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Crímenes, misterios urbanos e intrigas palaciegas: cinco series británicas para ver este fin de semana

Crímenes, misterios urbanos e intrigas palaciegas
Crímenes, misterios urbanos e intrigas palaciegas

Misterios, thrillers y dramas históricos: la industria televisiva británica sigue sumando producciones dentro de estos géneros que son parte de su propia identidad. En este recomendado, cinco nuevas series para ver en streaming que no hay que dejar pasar.

Becoming Elizabeth (2022)

La saga de los Tudor ha dado bastante tela para cortar a las narrativas históricas contemporáneas. No solo la vida del rey Enrique VIII y sus seis esposas, sino también la de sus hijos y herederos. En este caso, el foco se posa en la más célebre: Isabel I, una de las monarcas más importantes de la historia del Reino Unido, quien ha nombrado a su siglo, ha dejado huella en el teatro y la cultura, y también ha sido la artífice del poderío naval de aquellas islas rodeadas por el océano Atlántico.

Pero ésta es la historia de la juventud de Isabel, en el tiempo posterior a la muerte de su padre, y de las intrigas que socavaron los reinados de sus dos hermanos mayores, María I y Eduardo VI, con el interregno de Juana Grey. Fue el período más convulso de la historia inglesa luego de la Guerra de las Rosas, una página disputada entre católicos y protestantes, entre herencias y linajes. Becoming Elizabeth recorre no solo las tensiones políticas y religiosas que asediaron ese tiempo, en el corazón del Renacimiento, sino las intrigas de alcoba y las lealtades emocionales que forjaron la personalidad de Isabel.

Recluida en la casa de su última madrastra, la protestante Catalina Parr (Jessica Raine), Isabel (Alicia von Rittberg) se convierte en la prenda de negociación de los hermanos Seymour, tíos del Rey y adversarios por la regencia y el poder en el país. Thomas Seymour (Tom Cullen) no solo es el nuevo esposo de Catalina, sino que seduce a Isabel como artilugio de permanencia en la corte, asediado por el creciente poder del poco fraternal duque de Somerset.

Starz ha tenido un largo historial en el recorrido de los herederos de la dinastía Plantagenet, con series como The White Queen, The White Princess y The Spanish Princess, y en este caso evoca aquella impronta novelesca y épica shakesperiana con un protagonismo algo más repartido entre los habitantes del palacio. Uno de los personajes más interesantes resulta ser María Tudor (la siempre impecable Romola Garai), la hija de Catalina de Aragón y nieta de los Reyes Católicos, quien pone a la Inglaterra anglicana al borde de la guerra civil.

Chloé (2022)

Chloé (Amazon Prime Video).
Chloé (Amazon Prime Video).

Becky Green (Erin Doherty) lleva una existencia aburrida y poco atractiva en la zona menos glamorosa de Bristol. Vive en una vivienda social con su madre enferma, oscila entre trabajos precarios y escapadas a cócteles de prestado, e intenta atrapar algo de esa vida prometida a través del escroleo obsesivo de los posteos de sus “amigas” de Instagram. Allí asoma Chloé Fairbourne (Poppy Gilbert), habitué de agasajos exclusivos y galerías de arte, esposa de un político en ascenso y con un círculo de amistades bellas y exitosas.

Sin embargo, esa vida perfecta que Chloé ostenta, junto con sus abrigos caros y carteras de diseño, se estrella en la noche cerrada al pie de un acantilado. El preludio a su suicidio es un enigmático posteo y una llamada perdida en su celular. ¿Quién es el verdadero destinatario de ese pedido de auxilio?

Creada por Alice Seabright, la miniserie explora el misterioso lazo que une a Becky y Chloé más allá de la virtualidad y la extraña figura de la sustitución que se forma cuando sus vidas se conectan. Quizás Alfred Hitchcock haya sido el maestro en delinear el perfecto espejo del desdoblamiento, desde el fantasma que persigue a la nueva señora De Winter en Rebecca hasta la elusiva figura de Madeleine Elster en Vertigo, piezas de un extraño rompecabezas sobre la identidad. Becky sigue los pasos de esas antecesoras encajando en los retazos de la vida de Chloé como una pérfida impostora al mismo tiempo que como la secreta investigadora de la verdad sobre su muerte.

Doherty confirma que es una de las intérpretes jóvenes más prometedoras de la ficción británica, capaz de brillar en un mundo de secretos y mentiras que se ciñe a su alrededor.

Hollington Drive (2021)

Hollington Drive (DirecTV Go).
Hollington Drive (DirecTV Go). - Créditos: @JON HALL

Todo parece marchar bien en una tarde de fin de semana en el coqueto suburbio de Hollington Drive. Theresa (Anna Maxwell Martin) es la anfitriona solícita que vela porque todo salga bien. Tiene de visita a su hermana Helen (Rachael Stirling), directora del colegio cercano, y a su cuñado David (Peter McDonald), introvertido y retirado de las conversaciones; también al hermano de su pareja, entusiasmado por su mudanza a Estados Unidos, y a los niños que pululan por el jardín. Ajeno a su permiso y estimulado por Fraser (Rhashan Stone), quien intenta hacer buenas migas con su hijastro, su pequeño hijo Ben y su sobrina Eva se van de excursión al parque. El tiempo pasa y no regresan. Cuando Theresa decide salir a buscarlos, los encuentra peleando en el bosque, en una actitud llamativa. Sin embargo, el susto pasa y todo parece volver a la normalidad. Pero al final de la jornada llega la peor de las noticias: un niño ha desaparecido; un compañero de clase de Ben en el colegio que dirige Helen; un vecinito de Hollington Drive.

La miniserie escrita por Sophie Pretzel construye un microcosmos perfecto para luego erosionarlo lentamente desde su interior, instalando en los vericuetos de ese paraíso urbano las intrigas que originan la tragedia. La desaparición del pequeño Alex no solo siembra la inquietud en Theresa sobre la participación de su hijo, sino que abre la verdad de su pasado, un exabrupto confesional de consecuencias inesperadas. La tensión afecta la secreta unión de las hermanas y los lazos de interdependencia que mantienen desde hace tiempo, y al mismo tiempo impregna de malestar el entorno soleado de ese barrio tranquilo.

La notable actuación de Anna Maxwell Martin permite percibir la inquietud de su silencio, la rebelión expectante que anida en sus buenos modales, y ese deseo de sacudir las apariencias que parecen haberla atrapado por demasiado tiempo.

No me conocen (2021)

No me conocen (Netflix).
No me conocen (Netflix).

Siguiendo la línea de las narrativas de juicio, No me conocen comienza por el final. La inminente sentencia de culpabilidad para Hero (Samuel Adewunmi), luego de ser acusado del brutal asesinato del dealer barrial, desemboca en su ascenso al estrado y su alegato final. No para presentar nuevas pruebas, sino para abrir la puerta a la historia de su vida, y quizás a la de su inocencia.

A partir de allí, una larga cadena de flashbacks nos invitan al pasado de Hero: sabemos que es vendedor en una concesionaria de autos, que vive solo, que viaja en colectivo y allí conoce, por casualidad, a una mujer que lo deslumbra. Ella es Kyra (Sophie Wilde), lectora autodidacta que ha dejado sus estudios y es residente de un barrio de viviendas sociales. El romance entre Hero y Kyra tiene los condimentos perfectos del cuento de hadas y su final, los signos inequívocos de la traición.

De entrada se percibe que el misterio que importa es el de la desaparición de Kyra y la verdad detrás de su paradero, antes que el del asesinato de Jamil (Roger Jean Nsengiyumva), contracara del triunfo legal y la integración de Hero a esa sociedad que reinstala sus prejuicios ante la más mínima sospecha. Lo más interesante de la miniserie, que de alguna manera autoriza la clave judicial de la narrativa, consiste en convencer al jurado –y, por lo tanto, a los espectadores- de que hay algo más allá de las apariencias: la ejecución de una venganza.

Con buen ritmo y varias vueltas de tuerca, No me conocen no se aparta demasiado de las convenciones del thriller, pero logra sostener su alegato frente al veredicto final de la audiencia.

La larga llamada (2021)

La larga llamada (Flow).
La larga llamada (Flow).

De los creadores de Vera y Shetland llega un nuevo whodunit que tiene como escenario un pueblo costero en el que el detective Matthew Venn (Ben Aldrige) espía el funeral de su propio padre. Desterrado de la comunidad evangélica de su crianza, Matthew intenta recuperar los retazos de su infancia y su familia ahora que ya es un adulto, que está en pareja con Jonathan (Declan Bennett) desde hace tiempo, y que ha decidido hacer las paces con su pasado. Pero un misterioso asesinato lo obliga a conducir una rigurosa investigación junto a su compañera, la detective Jen Rafferty (Pearl Mackie), sobre el asesinato de un forastero, un cuerpo apuñalado que yace a orillas del mar. ¿Por qué la víctima llegó a ese pueblo para asumir un trabajo que abandonó a los pocos días? ¿Qué oculta la casera que lo albergó en su morada? ¿Quién es la misteriosa mujer con la que se lo vio en los últimos días de su vida?

Basada en uno de los best sellers de Ann Cleeves, La larga llamada responde a la lógica del enigma inglés, popularizado por Vera y sus epígonos y consagrado por las historias que se retuercen alrededor de los crímenes más escalofriantes. En este caso, el condimento es la presencia de esa comunidad religiosa a la que Matthew todavía se siente atado, los antecedentes penales del muerto- que se remontan al homicidio de un niño y una posible venganza, como en La bestia debe morir, la célebre novela de Nicholas Blake- y un entorno cada vez más espeso de posibles sospechosos con algo que ocultar. La tarea de los investigadores consiste en seguir las diversas pistas y al mismo tiempo despejar las trampas que todos y cada uno de los habitantes de ese pueblo les tienen preparadas. Al final, vueltas de tuerca, máscaras que se caen y revelaciones aseguran un suculento programa de misterio de fin de semana.