Crítica de En carne viva: el ambientalismo, de la mano de un actor extraordinario, Emiliano Díaz

Emiliano Díaz es uno de los actores más prolíficos de la cartelera porteña
Emiliano Díaz es uno de los actores más prolíficos de la cartelera porteña

Autora y directora: Mónica Maffía. Intérprete: Emiliano Díaz. Escenografía: Mónica Maffía. Vestuario: Jésica La Torre. Asistente de dirección: Rocío de León. Sala: El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. Funciones: domingos a las 18. Duración: 55 minutos. Nuestra opinión: muy buena.

Emiliano Díaz es uno de los actores más interesantes que hoy pueden disfrutarse en la cartelera teatral de Buenos Aires. Si su excelso trabajo artístico lo posiciona en un lugar destacado, no menos atractiva es su profusa presencia con diversos protagónicos que conviven sin afectarse. En carne viva, unipersonal escrito y dirigido por Mónica Maffía, acaso condense de manera acabada todo su potencial interpretativo en un magnífico debut como solista escénico .

En este caso, el nombre del material es una radiografía precisa del sentimiento del personaje protagonista, nada menos que un célebre actor estallado que desandará su catarsis en torno a algunas cuestiones que hacen a la existencia humana y al desprovisto cuidado ambiental , algo que encuentra cínicamente falluto, demagógico e irresuelto, poniendo su lupa sobre aquello que se dice en escena y no se traslada a una concepción de la praxis . Este hombre, en soledad, posiblemente apueste a un ensayo de su propia filosofía sobre la vida.

El teatro interpela la ética teatral y las ideas en torno al ambientalismo que se esgrimen en la teoría, pero prescinden de la praxis
El teatro interpela la ética teatral y las ideas en torno al ambientalismo que se esgrimen en la teoría, pero prescinden de la praxis

El material tomará como punto de partida la interrupción de un estreno que hará un célebre actor en su interpretación del monólogo final del Dr. Stockmann en Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen. La hipocresía en torno a la programación de este título generará en él un conflicto ético que no le permitirá continuar hasta tanto no pueda ser dirimido.

Si aquellas célebres palabras de Ibsen conmueven en la voz de Emiliano Díaz, no menos perturbadoras, emocionantes y movilizadoras resultan las ideas de personajes como Tartufo -de Moliere- y Segismundo -de Calderón de la Barca-; y el cruce de Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, con El cuervo de Edgar Allan Poe y el imaginario en torno a Fray Luis de León, demostrando, una vez más, la forma de construir dramaturgia de Mónica Maffía, donde las referencias a universos metatextuales significan en la totalidad del relato .

La entrega de Emiliano Díaz en la escena es mayúscula . Tanto su decir perfecto como su presencia física no solo les imprimen profundidad a sus parlamentos, sino que dimensionan el vuelo poético de las palabras. Díaz conmueve y moviliza al espectador en una tarea que logra una interpelación directa con la platea . La posibilidad de entrar y salir de los personajes es un ejercicio en el que se sostiene el juego escénico donde Díaz interpreta a un álter ego actor que va y viene de su propia ficción.

Actualmente, el actor es también el coprotagonista de Enamorarse es hablar corto y enredado, el amoroso fenómeno del teatro independiente escrito y dirigido por Leandro Airaldo y, hasta hace pocos días, formó parte de 1989, la pieza de Teodoro López, que Leandro Airaldo dirigió, sobre la historia reciente de nuestro país. Además, Díaz acaba de estrenar Algo cercano a la felicidad, escrita y dirigida por Claudio Mattos.

La preocupación de En carne viva por determinados parámetros de la vida planetaria y sus desarmonías también se pudo experimentar en la reciente temporada de Bosque adentro, un conmovedor relato de Carla Moure dirigido por Corina Fiorillo.

En carne viva se inscribe en el rótulo de “eco-dramaturgia” y fue comisionada para el evento Planeta vulnerable lll, que se llevó a cabo en Madrid y que coordinaron Sanchis Sinisterra y Guillermo Heras, dirigido por Elvira Heras y Ascen Caballero.

La pieza se mostró en una lectura dramatizada en Casa de América (Madrid), interpretada por Enrique Simón; se tradujo al francés como À vif; y formará parte del Primer Festival de Teatro Argentino en Atenas, con la interpretación de un actor local.