Cómo evitar que la quinoa te quede blanda e insípida

La quinoa es uno de los alimentos más de moda. Entre sus cualidades, está la de ser un alimento que, pese a aportar mayoritariamente hidratos de carbono, también cuenta con unos 14 gramos de proteína por cada 100. Esto la ha convertido en una fija en las dietas de aquellas personas que buscan rebajar su consumo de carne y pescado y que necesitan fuentes alternativas de proteína. Su contenido en fibra, entre 10 y 14 gramos por cada 100, completa el perfil nutricional de un alimento que, no obstante, puede resultar insulso si no se cocina bien.

La quinoa no tiene por qué quedar blandurria. Foto: Maxpixel.
La quinoa no tiene por qué quedar blandurria. Foto: Maxpixel.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la proteína no es un cereal como el trigo o el arroz, sino la semilla de una planta de la familia de las espinacas, que se cultiva y recolecta en su mayor parte en Bolivia y Perú. Esto quiere decir que es una sustancia peculiar con la que hay que tener cierta maña para evitar desastres. Aquí van unos consejos.

Siempre hay que enjuagarla. No se trata de quitarle suciedad alguna, sino la saponina, una sustancia natural que segrega la propia planta y que actúa como repelente para ahuyentar pájaros o insectos. Si no tenemos la precaución de hacer esto, ese sabor amargo característico que tiene permanecerá en la quinoa y acabará llegando al plato. Lo bueno es mantenerla bajo el agua un buen rato. Siempre hay que utilizar un colador fino para evitar, claro está, que estos pequeños granitos se vayan por el sumidero.

Hay que evitar sobrecocinarla. Este es el mayor riesgo de la preparación de la quinoa. Efectivamente, una sobrecocción hará que quede como una auténtica “papa”. ¿A quién no le ha pasado? De repente, nuestra quinoa se convierte en una masa que bien podría emplearse para hacer un pastel. Es vital respetar los tiempos y las proporciones. Siempre debe haber dos partes de agua por una de quinoa. Hay que ponerla en una cazuela, llevarla a ebullición y bajar luego el fuego para dejar que se cocine a ritmo lento durante unos 15 minutos.

Trucos para darle sabor. Es mejor no escamotearle sal a este pseudocereal, que necesita bastante para que no quede sosa. Otro consejo es emplear caldo, ya sea de pollo o de verduras, para cocerla, con lo que le aportaremos ese ‘punch’ de sabor tan necesario.

La quinoa ha de escurrirse concienzudamente. Foto: Pxhere.
La quinoa ha de escurrirse concienzudamente. Foto: Pxhere.

Escúrrela una vez cocinada. La quinoa retiene mucha agua, por lo que hay que asegurarse de escurrirla bien después de cocinarla. De lo contrario, convertirá en plato en un mejunje con una base líquida que no le sentará nada bien.

Otra vez a la cazuela. Una vez que le hayamos quitado todo el agua, hay que devolver la quinoa a la cazuela aún caliente, cubrirla y dejarla reposar durante 15 minutos. De esta manera, lograremos que la quinoa vuelva a secarse, con lo que reduciremos la humedad y los grumos.

¿Cómo la aliño? La quinoa suele tomarse en ensalada o como acompañamiento de platos de verdura o de alguna carne como el pollo. La idea es echarle un chorrito de aceite para darle un poco más de sabor o sazonarla con pimienta o cualquier otra especia. Es mejor no atiborrarla de vinagretas, ‘dressings’ o demás soluciones líquidas porque corremos el riesgo una vez más de que se convierta en una masa poco apetecible.

¿Te sienta mal? Atento a esto. Algunas personas manifiestan tener problemas para digerir la quinoa y aseguran sentir gases después de consumirla. Remojar la quinoa puede ayudar a evitar esto. Ponerla antes de cocinarla en agua y con un chorrito de vinagre de manzana puede obrar el milagro y detener la expansión de los gases en nuestro cuerpo. Eso sí, aunque hagamos esto, habría que continuar enjuagándola y seguir con el resto de pasos para que la receta llegue a buen puerto.