“Las pibas” se confiesan: la advertencia a Evangelina Salazar, una invitada arrepentida y el tema del que nadie quiso hablar
Lo que empezó como un chat grupal para conversar y coordinar viajes y salidas, un día se convirtió en un podcast: Las pibas dicen, por Blender, donde cada una de sus integrantes, las hermanas Julieta y Rosario Ortega, su excuñada Ana Paula Dutil, y su amiga Fernanda Cohen, expone en primera persona alguna temática existencial que la interpela. “¿De qué vamos a hablar?”, fue lo primero que Julieta le preguntó a Rosario cuando ella sugirió llevar adelante este proyecto. “De lo que hablamos siempre, pero con un micrófono prendido”, fue la sincera y sencilla respuesta de la cantante, hija menor de Palito Ortega y Evangelina Salazar. Así, en la primera temporada (que también integraba Andrea Rincón) “desnudaron su alma”, como les gusta decir, en temas como sexo, celos, infidelidad, maternidad y depresión . Este último fue el episodio más resonante porque fue donde Ana Paula (exmujer de Emanuel Ortega) habló por primera vez en público del grave cuadro de depresión que atravesó, así como del día en que intentó quitarse la vida y Julieta Ortega la salvó.
En los seis episodios de esta nueva y tercera temporada, “las pibas” vuelven a ponerse frente al micrófono junto a invitados especiales para reflexionar, desde una mirada íntima, sobre miedos (con Natalia Oreiro), diversidad sexual (junto a La Chola Poblete), perdón (donde Dutil continúa con la trilogía que comenzó con el capítulo sobre depresión), hermanos (con Sebastián Ortega), amigos (Kevin Johansen) y la vida después de los 50 (Maitena).
-¿Cómo llegaron a concretar esa idea de Rosario en lo que hoy es Las pibas dicen?
Julieta Ortega: -Una cosa es querer hacer algo y otra es tener los medios para hacerlo. Cuando empezamos a averiguar, primero teníamos la opción de que fuera un podcast sin imagen, a mí esa idea me entusiasmaba. Mi representante, Javier Furgang, me dijo “eso no hay forma de monetizarlo”. Entonces dije ‘no, no estamos jugando ni lo hacemos por amor a la comunicación’. Esto tenía que dar sus frutos económicos y tenían que ser palpables, sino no funcionaba para nosotras . Ahí, Blender estaba naciendo a la par nuestra y escucharon a una de nosotras decir en una nota que queríamos hacer un podcast. Nos convocaron a una reunión y así empezamos.
Fernanda Cohen: -Algo que nos unifica a las cuatro en cómo llegamos a este proyecto es la búsqueda de autonomía laboral. Cada una tiene su profesión, actriz, cantante, decoradora e ilustradora, pero buscamos la forma de trabajar donde pase por nosotras la generación de ese trabajo y no por un cliente que te llama.
-En sus redes, sus oyentes [el 98 por ciento son mujeres] les agradecen por la forma en que abordan estas temáticas y dicen sentirse identificadas y acompañadas por sus testimonios...
Rosario Ortega: -Creo que la diferencia entre otros programas que existían acá [en Argentina] y lo que hicimos nosotras es que no hay tanta gente más o menos conocida hablando en primera persona de problemas de salud mental. Lo que se suele hacer es charlar de lo que está pasando o hablar más desde afuera. De hecho, nos pasa que a veces a la gente le cuesta mucho abrirse, hubo invitados a los que les costó muchísimo y no pudieron ahondar tanto .
Julieta: - Siempre pensamos que primero nosotras teníamos que sacarnos la ropa si queríamos que la otra persona se desnude o se sienta desnuda . Para llegar al hueso de una conversación, tenés que ir al punto y tenés que empezar vos. Bajo esa premisa, creo que todas nos sentimos lo suficientemente cómodas para hablar de cosas más personales. Creo que esta es la nueva televisión, pero todavía no está asumida como tal, entonces uno se siente más a salvo. No es lo mismo hablar de ciertas cosas en un programa de la tarde que hacerlo en tu espacio, que termina siendo la misma televisión porque está ahí, gira, la gente comenta, pero es nuestra casa también.
Fernanda: -Creo que el impacto en la gente es el factor empatía, el sentir que a otros también les pasa lo mismo, y por otro lado, que somos cuatro amigas que nos conocemos mucho. Esto era impredecible para nosotras cuando empezamos, no entendíamos el impacto que iba a tener. La gente nos escribe diciendo “me cambiaron la vida”. Anita genera una empatía tremenda, es impresionante lo que la gente reaccionó a sus relatos, en esa vulnerabilidad a flor de piel que la caracteriza . A ella no le gusta que hablen tanto de ella, pero es la que más salvó a gente.
Ana Paula Dutil: -[Interrumpe a Cohen entre risas] Ya está, no hablemos más.
Julieta: -Que lo cuente ella…
Ana Paula: -Hablemos de Las pibas... Es una charla verdadera entre amigas, no hay un guion y ninguna baja línea. Cada una elige qué tema va a hablar y escribe su monólogo. Nos juntamos previamente a la grabación para tener idea de lo que cada una va a decir y siempre tenemos algo para compartir de la otra porque pasamos tiempo juntas, la vida, son muchos años . Estás en ese living charlando, ahora es una cocina [dice en referencia a la escenografía], y no te das cuenta que en realidad estás frente a una cámara y contás cosas que son íntimas.
-¿Sentís que estabas preparada para hablar de tu depresión?
Ana Paula: - No sé si estaba preparada, lo que sí hice antes del episodio fue hablar con mis cuatro hijos y preguntarles si estaba bien que hablara de eso . Me dijeron “sí, mamá”, y para mí fue suficiente. Y hablé, se fue dando la charla y se compartió entre nosotras porque hubo cosas que pasamos juntas durante esa etapa.
Rosario: -Y te abriste completamente, podrías haberlo hecho solo en un cincuenta por ciento.
Ana Paula: -Sí, es que yo soy así.
Julieta: -Y fue idea de ella. Cuando cada una eligió su tema [para la primera temporada], Ana enseguida dijo “depresión”.
-¿Ana, cómo fueron las repercusiones de lo que contaste?
Ana Paula: -Fue un montón, más allá de los mensajes que llegaban a la cuenta de Instagram de Las pibas..., también me escribió a mi cuenta personal mucha gente que no estaba bien diciendo que no tenía recursos para acceder a profesionales. Ahí dije “hay que hacer algo”. María Eugenia Vidal me dio un espacio en la Universidad de la Ciudad, se llama Hablemos , donde nos juntamos con un grupo a hablar todos los lunes. No es terapia, pero hay una profesional.
-¿Hubo algún tema que quisieron abordar y por algún motivo no se pudo?
Ana Paula: -[Enérgica, levanta el brazo antes de hablar] En esta temporada íbamos a hacer “la actual y la ex” pero ningún invitado quiso hablar de eso . Yo había escrito mi monólogo y estaba orgullosísima, tenía mucho humor.
Fernanda: -Antes de sentarte frente a una cámara y hablar, el trabajo de preproducción que hacemos equivale a años de terapia condensados . Yo a mis temáticas las puedo tener más trabajadas porque soy muy introspectiva, pero de pronto las chicas sugieren hablar de “miedos” y tengo que pensar cuáles son mis miedos, porque yo no soy miedosa. Creo que a todas nos pasó eso, te vas planteando temáticas que tal vez no son tan propias y pensás: “¿Cómo me siento yo con esto?”, “¿qué es lo que tengo para aportar desde la primera persona?”. O lo hacés y lo das todo o no lo hacés.
Julieta: -Muchas veces sentís que no es tu tema, que no tenés nada para aportar y... Yo hace muchos años que no voy a terapia, pero cuando iba me acuerdo que había días en los que creías que no tenías nada para decir y terminaban siendo los días más ricos.
Fernanda: -En los dos teatros que hicimos en Uruguay hablamos de cosas que no salen en cámara y somos mucho más graciosas, es una especie de stand up [”De LAM”, interviene Rosario]. La gente se mata de risa.
Julieta: -Aparte, en el teatro podemos hablar de gente con nombre y apellido, cosa que en el podcast no hacemos . Obviamente, a veces ella [dice por Ana Paula] habla de un ex, que es nuestro hermano [Emanuel Ortega], está implícito, se sabe, y así hay miles de cosas. Porque también ella [señala a Carla Moure] es la ex de otro hermano [Sebastián Ortega], que encima estuvo de invitado en el episodio “Hermanos”. Es raro también, y cuando hablamos de nuestra madre [Evangelina Salazar], ella lo va a ver, en cambio en el teatro no está y nos sentimos más libres.
-Además de Ana Paula, que consultó con sus hijos, ¿el resto le avisa a sus familiares?
Rosario: - Yo en esta temporada hablé de mi sexualidad [el episodio aún no se emitió] y le dije a mi mamá “voy a hacer este capítulo”, como para que ella decida si tiene ganas de verlo . Siempre los ve todos.
Julieta: -Ah, no sabía que le habías dicho, pensé que la íbamos a distraer para que no lo vea.
Rosario: -No, no. Y pasó también con otro capítulo que se lo queríamos esconder, el de madres. Pero después lo vio y como no hablamos todo mal, también dijimos cosas buenas, entonces se compensa.
Ana Paula: -En la primera temporada tuve algunos enojos, pero lo surfeé. Le dije “la próxima te consulto”. Alguien siempre se enoja, pero nunca damos nombre y apellido, ni siquiera he dicho el de mis hijos, y siempre hablamos desde nosotras.
-¿Queda mucho material jugoso afuera cuando editan el podcast?
Julieta: -En esta temporada no. Lo que más quedó afuera fue un episodio de una invitada que se arrepintió de muchas cosas que dijo y se lo sacamos .
-¿Cómo es trabajar entre familia y amigas?
Julieta: -Es divertido…
Rosario: -Y es intenso.
-¿Qué pasa cuando hay algún punto de discordia o desacuerdo?
Fernanda: -[Todas se ríen y señalan a Fernanda] Yo soy la mediadora. Para mí es un placer trabajar con ellas todo el tiempo, y cuando hay momentos en los que se intensifica la vinculación de amigas/trabajo, aparezco a mediar. Pero, como dice el Bambino Veira, la base está. Tenemos una base muy firme y muy linda. No hay conflictos de base, eso es fundamental. Hay formas, hay compatibilidad a veces de personalidades o las formas en que tratamos ciertos temas, pero todo se trabaja y se habla.
Rosario: -O por ahí despierta cosas que quizás ya estaban medio implícitas, pero esto lo saca todo para afuera.
-¿Por ejemplo?
Rosario: -Porque tenemos personalidades muy distintas y es obvio que trabajando se ve todo más. No es lo mismo irte de vacaciones y charlar, estar en un rato como amigas, que tener que poner en juego tu ego, tus partes más oscuras, todo.
Julieta: -Y también la toma de decisiones. No es lo mismo decidir una que cuatro. Y nosotras coproducimos con Blender desde la edición hasta cómo va a ser el set. Lo que nos diferenció del primer año es que la trajimos a Carla Moure [excuñada de Julieta y Rosario], que es nuestra productora ejecutiva, y queríamos a alguien de nuestro riñón para mediar con Blender. La encargada de unificar las opiniones de las cuatro es Fernanda, que se lo pasa a Carla, y ella a Blender.
Fernanda: -Si tenés dos personalidades que son demasiado similares, van a chocar en vez de complementarse. Siempre nos preguntan qué aporta cada una. Rosario tiene una cabeza productora fresca, es la que más consume todo lo que es podcast. Julieta tiene una cabeza productora muy fuerte y es un motor que no para nunca, que a veces decís “es intenso”, pero es lo que hace que funcione todo. Yo soy logística y orden, y Ana Paula es sensibilidad. Hay una armonía que hace que no choquemos y que nos complementemos en las tareas como cuatro amigas que trabajamos juntas.
-¿Hay algo de reinventarse a la hora de hacer este proyecto, o salir de su zona de confort?
Rosario: -En mi caso, me di cuenta que me gusta la producción, el detrás de cámara, plasmar ideas que no necesariamente tienen que ver con la música. Para mí fue un descubrimiento. En un montón de cosas, hablar frente a una cámara me hizo sentir más expuesta que en un escenario . A la vez, es como si hablar hubiese destapado algo de mi vulnerabilidad que no me molesta mostrar, abrió otra puerta. También me ayudó en mi manera de expresarme en la vida diaria, de saber lo que quiero decir y poder comunicarlo. Antes, por ejemplo, si me estaba peleando con alguien me ponía a llorar, y ahora el podcast hizo que pueda enfrentar esos momentos.
Fernanda: -Yo no soy un personaje público, soy ilustradora de profesión y dibujo los sets de Las pibas... Para mí estar frente a la cámara fue algo nuevo, pero no me costó tanto porque hice mucha oratoria y porque evidentemente soy extrovertida y tengo capacidad de resolución verbal a la hora de hablar un tema. Sumado a que estar con tres amigas es un mundo de diferencia, te da una contención que no tendría de otra forma.
Julieta: -Me hizo bien, también. En el capítulo de miedos todas dijimos algo en relación a esto, que cuando uno habla, el monstruo se achica . Yo creo mucho en eso. Esas cosas de las que no se hablan se agigantan con el tiempo. Yo creo que decir es un gran comienzo. En ese sentido, me ayudó. Siempre fui extrovertida, leía, escribía, conversaba. Es más, soy un peligro porque digo todo, lo mío y lo del otro también. Pero creo mucho en el poder de la palabra. Y te digo la verdad, siempre me interesó más la conducción que la actuación. Cuando era chica jugaba a conducir, era insoportable . Y la producción me encanta, entonces, se conjugaron todas esas cosas y estoy como pez en el agua.
Ana Paula: -A mí me hizo muy bien. Hablar de las cosas que no se suelen hablar y los monólogos me hicieron muy bien . Cuando hacía terapia me decían que tenía que escribir y yo no lo hacía. Con el podcast empecé a escribir y ahora estoy escribiendo de todo, sin parar, y me encanta, me hizo súper bien. Pero me cuesta mucho verme, no me gusta.