El Conde, de Pablo Larraín, ya tiene calificación de la crítica
El Festival de Cine de Venecia 2023 ya arrancó y trae consigo varias propuestas interesantes. Este año en particular, parece que las cintas biográficas tienen prioridad, pero eso no significa que el evento será repetitivo. Pablo Larraín presenta El Conde (76%), película donde pone a Augusto Pinochet al centro, aunque no lo hace de una manera convencional. En vez de mostrarnos su vida y dictadura, el director decidió tomar la figura del general para hacer una comedia negra sobre su legado y la huella histórica que dejó en un país eternamente herido por sus acciones.
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Pablo Larraín es un director chileno que gusta de retratar figuras históricas muy relevantes. A pesar de que este interés podría llevarlo a convertirse en un creador muy predecible, lo cierto es que siempre encuentra la forma de darle la vuelta al género. Parte importantes de su éxito es que, en vez de enfocarse en contar toda la vida y obra de una persona, él prefiere centrarse en un evento único que cambio el rumbo de sus respectivos caminos. En Jackie (88%) fue el asesinato de John F. Kennedy, en Neruda (94%) fue la persecución comunista que sufrió el poeta, y en Spencer (85%) fue la Navidad de 1991 donde la princesa Diana tuvo que enfrentar la realidad sobre su matrimonio dentro de la realeza.
¿De qué trata 'El Conde'?
Ahora, el director estrena El Conde, una cinta de comedia negra y horror donde se revela que Augusto Pinochet nunca murió pues es un vampiro. Tras años viendo lo que sus acciones provocaron en su familia, linaje y legado, el dictador chileno decide que es tiempo de morir. Jaime Vadell, quien ya ha trabajado en otras ocasiones con Larraín, da vida al general, tomando un rol que podría ser de los más comentados en el año, ya que la propuesta ha recibido comentarios muy diversos desde que se dio a conocer el primer avance.
Para algunos, es bastante insensible el tomar la figura de Pinochet para presentarlo como un vampiro que sobrevivió a los horrores que él mismo provocó en la vida real y que fracturaron para siempre a Chile. Para otros, se trata de una forma ingeniosa de lidiar con la sombra de lo que hizo como dictador, y al presentarlo como un monstruo de ficción se pueden abordar puntos que de una forma realista podrían ser más complicados o dolorosos. De igual forma, al ser una comedia negra se pueden dar ciertos lujos narrativos para criticar y atacar su figura desde diversos ángulos.
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El Conde (76%) se estrenará en Netflix el próximo 15 de septiembre, cuatro días después del aniversario 50 del golpe de estado donde Pinochet subió al poder en Chile. Pero antes de que el público en general pueda disfrutar de la propuesta, Larraín presentó la cinta en el Festival de Cine de Venecia 2023 donde recibió críticas bastante buenas, aunque algunas no tanto. En general, los expertos están de acuerdo en que la idea es arriesgada y algo pesada, pero tiene puntos muy interesantes para tratar a esta figura histórica.
¿Qué dice la crítica de 'El Conde'?
Todd McCarthy de Deadline:
...esto podría hacer que algunos espectadores con una mentalidad más histórica y parcial hacia el cine de arte sientan que los cineastas talentosos de alguna manera se han rebajado al entrar en la arena de los fantasmas y demonios, pero todo lo contrario; en realidad, la película ofrece una perspectiva penetrante de la historia de alguien que también fue un combatiente profundamente comprometido. Los creadores pueden lograrlo porque conocen su historia, tienen formas inteligentes de contar una historia y pueden ofrecer una sátira del orden más oscuro.
Jessica Kiang de Variety:
Nada en esta película frecuentemente brillante pero tremendamente retorcida es fácil, ni trabajar a través de la narrativa anudada, ni tratar de encontrar una línea moral clara en medio de todo el nihilismo sarcástico y escabroso (...) Como objeto de arte magníficamente desagradable, El Conde tal vez sea mejor abordarlo como un desafío: pasa el desafío si te atreves, y si, en el otro extremo, emerges aturdido y perturbado en lugar de simplemente entretenido, tal vez eso sea simplemente las astillas que obtienes cuando intentas estacar a un vampiro.
David Ehrlich de IndieWire:
Fría y oscuramente divertida (la mayor parte del humor de la película proviene de su crueldad), El Conde tiene muchas premisas y poca trama. Este es el tipo de obra histórica de alto concepto que exprime tanto como puede de una sola idea; el tipo de salvaje y enérgico "¿y si?" que invariablemente disfruta más sentando las bases de su historia que colocando algo sustancial encima de ella.
Josh Parham de Next Best Picture:
Hay una cantidad obvia de talento que se puede encontrar en El Conde. Los métodos de Larraín como narrador pueden resultar atractivos y frustrantes al mismo tiempo. El comentario es fascinante en sus temas, pero también tiene dificultades para reunir este mosaico en un material que lo mantenga unido. Pueden surgir algunos momentos divertidos, pero chocan con las secuencias más severas. El análisis metafórico puede ser interesante, pero también está planteado con demasiada claridad para ser innovador.
Pepa Blanes de Cadena Ser:
Jiame Vadell tiene la dura misión de encargar a Augusto Pinochet, sin que el espectador sienta empatía y sin caer en la caricatura. El actor lo consigue y brilla como el resto del reparto, donde está Alfredo Castro, habitual del cine de Larraín.
Manu Yáñez de Fotogramas:
Más allá del ejercicio de fabulación histórica, ‘El Conde’ dispara con inquina contra el legado del pinochetismo, que pervive con fuerza en un Chile que, después del estallido social de 2019, parece ahora a merced del auge de una ultraderecha liderada por José Antonio Kast, un heredero del dictador. Larraín sabe bien lo que supondrá para el público chileno contemplar la icónica imagen del Pinochet-vampiro surcando los cielos del actual Santiago de Chile...
Nick Schager de The Daily Beast:
Larraín reconoce que el Pinochet de la vida real era un demonio con pocos iguales en la historia y, por lo tanto, la descripción que hace El Conde de él como una bestia estilo Drácula resuena como un chiste sombríamente divertido. La película juega como un cruce entre una película de terror, Sucesión y La muerte de Stalin...
David Rooney de The Hollywood Reporter:
La gloria suprema es la partitura de Juan Pablo Ávalo y Marisol García, adecuadamente cargada de hilos tempestuosos que van desde la melancolía hasta la agitación y el poder siniestro a toda velocidad. Esos pasajes se combinan efectivamente con composiciones centenarias de Strauss, Britten, Purcell, Vivaldi, Gabriel Fauré , Arvo Pärt y André Caplet, entre otros.
Rafaella Sales Ross de The Playlist:
Si en sus películas anteriores sobre el régimen Larraín optó a menudo por la sutileza, en “ El Conde ” la elusividad es una noción ajena. Es emocionante ver al director dar repetidamente en el clavo sin mucho deseo (o preocupación) de abordar el subtexto. Aquí, la extensa lista de crímenes atroces de Pinochet es leída claramente y con gran detalle...
Javier Zurro de El Diario:
La metáfora es clara. Pinochet sigue vivo en el Chile actual. Está vivo porque nunca se le juzgó, porque nunca hubo un buen ejercicio de memoria histórica, y el cine viene a mostrar los errores. A hacerlo desde la sátira, desde el género y desde la exageración. Esa idea es la columna vertebral de El conde, y es una idea tan potente, tan brillante y tan suicida que a la película se le acaban perdonando sus errores.
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