Las escandalosas cenas de los novatos de la NFL dividen a los jugadores

Pappas Bros. Steakhouse en Dallas fue la sede de una cena de novatos de la NFL en 2010 que le costó 55.000 dólares a Dez Bryant de los Vaqueros de Dallas. (Jonathan Zizzo/The New York Times).
Pappas Bros. Steakhouse en Dallas fue la sede de una cena de novatos de la NFL en 2010 que le costó 55.000 dólares a Dez Bryant de los Vaqueros de Dallas. (Jonathan Zizzo/The New York Times).

Una cena en la NFL: Una botella de cabernet sauvignon Screaming Eagle: 3495 dólares. Diecinueve tragos de coñac Rémy Martin Louis XIII: 4525 dólares. Filetes de entrecot, bandejas de mariscos, botellas de agua Voss: 1014 dólares.

Total: 17.748 dólares. Con propina, más de 20.000 dólares.

Para muchos comensales, esa podría parecer una cantidad estrafalaria para gastar en una comida, incluso para un grupo grande. Para los atletas de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por su sigla en inglés), es un ritual de décadas conocido como la cena de los novatos: una comida exorbitante que se espera que los jugadores nuevos les paguen a sus compañeros de equipo.

En este caso en particular, el encargado de pagar la cuenta de la comida de 2014 en el restaurante de carnes Del Frisco fue Lane Johnson, un jugador elegido en la primera ronda del reclutamiento y tacle ofensivo de las Águilas de Filadelfia, quien publicó la cuenta en Twitter.

Pagar estas cuentas de cinco cifras se ha vuelto una práctica estándar en toda la NFL, “como ponerte las hombreras antes de los entrenamientos”, comentó Channing Crowder, quien jugó como apoyador para los Delfines de Miami. “Es parte del juego”.

En 2019, D’Andre Walker, jugador elegido en la quinta ronda del draft y apoyador de los Titanes de Tennessee, publicó la cuenta de una cena que superó los 10.000 dólares en Jeff Ruby’s Steakhouse, en Nashville, Tennessee. Ese mismo año, Deebo Samuel, un receptor de los 49ers de San Francisco, les pagó una cena de novatos a sus compañeros de equipo con una cuenta de 3700 dólares en Shanahan’s, un restaurante de carnes en Denver. La cena que tal vez posea el récord de la más costosa se celebró en 2010 en un Pappas Bros. Steakhouse, donde Dez Bryant, quien en aquel entonces era jugador de primer año con los Vaqueros de Dallas, pagó una cuenta de 55.000 dólares.

Estas cenas son aceptadas como una norma cultural entre los jugadores, aficionados, entrenadores y la liga misma (los representantes de la NFL se negaron a ofrecer comentarios para este artículo).

Así que cuando Torrey Smith, quien ha ganado dos Superbowls con los Cuervos de Baltimore y las Águilas de Filadelfia, compartió su desdén por las cenas de novatos a Twitter en junio, se trató de una rara instancia en la que un atleta de la NFL protesta contra una costumbre arraigada.

“La gente llega a la liga sin un conocimiento financiero y con problemas reales, ¡pero hay quienes creen que las cenas de 50.000 dólares son geniales! ¡NO!”, escribió Smith, con lo cual detonó debates en torno a si la tradición es tan solo para establecer un vínculo de equipo o un tipo de novatada que puede tener consecuencias financieras perjudiciales.

“Esta cena sienta el precedente de un estilo de vida al que la mayoría de los jugadores no puede acceder y que de todas maneras no deberían tener”, opinó Smith en una entrevista reciente. Smith decidió hablar al respecto después de ver un video en el pódcast sobre fútbol americano “The Pivot”, en el cual le dicen al jugador de primer año de los Jets de Nueva York Garret Wilson el costo de las cenas de novatos.

“Muchas personas que no eran jugadores dijeron: ‘¿Por qué tanto alboroto? Son ricos’”, comentó Smith. No obstante, Smith agregó que este tipo de gasto excesivo puede ser una pendiente resbalosa, en especial en un deporte en el que los jugadores no siempre tienen el éxito garantizado.

La NFL es la liga deportiva profesional con los ingresos más altos en Estados Unidos, con un estimado de 11.000 millones de dólares en 2021. Sin embargo, sus jugadores —quienes entran a la liga con poco más de 20 años y reciben sueldos de seis o siete cifras de la noche a la mañana— ganan menos que muchos atletas hombres profesionales en otros deportes. No tienen contratos garantizados y la longitud promedio de sus carreras es de poco menos de tres años, según la Asociación de Jugadores de la NFL. Un estudio de 2015 que realizó la Oficina Nacional de Investigación Económica reveló que más del 15 por ciento de los jugadores de la NFL se había declarado en bancarrota en los primeros doce años después de dejar la profesión.

Los equipos en otros deportes profesionales tienen rituales de iniciación y algunos incluso celebran cenas de novatos, pero las de la NFL tienden a llamar la mayor atención en línea, debido al tamaño de los equipos y, por lo tanto, a la cuenta de la cena.

Es la peor liga posible para tener una cena así”, opinó Will Leitch, editor colaborador en la revista New York quien fundó el sitio web deportivo Deadspin.

Quienes defienden las cenas de inmediato aseguran que no se les debe considerar similares a las novatadas o al acoso. Ryan Clark, quien es copresentador del pódcast “The Pivot” con Crowder y el corredor retirado Fred Taylor, cree que las comidas son una experiencia para estrechar vínculos y comparó la tradición a jurarle alianza a una fraternidad. “Yo lo hice y lo vas a tener que hacer y, porque lo hiciste, vas a hacer que otro novato lo haga”, comentó.

Se espera que los atletas jóvenes les inviten una comida exorbitante a sus compañeros veteranos. ¿Es una manera de fortalecer el vínculo dentro del equipo… o una novatada con otro nombre? (Antonio Sortino/The New York Times).
Se espera que los atletas jóvenes les inviten una comida exorbitante a sus compañeros veteranos. ¿Es una manera de fortalecer el vínculo dentro del equipo… o una novatada con otro nombre? (Antonio Sortino/The New York Times).

Crowder dijo que los jugadores que quedan en la bancarrota son los que compran tres o cuatro casas o tienen hijos con varias parejas y les pagan pensiones a sus hijos y sus cónyuges. “Una cena de novatos no llevará a nadie a vivir como pobre”.

En la cena de novato de Crowder en 2005, un jugador pidió dos botellas de Louis XIII: una para la mesa y otra para llevar. Crowder mencionó que pagó cerca de 30.000 dólares, más o menos un cinco por ciento del cheque de 588.000 dólares que había recibido por una parte de la temporada.

“Si tengo que gastar 30.000 dólares en una cena para mis amigos, Vonnie Holliday, Kevin Carter y todos los chicos con los que conviví de joven”, dijo que valía la pena. “No era para tanto”.

Clark, quien jugaba para los Acereros de Pittsburgh cuando ganaron el Superbowl en 2009, comentó que los veteranos suelen cuidar a los jóvenes durante estas cenas. Cuando llegó a los Gigantes de Nueva York en 2002 como un jugador no reclutado, los veteranos se ofrecieron a dividir la cuenta con él. Y el público ve tan solo las cuentas más altas de las cenas en redes sociales, aunque suelen ser mucho menores, agregó Taylor, quien fue elegido en la primera ronda del draft de 1998 (James McGhee, el dueño del restaurante Juliet en Houston, el cual ha sido la sede de varias cenas de novatos, comentó que las cuentas suelen ir de 5000 dólares a unos 25.000 dólares).

Leitch, el editor de revistas, comentó que las cenas de novatos se han llevado a cabo al menos desde la década de 1970, cuando los jugadores de primer año recibían bonos considerables y a veces les garantizaban que iban a ganar más que los jugadores veteranos. Las cenas eran consideradas un mecanismo para recircular ese dinero entre el equipo.

Sin embargo, en 2011, la liga adoptó una escala salarial para los novatos, la cual pone límites a los salarios de primer año. En la actualidad, muchos novatos ganan menos que los veteranos, pero las cenas continúan.

ARCHIVO - El mariscal de campo de los Arizona Cardinals, Kyler Murray, habla con el receptor abierto Kevin White mientras comen durante la práctica del campamento de entrenamiento en el State Farm Stadium. (Foto:: Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports)
ARCHIVO - El mariscal de campo de los Arizona Cardinals, Kyler Murray, habla con el receptor abierto Kevin White mientras comen durante la práctica del campamento de entrenamiento en el State Farm Stadium. (Foto:: Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports)

“Es evidencia de una cultura general del fútbol americano, la cual trata a los jugadores jóvenes como inminentemente desechables”, opinó Leitch. “Siempre llegará otro, alguien siempre querrá tu trabajo, así que debes arreglártelas y seguir la corriente de lo que te digan que debes hacer o quedarás fuera en un segundo”.

Greg Hopkins, el director de Changing the Community, una organización sin fines de lucro en Rochester, Nueva York, que entrena a atletas jóvenes para que jueguen fútbol americano a nivel profesional, mencionó que la gente entra al programa casi sin ninguna idea de finanzas. Él les enseña lo básico, como abrir una cuenta bancaria o cobrar un cheque.

“Los novatos que llegan, en especial si no fueron reclutados en las primeras rondas, no deberían pensar en gastar ese tipo de dinero”, opinó de las cenas de novatos, porque no tienes idea cuánto durará tu carrera.

Anquan Boldin, quien fue compañero de Smith, comentó que al ser alguien que entró a la NFL sin mucho dinero mientras también mantenía a familiares, siempre ha considerado un desperdicio las cenas de novatos. En cambio, les enseñó a ahorrar a Smith y otros novatos.

“Para los que salen y gastan 50.000 o 70.000 dólares en una cena, yo creo que les serviría más salir a ayudar a su mamá”, opinó.

Si las cenas de novatos no van a terminar, tal vez se están volviendo más sosegadas. Daren Bates, un agente libre cuyo equipo más reciente son los Halcones de Atlanta, comentó que los veteranos planean las comidas en grupos más pequeños para que las cuentas de las cenas sean menos caras. Cuando fue jugador de los Titanes de Tennessee, Bates mencionó que vio cómo los entrenadores del equipo obligaron a un grupo de veteranos a regresarle 13.000 dólares a un jugador de primer año después de una cena de veteranos. Y los atletas universitarios, quienes ahora pueden firmar acuerdos por su nombre, imagen y semejanza, están entrando a la NFL con un mayor entendimiento financiero, comentó Leitch.

Es probable que la liga no intervenga para poner un alto a las cenas de novatos, agregó Leitch. “Las únicas prioridades verdaderas de la NFL, como ha quedado bastante claro en la era de Roger Goodell, son maximizar los ingresos y minimizar la controversia pública”.

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