Las consecuencias para la salud de saltarse a la torera los horarios de comida y sueño

Vas siempre a matacaballo, sales de casa sin desayunar, picas cualquier cosa en función del trabajo, no llegas a tiempo para la cena y picas algo a última hora de la noche.. podrías causar una alteración del ritmo circadiano normal, lo que se conoce como 'crono-disrupción', la gran amenaza para el reloj circadiano y para tu salud, ya que eleva el riesgo de obesidad y diabetes. (Foto: Getty)

No es una manía de madre o abuelas. Comer, cenar y dormir siempre a la misma hora es mucho más importante para tu salud de lo que crees. Hace décadas que se habla de la importancia de ciertos factores en nuestra salud tales como el patrón de sueño, los horarios de las ingestas, los turnos de trabajo y la duración de la jornada laboral.

Es decir que la hora de irte a dormir, las franjas horarias destinadas a las comidas principales del día y los horarios de trabajo pueden favorecer o entorpecer el buen funcionamiento de tu organismo y a la larga, vivir en la anarquía total, sin normas ni horarios, puede pasar factura a tu salud. No estamos hablando de hacer ayuno, sino de dormir y comer sin unas rutinas determinadas.

De hecho, el buen funcionamiento del ritmo impuesto por el ciclo sueño-vigilia, controlado por relojes genéticos a nivel cerebral y de manera específica en cada órgano, es un determinante de salud, una pieza clave en el correcto funcionamiento de nuestro organismo, de forma que su disrupción o alteración se asocia con la aparición de enfermedades metabólicas.

Y es que el metabolismo tiene un ritmo circadiano, donde la ingesta, el gasto energético, la utilización de la glucosa, la secreción de insulina y la sensibilidad a la misma están sujetos a cambios relacionados con el día y la noche (ciclo de sueño-vigilia).

En biología, se entiende como ritmos circadianos, aquellos ritmos biológicos que se repiten en intervalos con cierta periodicidad, y cuya unidad de medida es de un día aproximadamente (desde 20 hasta 28 horas). En consecuencia, hace referencia a la regulación de nuestro cuerpo, incluyendo el apetito y el sueño.

Cuando nos saltamos todo esto a la torera y comemos y dormimos de manera desordenada, se producen una serie de desajustes que hacen que nuestro organismo se altere y vaya cambiando.

Es lo que se conoce como ' cronodisrupción' (una alteración del considerado ritmo circadiano normal) que afecta el metabolismo del tejido adiposo y modifica la secreción de hormonas relacionadas con el balance energético, lo que termina por provocar un aumento de peso.

De manera que si no respetas estas 'normas', es muy probable que tu cuerpo vaya cambiando e incluso enfermando poco a poco. Y es que los ritmos circadianos están estrechamente relacionado con nuestro bienestar. Por eso, su alteración puede favorecer la aparición de patologías físicas como la diabetes y obesidad, o en otros casos mentales, como la depresión, el insomnio, el trastorno bipolar, etc.

Todo esto se explica porque la segregación de hormonas depende de nuestro reloj biológico. De esta manera, un ritmo circadiano irregular provocaría desajustes en la producción de las mismas, y por ende, en el funcionamiento de nuestro organismo.

La investigación ha demostrado que existe una clara asociación entre alteraciones en el ritmo circadiano derivadas del estilo de vida (trabajos y comidas de horario nocturno) y enfermedades tan prevalentes como la diabetes tipo 2 y la obesidad. Por eso se recomienda preservar los tiempos de ingestas, la actividad física y un tiempo de sueño de al menos 6 horas. 

La razón de que todo esté relacionado es el reloj circadiano, un circuito de retroalimentación genético ubicado en el hipotálamo. Pero también existen relojes circadianos en una gran variedad de tejidos como:

  • Hígado,

  • Corazón,

  • Pulmón,

  • Riñón, entre otros.

Todos estos órganos son capaces de modular la información recibida para determinar nuestro ritmo biológico. Se ha demostrado (en modelos animales y en células humanas), que “la función alterada de los genes reloj puede dar como resultado alteraciones del metabolismo hidrocarbonado, adipogénesis, obesidad, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia e hiperleptinemia, debido a cambios en el ritmo de alimentación diurno y cambios en el gasto energético”, explica la doctora Carolina López Cano, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitari Arnau de Vilanova (Lleida),

Además, en estudios clínicos llevados a cabo en trabajadores con turnos nocturnos se evidencia la interconexión bidireccional entre el reloj circadiano y la obesidad. El riesgo de obesidad aumenta en personas con disminución en el descanso nocturno y cambios en los horarios de comida, así como se observan cambios inflamatorios en el hipotálamo, alteraciones en la secreción circadiana de hormonas implicadas en el balance energético y otros trastornos que perpetúan la 'crono-disrupción' y aumentan la prevalencia de obesidad y de DM tipo 2.

La resistencia a insulina precede al desarrollo de diabetes mellitus tipo 2, y además es un denominador común en el denominado síndrome metabólico.

Pero estos hallazgos también tienen una traducción positiva. Como asegura la Dra. López Cano, “es creciente la investigación clínica que demuestra la relevancia de la cronobiología en las intervenciones terapéuticas de la obesidad".

Según la especialista, “la cronobiología y las disrupciones de la misma van a corroborar la importancia de un hábito de vida bien ‘sincronizado’ para ofrecer mejoras en el tratamiento de la obesidad”.

Entre otros hallazgos, y solo a modo de ejemplos, se ha puesto de relieve el impacto de las variaciones estacionales que condicionan cambios en variables metabólicas y en la pérdida ponderal de pacientes tras someterse a una cirugía bariátrica. Igualmente, se ha confirmado que se puede obtener un mayor beneficio de la actividad física en los parámetros relacionados con el metabolismo de los hidratos de carbono cuando ésta se realiza en horario vespertino.

En general, se aconseja tener en cuenta la posible alteración en el ritmo circadiano de las personas con obesidad, como una primera manera de abordar el problema, tratando de buscar los determinantes psico-sociales que influyen en estos ritmos.

“En cada individuo, el determinante será diferente, pero un punto importante es intentar preservar los tiempos de ingestas, la actividad física y un tiempo de sueño de al menos 6 horas, insiste la especialista, quien asegura que “la caracterización genética y la identificación de los factores desincronizadores ambientales nos permitirán revertir la 'crono-disrupción' y mejorar el tratamiento de la obesidad”.

En definitiva, además de tener en cuenta los hábitos de vida y revisar nuestros horarios de descanso y comida, también es importante conocer nuestra composición corporal y la función muscular para estar prevenidos ante las enfermedades metabólicas.

¿Entiendes ahora por qué es tan importante establecer y respetar horarios de sueño y comidas? Duerme de noche, e intenta despertarte temprano, en la hora en la que sale el sol. Además, procura que esa hora sea la misma cada día.

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