Crítica de Tortugas Ninja, caos mutante: una ingeniosa relectura de un clásico pop
Tortugas Ninja: caos mutante (Estados Unidos/2023) Dirección: Jeff Rowe. Guion: Brendan O’Brien, Seth Rogen. Producción: Seth Rogen, Evan Goldberg. Música: Trent Reznor, Atticus Ross. Elenco: Micah Abbey, Jackie Chan, Nicolas Cantú, Ice Cube, Paul Rudd. Calificación: apta para todo público con reservas. Distribuidora: UIP. Duración: 99 minutos. Nuestra opinión: muy buena.
Las Tortugas Ninja son inoxidables. Nacidas en 1984 en forma de una violenta historieta para adultos, el éxito masivo llegó a través de una adaptación animada, que a su vez dio paso a un largometraje estrenado en 1990 (y que durante una década, fue considerado el film independiente más rentable en la historia del cine). A casi cuatro décadas de su nacimiento, el encanto de Donatello, Rafael, Miguel Ángel y Leonardo sigue absolutamente intacto, en parte gracias a la sucesión de manos que ensayaron distintos enfoques a partir de una misma premisa. Y el último eslabón de esa línea sucesoria es el film Tortugas Ninja: Caos mutante, una nueva versión de las tortugas y su lucha contras las oscuras fuerzas que amenazan Nueva York.
En su rol de guionista y productor, Seth Rogen se propone un doble objetivo con este título. Por un lado, el de expandir el folclore mutante y darle espacio a íconos de esta franquicia que jamás aparecieron en cine; y por el otro, respetar la esencia de estos personajes pero aggiornándolos a la sensibilidad adolescente actual, que combina Tik Tok, referencias centennials y un discurso (meta y no tanto) vinculado al animé. Aquí la trama gira alrededor del deseo de las tortugas por darse a conocer, y abandonar esa vida clandestina en las alcantarillas. De ese modo, las cuatro concluyen que la mejor manera de concretar ese sueño, es derrotando a un misterioso villano conocido como Superfly (Ice Cube), líder de una banda de monstruos que incluye a viejos conocidos como Bebop (Rogen) y Rocoso (John Cena), pero también a otros ilustres mutantes como Mondo Gecko (Paul Rudd), Leatherhead (Rose Byrne) o Ray Filler (Post Malone). De esa manera, y desoyendo el consejo de su padre Splinter (Jackie Chan), las tortugas se enfrentarán con más ganas que experiencia a un desafío para el que pueden no estar del todo preparadas.
La fantasía de la aceptación y la popularidad es un elemento intrínseco del ser adolescente, y en ese sentido Rogen subraya la importancia de la edad en sus protagonistas. Las tortugas tienen quince años, y eso las lleva a ser impulsivas, torpes, infantiles, inseguras, terriblemente caprichosas pero con retazos de sorpresiva madurez. Toda esas cualidades tan opuestas, se combinan de manera inesperadamente armónica en el funcionar del cuarteto central, cuyos miembros a pesar de tener identidades muy distintas, no dejan de funcionar como parte de un todo. Y ahí es donde Caos mutante encuentra su mejor registro. Porque se trata de una película que no le teme al ridículo, al chiste “pavo” en función de definir a un personaje, o del no avergonzarse (valga la redundancia) de la vergüenza del ser adolescente y del revoltijo hormonal que eso significa. Y Seth Rogen, un adultescente que conoce todo menos el pudor, consigue mediante esa fórmula la que quizá sea la mejor versión de las Tortugas Ninja en cine.