¿Conoces los pros y los contras de los separadores de dedos para los pies?
Todo lo que rodea a Cristina Pedroche genera expectación. Sus seguidores en redes sociales no dudan en comentar todas y cada una de las historias que comparte y ella misma ha reconocido en alguna ocasión que una de las que más curiosidad genera es la relacionada con los separadores de los dedos de los pies que utiliza. Hemos querido hablar con dos expertos, una podóloga y una fisioterapeuta, para valorar los posibles pros y los contras de estos dispositivos.
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¿Qué son?
“Son dispositivos para mejorar la alineación de los dedos en toda su estructura, huesos y partes blandas. Esta alineación en ocasiones se pierde por presencia de patologías y ello, además de generar dolor, menoscaba la función de la estructura digital”, nos cuenta María Lozano de La Hoz, podóloga y vicepresidenta ICOPCV (Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana). “Estos dispositivos ortopédicos están hechos de distintos materiales, diseñados para mantener los dedos de los pies separados entre sí con el fin de corregir problemas de alineación de las falanges que pueden conllevar diferentes disfunciones como hallux valgus (que causa el juanete), dedos en garra etc. que normalmente van asimismo acompañados de disfunciones biomecánicas en la pisada y en la sujeción del arco del pie”, nos cuenta por su parte nos explica la fisioterapeuta y entrenadora personal Ana Ginto (@anitaginto)
¿Cuáles son sus beneficios?
En opinión de la experta del ICOPCV, los separadores sólo mientras están puestos mejoran y optimizan la función de los dedos desviados: su orientación articular y la funcionalidad de las partes blandas, por eso su uso en reposo no genera ningún beneficio. “Sí que es cierto que durante el crecimiento va tutorizando la posición del dedo mientras este crece. Por este motivo, únicamente en este caso sí podemos decir que tiene una acción correctora durante el crecimiento. En algunas personas con patologías instauradas, se usan mientras caminan y tienen una acción protectora, para proteger estructuras digitales ya desviadas y que no se lesionen más a causa de esta desviación”, nos cuenta la experta, que añade que, en su opinión, fuera de estos usos, los separadores no son más que un estorbo a los dedos que deben permanecer libres y con espacio suficiente. “Las correcciones en adultos no existen, dado que los huesos ya están desarrollados y caminar con dispositivos entre los dedos puede ser peligroso si no son dispositivos a medida diseñados por un podólogo”, apunta.
“Mi opinión personal, apoyada por la bibliografía existente hasta el momento es que realmente son dispositivos que pueden ayudar, pero en ningún caso deberían utilizarse solos. Al ser unas estructuras pasivas, pueden ‘sujetar’ los dedos en la posición estática, lo cual sería similar al trabajo de las fajas para la lumbar o los chalecos correctores de postura y pueden quitar la sintomatología, pero a su vez están evitando que los músculos trabajen, por ello considero interesante su uso siempre que vayan acompañados de un trabajo de la musculatura profunda del pie y del abductor del dedo gordo del pie (en el caso del hallux valgus causante del juanete)”, comenta por su parte Ana Ginto.
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¿Ayudan a prevenir problemas?
Quienes los usan explican que ayudan a prevenir juanetes, dedos en garra, uñas encarnadas... “Sólo previenen y corrigen o ayudan a corregir (y casi nunca como único tratamiento) en niños que no han finalizado el desarrollo. Muchas personas los recomiendan porque desconocen los procesos de formación y desarrollo del cuerpo humano, cuando no estudias de manera específica estos procesos tiendes a creer que la física funciona igual en todas partes. Relacionar diagnósticos de patologías y personas es algo que muchas personas hacen desgraciadamente sin criterio, pero que sólo los sanitarios pueden realizar”, comenta la podóloga.
Mientras, para la fisioterapeuta, la bibliografía científica no es concluyente. “No hay suficientes pruebas de alta calidad sobre la elección de tratamientos conservadores para la deformidad del juanete, o los dedos en garra, sólo hay unos pocos ensayos aleatorizados con un tamaño de muestra pequeño, por ello no se puede afirmar de forma rotunda y son necesarios más estudios. Lo que sí se ha podido demostrar es que las intervenciones con más éxito son las que utilizan una combinación de ejercicio, separador de dedos y férulas nocturnas para el ángulo intermetatarsiano (AIM) de los pacientes con hallux valgus. En cuanto a los tratamientos para reducir el ángulo del dedo gordo hacia a dentro (hallux valgus), la combinación de ejercicio y separador de dedos y el tratamiento con punción seca tienen la mayor probabilidad de ser las mejores intervenciones”, comenta.
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¿Un dispositivo con pros y contras?
Basándose en su experiencia, Ana Ginto cuenta que algunos pacientes con hallux valgus notan una reducción del dolor. Sin embargo, si son muy rígidas también estarán impidiendo que trabajen nuestros músculos y si los usamos durante mucho tiempo, puede ser que nuestra musculatura no esté preparada para ello.
“Asimismo puede resultar incómodo porque nuestros zapatos no estén hechos para este tipo de ortesis, ya que debemos de buscar calzados con la parte de adelante ancha”, apunta Ana Ginto, que cuenta, además, que el uso de separadores de dedos en personas con diabetes y problemas de circulación puede tener ciertas contraindicaciones y riesgos. El uso de separadores de dedos puede aumentar la presión sobre los tejidos y los vasos sanguíneos en la zona entre los dedos, lo que potencialmente puede reducir la circulación sanguínea. En personas con problemas de circulación, como aquellas con diabetes, esto puede ser especialmente preocupante, ya que una circulación inadecuada puede dar lugar a úlceras o infecciones en los pies que pueden ser difíciles de curar, además las personas con diabetes a menudo experimentan neuropatía periférica, lo que significa que pueden tener una pérdida de sensibilidad en los pies. El uso de separadores de dedos podría aumentar el riesgo de lesiones o fricción sin que la persona lo note, lo que podría llevar a complicaciones”, nos cuenta.
Mientras, en opinión de la podóloga, los pros son que protegen, alinean y mejoran la función en dinámica, nunca en reposo y corrigen en niños siempre que sean a medida y diseñados por un podólogo. “Los dispositivos de venta en almacenes son estándar, pueden no ajustar en talla, en alineación o en función... y entonces generar presiones, roces, estrangulamientos y abrasiones digitales. A nadie se le ocurre ir al supermercado a comprarse la primera ortodoncia que tengan a la venta, cada alineación es personal e individual, de la misma manera que lo es en los pies”, detalla, añadiendo que deben utilizarse siempre bajo indicación de un podólogo en función del diagnostico y la patología a tratar.
Cómo se deben usar
Tal y como explica Ana Ginto, se recomienda un uso progresivo, ya que se cambia la biomecánica de la pisada y el apoyo. “Por ello para que las adaptaciones sean adecuadas, empieza por usar tus separadores 30 minutos al día y añade entre 15-30 minutos cada día, intenta usarlo durante el día cuando estés activo. Mejor primero con tu calzado habitual, si no estás acostumbrado a ir descalzo, y además pones todo el día los separadores, no das tiempo a la musculatura a adaptarse. Los cambios deberían ser progresivos y dependiendo de tu tolerancia. Los separadores deberían adaptarse a la plantilla de tu zapato”, nos explica.
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Distintos tipos
¿Hay distintos tipos en función del problema que necesitemos tratar? La podóloga nos detalla que así es y que cada uno se diseña específicamente para la patología y el paciente concreto. “Hay casos en los que ante la misma patología el mismo separador no está igual de indicado para un paciente que para otro, lo dicho, depende del diagnóstico profesional”, nos cuenta.
Por su parte, Ana Ginto nos detalla algunos de esos tipos, dependiendo del objetivo que se busca:
Los separadores para dedos que se colocan entre los 5 dedos del pie y buscan darles espacio y ayudan a los dedos a recuperar su alineación natural, buscando restaurar su función original y favorece el fortalecimiento y el alivio del dolor. Hechos para juanetes, pies en garra, dedos cruzados, neuromas y dolor de fascia plantar.
Férula para dedo en martillo.
Mini bandas plantares con gel: Protegen y alivian el dolor en la zona de los metatarsos, evita la formación de durezas, absorbe los choques y reduce las callosidades.
Separador del dedo gordo del pie, dinámico y fijo.