Comer uvas puede evitar la demencia y prolongar la vida cinco años, según un estudio
Comer uvas puede reducir las posibilidades de desarrollar demencia más adelante en la vida, según descubrió un nuevo estudio.
El hallazgo, el cual se dio como parte de una serie de estudios publicados en la revista Foods, se incluyó en una extensa lista de impactos positivos en la salud de comer la fruta.
Según los investigadores, la fruta es sobre todo beneficiosa para aquellas personas que viven con dietas occidentales ricas en grasas, ya que se sabe que son ricas en sustancias químicas que estimulan las bacterias intestinales saludables y reducen el colesterol.
Las uvas también tienen un alto contenido de antioxidantes que se sabe que mejoran la salud y previenen enfermedades y cáncer en los humanos.
Los antioxidantes defienden las células del daño causado por los radicales libres dentro del cuerpo (inflamación, por ejemplo) o fuera del cuerpo, como la contaminación, los rayos UV o el humo del cigarro.
Ahora, el equipo de investigadores descubrió que los antioxidantes de las uvas pueden proteger al cerebro contra el desarrollo de la demencia al mejorar la función de las neuronas o las células nerviosas.
La investigación sigue los pasos de varios estudios previos que encontraron que la inflamación en el cerebro está relacionada con varias formas de demencia.
Un segundo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Western New England reveló que comer uvas puede disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso, una afección causada por el almacenamiento de grasa adicional en el hígado, y aumentar la esperanza de vida cinco años más.
Debido a los hábitos alimenticios poco saludables, la condición es un problema de salud creciente en todo el mundo. Y aunque rara vez es fatal, puede provocar insuficiencia hepática o cáncer de hígado si no se trata.
Las uvas también queman calorías a medida que se digieren, lo que, a su vez, ayuda a estimular el metabolismo, encontró el tercer estudio del equipo.
Los estudios se realizaron en ratones alimentados con dietas ricas en grasas que se consumen de forma habitual en los países occidentales, y solo la mitad de los ratones recibieron suplementos de uva.
Luego, el equipo comparó el cerebro, el hígado y la salud metabólica de los ratones que recibieron suplementos de uva con los que no.
“Agrega una dimensión nueva por completo al viejo dicho ‘eres lo que comes’”, declaró el coautor del estudio, el Dr. John Pezzuto.
El profesor de farmacéutica, autor de más de 600 estudios científicos, dijo que las uvas en realidad cambian la expresión de los genes, lo que describió como “algo muy notable”.
Esto ocurre en medio de estudios sobre cómo los humanos activan y desactivan sus genes para tener control sobre el desarrollo de su cuerpo a lo largo de la vida.
Se cree que el ejercicio, el estrés, la dieta, el sueño y la meditación afectan la expresión de nuestros genes.
Aunque muchas personas toman suplementos antioxidantes, el Dr. Pezzuto comentó que no es posible consumir “suficientes” antioxidantes para marcar una “gran diferencia” en la salud.
“Pero si cambias el nivel de expresión del gen antioxidante, como observamos con las uvas añadidas a la dieta, el resultado es una respuesta catalítica que puede marcar una diferencia real”.
La investigación la financió en parte la California Table Grape Commission, quien proporcionó las uvas utilizadas en los experimentos.