¿Con cuántas personas nos deja nuestro cerebro tener citas?

Según la doctora Helen Fisher no es conveniente tener más de nueve citas antes de conocer más a alguien.
Según la doctora Helen Fisher no es conveniente tener más de nueve citas antes de conocer más a alguien.

Hay quien piensa que ligar es como ir al supermercado y, claro… el hastío puede aparecer perfectamente. El cerebro está preparado para una cantidad específica de estímulos y superarla cansa. Usar el dedo pulgar en aplicaciones como Tinder, Hinge o Bumble no es tan diferente a apuntar con el anular a la hora de elegir uno de los siete millones de champús que se apostan en los estantes. La oferta es casi ilimitada y los comportamientos humanos que derivan de las transacciones, ya sean sentimentales o económicas, son diversos.

Se puede comprar un producto por la etiqueta, por el color, por el nombre o por lo que digan de él pero el que guste o no su contenido es otra historia. Durante el proceso fluye una cantidad de información tal que es difícil de procesar. De esto habló Helen Fisher, investigadora sexual y consultora en match.com, en el podcast, ‘Sexo con Emily’.

“El problema es que el cerebro humano no está hecho para lidiar con tantas opciones. El cerebro tiene un punto justo que ronda entre las cinco y las nueve alternativas. Después no eliges ninguna”, afirmó Fisher a la conductora del podcast, Emily Morse, tal y como refleja la publicación británica ‘The Independent'.

El crebro no aguanta tanta estimulación a la hora de elegir pareja.
El crebro no aguanta tanta estimulación a la hora de elegir pareja.

De esta manera, su recomendación es la de reducir las opciones lo máximo posible. En cuanto a las aplicaciones de citas, lo ideal para llegar al objetivo de lograr pareja según Fisher es dejar de quedar con más gente antes de llegar a las nueve personas.

“Intenta conocer al menos a alguna de esas personas algo más. Cuánto más conoces a alguien, más te gusta, y hay más opciones de que les gustes”, agregó refiriéndose tanto a los hombres como a las mujeres.

La doctora aboga por brindarle una oportunidad a las situaciones sin dejarnos llevar por el tipo de ropa que porte alguien en una foto u otros aspectos superficiales que pueden crear prejuicios que impidan conocer a alguien en profundidad. Para Fisher, la etiqueta no debería ser lo más importante.

“Es mejor decir que sí en lugar de decir que no cuando se trata de aspectos tan menores como unos zapatos que no combinen o una camiseta en lugar de una corbata. Piensa en las razones para decir que sí”, destacó.

Según esta teoría es más conveniente conocer a alguien bien que pensar en la próxima cita.
Según esta teoría es más conveniente conocer a alguien bien que pensar en la próxima cita.

Su teoría indica que el cerebro está hecho para dar negativas en la selección inicial de una pareja y recomienda que haya una mentalidad más abierta y se vea el aspecto más positivo de las personas.

“Si dudas, queda con esa persona otra vez”, comentó en un alegato por no ceñirse a la primera impresión. Para Fisher, cuántos más productos de la misma marca se prueben, más cansancio, más hastío, más insustancial es todo porque la prioridad se acaba convirtiendo en la próxima potencial persona que se va a conocer en lugar de en lo bueno que se puede sacar de la que está sentada frente a nosotros.

No le falta razón pero… ¿dónde queda entonces la intuición? ¿Cómo se combaten los prejuicios inconscientes? Cuánta más consciencia se tenga de nuestros comportamientos mejor, siempre que sirvan para mejorar y para no discriminar. Nos queda un largo camino antes de conocer plenamente cómo funciona nuestro cerebro y la manera en la que impacta en nuestros actos. Nuestros dedos, ya sea el pulgar o el anular, seguirán eligiendo las opciones que consideramos apropiadas y nos equivocaremos, nos cansaremos y seguiremos tropezando con la misma piedra, que para eso somos humanos.