Crítica de Contrarreloj: Liam Neeson otra vez en acción, pero ahora con el personaje equivocado

Contrarreloj: Liam Neeson otra vez en acción, pero ahora con el personaje equivocado
Contrarreloj: Liam Neeson otra vez en acción, pero ahora con el personaje equivocado

Contrarreloj (Retribution, Estados Unidos/Alemania/Francia/España, 2023). Dirección: Nimrod Antál. Guion: Chris Salmanpour. Fotografía: Fabio Martínez Labiano. Música: Harry Gregson-Williams. Edición: Steve Mirkovich. Elenco: Liam Neeson, Matthew Modine, Embeth Davidtz, Lilly Aspell, Jack Champion, Noma Dumezweni. Duración: 91 minutos. Distribuidora: BF Paris Films. Nuestra opinión: regular.

Liam Neeson empezó en 2008 una segunda vida como actor. Encontró desde ese momento un lugar inesperado de éxito y reconocimiento tardío en el cine personificando una y otra vez con leves variantes al mismo personaje: un hombre ya entrado en años que casi siempre a regañadientes se ve obligado según el caso a entrar en acción para proteger a su familia o limpiar su honor.

Convertido en héroe o antihéroe según las circunstancias, al experimentado Neeson le sobraron en estos últimos quince años fortaleza y agilidad para sostener tensas historias de suspenso. De todas ellas, Contrarreloj es la que menos movimiento exige a un actor que ya cumplió 71 años.

El personaje que interpreta en esta nueva aventura no está obligado, como tantas otras veces, a correr detrás de algún antagonista o enfrentarlo en duras peleas mano a mano. Aquí pasa todo el tiempo dentro de su auto, aunque bajo el nerviosismo insoportable de saber que una bomba fue colocada debajo de su asiento y estallará apenas se levante. Como si fuera poco, lleva en el vehículo a sus dos hijos, expuestos a ese mismo riesgo letal.

Neeson no encarna a un personaje novedoso. Simplemente lo lleva a otro lugar como protagonista de una remake, copiada casi plano a plano, de la película española El desconocido (2015), que transcurría en las calles de La Coruña y mostraba de una manera bastante convincente cómo un ejecutivo bancario (encarnado por el gran actor gallego Luis Tosar) se enfrentaba a la misma situación.

En el tránsito a la nueva versión (¡la cuarta en ocho años!), la historia renuncia a buena parte de la credibilidad que tenía el film original. Suena bastante forzado ver a Neeson como un financista estadounidense especializado en operaciones de alto riesgo crediticio que vive y trabaja en Berlín, y se mueve en una atmósfera en la que todo el mundo (salvo las voces bien germánicas que vemos a través de alguna pantalla de TV) habla en inglés.

Si es difícil sostener todo el entorno, más problemático todavía resulta convencernos de que Neeson es el intérprete indicado para cumplir ese rol. Da la impresión de que quienes concibieron esta película lo sacaron de otro contexto y le adjudicaron el papel solo porque estamos acostumbrados a verlo sostener contra viento y marea situaciones de extremo nerviosismo y salir siempre airoso de ellas entre magullones y al borde del agotamiento. Los equívocos en materia de casting también alcanzan a Matthew Modine, la otra figura conocida por el público que integra el elenco protagónico.

En la película original, Tosar atraviesa de la manera más verosímil una angustiante pesadilla que está por explotar en cualquier momento. Neeson, en cambio, parece haber aterrizado en esta película sin estar convencido del todo de que es la figura adecuada para repetir el papel. Con personajes tan forzados como este es más que comprensible que el gran actor irlandés esté pensando seriamente en dejar el lugar que le abrió hace una década y media su segunda vida como actor.