Cómo sé si esa erupción es por dermatitis o por la mal llamada "alergia al sol"

Aunque popularmente se entiende por “alergia al sol” cualquier tipo de respuesta cutánea anormal o exagerada producida por una exposición normal u ordinaria a la luz solar, este término se reserva para aquellas patologías mediadas por un mecanismo de hipersensibilidad como la foto dermatitis por agentes externos o urticaria solar. (Foto: Getty)
Aunque popularmente se entiende por “alergia al sol” cualquier tipo de respuesta cutánea anormal o exagerada producida por una exposición normal u ordinaria a la luz solar, este término se reserva para aquellas patologías mediadas por un mecanismo de hipersensibilidad como la foto dermatitis por agentes externos o urticaria solar. (Foto: Getty)

Las reacciones por alergia al sol pueden desarrollarse en cualquier persona, ya que no son hereditarias y tampoco son más frecuentes en individuos con predisposición a sufrir otras afecciones alérgicas o cutáneas como dermatitis.

La alergia al sol es un término que se utiliza a menudo para describir una serie de enfermedades en las que se produce un sarpullido con picazón en la piel que estuvo expuesta a la luz solar. Un término en el que se engloban algunas patologías de origen alérgico (urticaria solar, fotosensibilidad) y otras que lo parecen sin serlo (quemaduras solares o erupción polimorfa solar). En concreto, según publica la Clínica Cleveland: "Hay cuatro tipos diferentes de alergias al sol: urticaria solar, erupción lumínica polimórfica o PMLE, reacción foto-alérgica y prurigo actínico".

Se trata de un grupo de patologías mediadas por un mecanismo de hipersensibilidad en el que interviene el sistema inmunitario. “Realmente no siempre trata de una 'alergia al sol' sino de reacciones alérgicas que requieren de la exposición a la luz para su aparición”, afirma el doctor José Luis García Abujeta, del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

Una reacción foto-alérgica ocurre cuando se aplica un químico en la piel y provoca una reacción alérgica cuando se expone al sol. (Foto: Getty)
Una reacción foto-alérgica ocurre cuando se aplica un químico en la piel y provoca una reacción alérgica cuando se expone al sol. (Foto: Getty)

En realidad, la forma más común de alergia al sol es la 'erupción polimorfa lumínica o PMLE', la única que conocida como alergia solar en el ámbito médico. De las cuatro que hemos mencionado, el prurigo actínico es la única que podría considerarse hereditaria y es más común entre los pueblos indígenas de América. Se distingue del resto porque causa bultos con costra que pican llamados 'nódulos'.

A veces se confunde la alergia al sol con dermatitis por fotosensibilidad o dermatitis por contacto con alergia al sol, pero son cosas diferentes. Hay que tener en cuenta que ciertos productos cosméticos como perfumes, bronceadores o medicamentos puede sensibilizar la piel a los efectos del sol y causar, por ejemplo, poiquilodermia solar.

"Algunos medicamentos, perfumes y cremas solares son los principales responsables de reacciones de fotosensibilidad ya que por la acción de la luz solar estos productos se pueden convertir en sustancias alérgicas”, asegura el Dr, García Abujeta.

En las cremas solares se relaciona los eccemas con algunos filtros solares empleados en ellas. Y la dermatitis por las plantas y el sol (fito-fotodermatitis) "se relaciona con la exposición al sol en zonas del cuerpo que han estado en contacto con algunas plantas de forma casual, como hierbas que rozan las piernas descubiertas, o por afición a tocar higueras (hojas y tronco), frutos cítricos u otras plantas cultivadas. Además, el uso de perfumes, especialmente aquellos con componentes cítricos, puede producir un eccema en los días posteriores en la zona donde se ha aplicado y expuesto al sol”, aclara el experto.

Se manifiesta con un sarpullido de color (manchas rojas) y con bultos en la piel. El sarpullido se produce cuando la persona toca ciertas plantas o frutos y después expone su piel al sol. El sarpullido podría tener una forma extraña, verse como un moretón o ampollarse. Si bien las áreas más comunes son la cara, cuello, manos y brazos, no significa que el resto de la piel esté libre de padecerla.

Si ya hay presencia de estos síntomas, lo más importante es consultar a la mayor brevedad posible al dermatólogo, ya que su tratamiento en general es con corticoides orales, que solo pueden ser adquiridos con receta médica, y de no tomar la medicación adecuada, los síntomas podrían ser peores o dejar secuelas permanentes. Con el tratamiento adecuado, las ronchas desaparecen y las manchas se tornan de color café oscuro, las que pueden durar por meses según la reacción al tratamiento y el tipo de piel.

Aunque esta enfermedad no es del todo evitable, hay que tener en cuenta que las plantas con mayor riesgo de fotosensibilización son los cítricos como el limón, lima y naranjo o frutos tropicales, además del perejil, el eneldo, la higuera, ortigas y algunos tipos de pasto.

Entre los medicamentos, la causa principal de la dermatitis por contacto son los antiinflamatorios no esteroideos bien utilizados de forma tópica (cremas) como cuando se toman por vía oral o pinchada. Producen un eccema en la zona de la aplicación en zonas expuestas al sol e incluso reacciones más extensas cuando la administración es sistémica.

“Estas lesiones pueden durar días y semanas produciendo una descamación de la zona afectada. Puede afectar también a personas que administran ese medicamento a otros (padres a hijos, parejas, personal sanitario, etcétera) por eso es muy importante el lavado correcto de las manos tras su aplicación y el uso de guantes”, comenta el alergólogo. “Otros medicamentos como antibióticos, antihistamínicos, tranquilizantes, diuréticos… pueden provocar, aunque con menor frecuencia, esta dermatitis y afectan más a personas mayores de 40 años por un mayor consumo de estos fármacos”.

Este tipo de dermatitis es distinta a la dermatitis atópica, una enfermedad cutánea no relacionada con el sol pero que puede empeorar en verano debido a los baños en piscinas, por la irritación al cloro usado como desinfectante. En caso de acudir a piscinas se aconseja una ducha posterior al baño y el uso de cremas hidratantes para disminuir la posible reacción. Los baños en el mar sí son recomendables, pero hay que tener cuidado con la exposición solar excesiva.

Por otro lado, las reacciones inmediatas más frecuentes de la “alergia al sol” son la urticaria solar o la erupción polimorfa solar. La urticaria solar es un trastorno raro que se produce por un mecanismo de hipersensibilidad inmediata frente a un foto-alérgeno desconocido.

Tal y como explica el doctor “a los pocos minutos de la exposición solar se produce eritema, picor y lesiones habonosas (ronchas) en la zona, que persisten entre unos minutos y un par de horas, desapareciendo sin dejar lesión alguna".

"Cuando la exposición es muy intensa y la superficie afectada es muy grande, puede acompañarse de sintomatología general como dolor de cabeza, náuseas, dificultad respiratoria e hipotensión, pudiéndose incluso producir pérdida de conocimiento", apunta el Dr. García-Abujeta.

Si bien es rara, la urticaria solar puede ser lo suficientemente grave como para causar un shock anafiláctico, una reacción potencialmente mortal si no se trata a tiempo con una inyección de epinefrina.

Por eso, ante una reacción de estas características es preciso una valoración médica para la realización de una historia clínica detallada, una exploración física meticulosa general y, específicamente de las lesiones cutáneas, así como una serie de pruebas y exploraciones complementarias (analítica, fototest, pruebas de fotoparche, etc...) que conducirán al diagnóstico y tratamiento adecuado

Para prevenir la urticaria solar, "se recomienda evitar en lo posible las exposiciones solares y el uso de antihistamínicos orales para su tratamiento”.

Como decíamos, la erupción solar polimorfa es la fotodermatosis más común y llega a afectar hasta a un 15-20 por ciento de la población general. Se caracteriza por la aparición de una erupción cutánea de morfología variada que se localiza de manera predominante en la cara, escote, antebrazos y zona anterior de las piernas, y que puede durar varios días hasta su desaparición. Se reconoce fácilmente porque provoca erupciones, picazón y ampollas.

“Aparece en las primeras exposiciones solares y mejora tras exposiciones repetidas a medida que la piel se broncea. En general no entraña gravedad y, una adecuada protección solar, exposiciones cortas y progresivas, y, ocasionalmente, el uso de antihistamínicos suele ser suficientes para su control”, comenta el Dr. García Abujeta.

En conclusión, una reacción foto-alérgica ocurre cuando se aplica un químico en la piel y provoca una reacción alérgica cuando se expone al sol (también se puede desencadenar por un medicamento o la exposición de la piel a plantas), y una verdadera "alergia al sol" que no desaparece sola, sino que causa síntomas graves o persistentes.

La mejor prevención de la alergia al sol es "disminuir la exposición incontrolada y en lo posible evitar sustancias foto-sensibilizantes como medicamentos tópicos, perfumes o cremas solares de baja calidad. Además, antes de cualquier exposición al sol, si se está tomando medicamentos es necesario consultar con el médico los posibles riesgos de la radiación solar en relación con su toma”, concluye el experto.

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