Cómo evitar que las personas mayores contraigan neumonía

La neumonía, una infección de los pulmones, afecta cada año a millones de personas en todo el mundo, especialmente a los mayores. Los expertos indican que la principal prevención para la neumonía es la vacunación contra la gripe y el neumococo, además, se deben mantener unas normas de higiene adecuadas. (Foto: Getty)
La neumonía, una infección de los pulmones, afecta cada año a millones de personas en todo el mundo, especialmente a los mayores. Los expertos indican que la principal prevención para la neumonía es la vacunación contra la gripe y el neumococo, además, se deben mantener unas normas de higiene adecuadas. (Foto: Getty)

La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta principalmente a la población en los extremos de la vida: niños menores de 5 años de edad y adultos mayores de 60 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.

Aparece como consecuencia de una infección en los pulmones. Una bacteria o virus que se introduce vía respiratoria y que deriva en unos síntomas determinados entre los que destacan una tos incipiente que puede incluir mucosidad o sangre en algunos casos, fatiga, cansancio muscular y debilidad, mareos, fiebre, dificultad para respirar y dolor en el pecho. Entre las bacterias y virus causantes de la neumonía se encuentran la infección por el virus de la gripe, el neumococo y el coronavirus.

Pero también es cierto que existen factores previos que inciden en la propagación de la neumonía, por una disminución en las defensas del cuerpo debido a la edad, a enfermedades crónicas, al consumo de tabaco, una mala alimentación, falta de higiene o nivel inmunitario bajo.

La neumonía también es mucho más frecuente en las personas con enfermedades crónicas con inmunodepresión (trasplante de órgano sólido, enfermedades autoinmunes, procesos oncológicos con quimioterapia, etc.) o sin inmunodepresión (enfermedades cardiacas, respiratorias, hepáticas y renales) y en aquellas con ciertos hábitos nocivos para la salud, como el tabaquismo.

La buena noticia es que hoy por hoy disponemos formas muy eficientes de prevenir la neumonía y detectarla a tiempo. La gripe es un epicentro de aparición de episodios de neumonía, por lo que la vacuna antigripal es un paso determinante para evitar esta patología.

Se considera que la vacuna de la gripe puede llegar a evitar hasta un 60 por ciento de las neumonías que se producen en la temporada gripal. Por eso, una de las recomendaciones principales para evitar que personas mayores contraigan neumonía es vacunarse. Al igual que la vacunación especial sobre una serie de bacterias particulares causantes de la aparición de la neumonía. Así lo explica en este vídeo la doctora Arantza Campo, de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN).

Otro de los factores importantes es conservar una buena salud pulmonar. Esto se refiere a acabar con hábitos como fumar, consumir alcohol, o no cuidar la higiene bucal. Estas malas rutinas son un germen de aparición de neumonía, a cualquier edad.

Repito: El tabaco es un gran enemigo de tus pulmones. Los gases tóxicos y partículas que se provocan al fumar irritan el aparato respiratorio y favorecen las enfermedades infecciosas respiratorias. Así que limitar el contacto con el humo del cigarrillo o dejar de fumar es un paso fundamental para prevenir la neumonía.

El exceso de peso, más si la grasa está localizada en la zona abdominal, también puede provocar dificultades en la respiración. Se da la circunstancia de que esta es la zona crítica en los hombres, que con los años tienden a desarrollar una barriga prominente, cuyo volumen presiona la caja torácica elevando así el diafragma y limitando la función pulmonar. En las mujeres, el perímetro de abdominal y de la cintura también aumenta a partir de la menopausia. Por eso es importante controlar el peso, especialmente a partir de la sexta década de vida, para que no vayamos añadiendo kilos y dificultad respiratoria con los años.

Por otro lado, el beber agua y tener una buena hidratación es vital para la salud de nuestros pulmones. Beber agua durante el día, así como zumos caseros e infusiones, es un buen hábito muy recomendable para nuestra salud en general. Además, en el caso de las vías respiratorias nos ayuda a mantenerlas hidratadas.

Ten en cuenta que la deshidratación es un factor que repercute en enfermedades respiratorias, y a cierta edad se empieza a perder la capacidad para discernir si estamos bebiendo suficiente agua o no. Un problema que se puede evitar estableciendo unas pautas horarias para tomar líquidos, aunque no tengamos sed. En especial, si tenemos tos por la noche, beber un vaso de agua antes de acostarnos nos ayudará a relajar las vías respiratorias.

Además, hay alimentos que son un plus a la hora de combatir enfermedades respiratorias como es el caso de ajo, que ayuda a abrir los bronquios y colabora con la eliminación de materiales nocivos encontrados en los pulmones. Mantener una dieta rica en antioxidantes como las frutas o las verduras, disminuir el consumo de grasas y embutidos nos ayudarán también a combatir la neumonía y otras enfermedades respiratorias.

También es importante controlar la humedad en casa para evitar que aparezcan problemas respiratorios que deriven en neumonía. Lo ideal sería tener la casa con un 45% de humedad. Si el ambiente es muy seco, coloca humidificadores.

Otro hábito que debemos revisar es la manera en la que respiramos. Las mucosas de la nariz tienen la función de depurar y calentar el aire que respiramos. Por eso deberemos respirar siempre por la nariz. Si respiramos por la boca y con temperaturas muy frías, perdemos la función de la fosa nasal, y facilitamos la entrada de aire frío. Por eso, al salir a la calle, es bueno protegerse la nariz y la boca ante bajas temperaturas, especialmente las personas mayores.

Igualmente, corrigiendo malas posturas se respira mejor. Con una buena postura tus pulmones se expandirán y al respirar favorecerás la entrada de aire. De ahí que sea importante aprender a levantase de la cama, agacharse para recoger algo que se ha caído, saber cómo hay que sentarse o cargar peso, el modo correcto de caminar... Todo influye, por lo que cualquier mejora en este sentido ayudará a cuidar los pulmones.

Por ejemplo: caminar con la espalda recta y la mirada al frente facilitara la respiración; al sentarse, es importante mantener la espalda recta apoyada en el respaldo y no cruzar las piernas; y al estar acostado en la cama conviene usar una almohada de altura media y dormir de lado.

Asimismo, sabemos que es muy beneficioso hacer ejercicio de forma moderada y controlada para fortalecer los pulmones y ganar en capacidad respiratoria. Lo ideal es adecuar la intensidad del ejercicio al estado físico y la edad. En el caso de los mayores, se aconseja caminar unos 30 minutos al día 5 días a la semana, y realizar actividades como yoga o Pilates con las que además de mejorar la flexibilidad y la movilidad articular, mejorarán la postura y facilitarán el buen funcionamiento de las vías respiratorias.

En definitiva, a partir de los 65 años, la visita y seguimiento médico son siempre imprescindibles, sobre todo si sufrimos una enfermedad respiratoria crónica. Además, el profesional de enfermería nos ayudará a buscar un estilo de vida más saludable y a eliminar los malos hábitos que más nos perjudican.

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