Yahoo Estilo Cómo llevar las botas metalizadas para no ser una hortera
Si has indagado entre las tendencias de la temporada habrás comprobado que una de ellas es la que aboga por llevar las botas con acabado metalizado. No importa si estas son planas, con plataforma, con tacón ultrafino, acabadas en punta o redondeadas. Tampoco importa si son más o menos altas o si el color elegido es el dorado, el plateado el morado, el verde o el azul. Lo que verdaderamente nos incumbe es que el acabado sea siempre brillante. Y claro, esto puede salir muy bien o muy mal, no hay término medio.
Al ser una pieza tan rotunda y llamativa, no está concebida para pasar desapercibida en ningún caso, lo que hace más complejo su modo de uso. ¿Cuando y con qué puedes ponerte algo que va asociado a la fiesta bajo cualquier circunstancia? Al fin y al cabo es como llevar una bola de discoteca en los pies con la que vas deslumbrando a cada paso y es este resplandor el que puede tirar por tierra cualquier prenda de la que las acompañes. Digamos que la línea entre la elegancia y la horterada es mucho más fina de lo que parece...
Ya que su carácter lleva implícitas las palabras juerga, celebración y diversión, aprovechémoslo al máximo. Lo mejor es exprimir esta cualidad en nuestro favor para comprobar que jugar con ellas es una genial elección no solo en un contexto nocturno, también a plena luz del sol.
Como siempre, es la sobriedad la que será la mejor de las decisiones para probar suerte. Bastará un vestido negro para demostrar su poder porque será el foco de atracción de un look que, de otra forma, podría pecar de aburrido.
Lo mismo ocurre si optas por llevarlas por fuera de tus vaqueros de siempre. ¿Acaso no se pueden llevar así con una clásica camisa blanca para conseguir que puedan ser incluso sacadas del armario nocturno para ser usadas durante el día? Así se las hemos visto a muchas de las expertas en moda que ya las han lucido siguiendo esta fórmula, de modo que no debe de ser tan mala idea replicar nosotras esta propuesta en casa.
Tampoco es mala la de apoyarse en el monocromatismo como fórmula o la de directamente optar por una adaptación de estas botas que sea algo más discreta. En tono plata y sin cristales o aplicaciones pueden ser tomadas como si fueran simplemente en gris y ese pequeño detalle ayuda a coger un poco de perspectiva a la hora de decidir qué ponerte.
¿Y si combinas metalizados entre sí? A ver, que no estemos diciendo que te llenes de brillos de pies a cabeza ni que parezca que vas forrada en papel de aluminio, simplemente que sean pequeñas pinceladas en ese mismo tono las que aparezcan repartidas por el estilismo. Has de tener cuidado pero, al mismo tiempo, puede ser interesante si, por ejemplo, utilizas tus botas doradas con prendas que lleven pequeños detalles de oro para que se cree contraste. Es más, incluso puedes unir dorado y plateado que verás que empastan mucho mejor de lo que crees.
Superadas estas etapas de transición hasta habituarse a ellas, puedes subir al siguiente peldaño, al que implica atreverse un poco más y jugar con colores y estampados. Es la más compleja de las apuestas porque, como decíamos, puede ser todo un éxito o un fracaso estrepitoso. El único consejo que podemos darte en este sentido es que escojas muy bien el momento de sacarlas de casa –olvídate de reuniones de trabajo y céntrate mejor en contextos más desenfadados. Solo así podrás presumir de un estilismo dinámico y lleno de personalidad que no decepcionará en ningún caso.
Una versatilidad inesperada la de este calzado en nuestro día a día que, en cualquier caso, funciona siempre como toda una declaración de intenciones.
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