitzilopochtli, el dios de la guerra.