CRÍTICAS. Una 'Evil Dead' empoderada, una Melissa Barrera indocumentada y más estrenos en salas

La llegada al Sur de California de una inesperada ola de calor llega acompañada por el lanzamiento de una cinta aterradora que no evoca precisamente tardes relajadas en la playa, pero que promete causar conmoción dentro de una lista de estrenos con propuestas de tendencia histórica y experimental.

EVIL DEAD RISE

Director: Lee Cronin

Reparto: Lily Sullivan, Alyssa Sutherland, Morgan Davies

Género: Terror sobrenatural

La resurrección en la pantalla grande de “Evil Dead”, una de las franquicias más adoradas del cine de terror, se produjo en 2013 de la mano de dos uruguayos, Fede Álvarez y Rodo Sayagues, quienes escribieron un guión que le rendía claramente tributo al título original de 1981 mientras incrementaban hasta límites insospechados los niveles de ‘gore’ presentes en la misma cinta de Sam Raimi.

Tras el éxito del filme, que adoptaba una estética mucho más estilizada que la de Raimi y carecía de las pinceladas de comicidad propias del cineasta estadounidense pero cumplía a cabalidad con las dosis de brutalidad requeridas, se anunció que Álvarez -quien también había dirigido- iba a encargarse de la secuela. Diez años después, se estrena una película en el que tanto él como Sayagues brillan por su ausencia, lo que tiene que estar relacionado con el hecho de que el estudio productor haya decidido pasarnos por alto en lo que respecta a las funciones de prensa y los planes de entrevistas.

Lo cierto es que, al igual que su antecesora, “Evil Dead Rise” no cuenta con ningún personaje o actor latino, lo que concuerda con los orígenes de una serie que resultaba completamente blanca; lo que sí tiene es a la primera persona abiertamente transgénero de la franquicia en uno de sus papeles principales (se trata del joven Morgan Davies), así como a un intérprete maorí en un rol secundario, pero de todos modos visible.

Sucede que, en un gesto arriesgado, el director y guionista Lee Cronin (“The Hole in the Ground”) deja las típicas cabañas en el bosque -más allá de que la escena de introducción suceda en un área rural- para trasladar la historia a un edificio de apartamentos en medio de L.A., lo que amplía el rango de acción de las criaturas diabólicas -porque ya sabes que habrá criaturas diabólicas, ¿verdad?- y requiere de paso de un mayor número de personas que se conviertan en criaturas diabólicas (o ‘deadites’, para los amigos).

El traslado urbano, que no es ajeno a la saga como un todo (como se pudo ver en la serie televisiva “Ash vs Evil Dead”), rompe al menos el molde impuesto por las producciones cinematográficas que llevan “Evil Dead” como parte de su nombre, y el mismo Cronin incurre en otra novedad al presentar tanto por primera vez a los integrantes de una familia como víctimas principales de los demonios desatados como a reforzar el protagonismo femenino que se perfilaba ya en la entrega anterior.

Además, hay un énfasis en el desarrollo de los personajes (partiendo de la relación entre las hermanas Beth y Lilly, bien interpretadas por Lily Sullivan y Alyssa Sutherland) que resulta inusual en la saga y que nos permite lamentar los sufrimientos a los que irremediablemente se someterán.

Lo que no falta en el plano de las tradiciones es el “libro “maldito” Naturom Demonto, cuya lectura en voz alta invoca siempre a las fuerzas oscuras, ni unas escenas de violencia extrema que, curiosamente -y a pesar de involucrar a menores-, resultan menos perturbadoras que las del trabajo de Álvarez porque la manera en que están coreografiadas se presta ocasionalmente al humor.

Finalmente, “Evil Dead Rise” tiene un carácter comercial y una factura pulida que no convencerán quizás a los fans más acérrimos de la cinta original, como sucedió con la de 2013; para nosotros, es una película tremendamente entretenida y brillantemente filmada, pero no por ello memorable.

CHEVALIER

Director: Stephen Williams

Reparto: Kelvin Harrison Jr., Samara Weaving, Lucy Boynton

Genero: Drama histrico

No cabe duda de que la historia de la Humanidad tiene momentos memorables que pasaron de un modo u otro al olvido y que merecen ser rescatados para beneficio de quienes nos encontramos ahora en este mundo. En ese sentido, el mérito mayor de “Chevalier”, que se encuentra ya en salas, es la recreación de la vida de Joseph Bologne (1745-1799), más conocido como Chevalier de Saint-Georges, un violinista virtuoso y un aclamado compositor de óperas que -aquí viene lo realmente llamativo- era además un mestizo con rasgos claramente africanos, lo que resultaba absolutamente inusual para la época en los círculos aristocráticos que frecuentaba. Esto respondía al hecho de que era el hijo ilegítimo de una esclava nacida en Senegal y un terrateniente francés.

En la vistosa producción de época del poco conocido director canadiense Stephen Williams, desarrollada sobre la base de un guión escrito por Stefani Robinson (“Atlanta”, “What We Do in the Shadows”), Saint-Georges es interpretado por Kelvin Harrison Jr. (“The Trial of the Chicago 7”, “Elvis”), un actor tremendamente competente que le da dimensión a un personaje que, tal y como es presentado por aquí, se debatía en cierto momento -es decir, el que se muestra principalmente en el filme- entre su lealtad a la corona y la necesidad de apoyar a las clases desposeídas que eran representadas por los revolucionarios que tomaron el poder en 1789.

En ese sentido, “Chevalier” deja desde el principio la impresión de ser una versión altamente ficcionalizada de sus experiencias, lo que tiene sentido en vista de lo que suele suceder en los ‘biopics’ de tipo comercial; pero lo interesante es que, al leer sobre el verdadero Saint-Georges, nos enteramos de que mucho de lo que se ve en la película se dio realmente, como su amistad cercana con la reina María Antonieta (interpretada con carisma por Lucy Boynton), la fama de Don Juan que tenía -sus numerosos ‘affairs’ recuerdan los relatos modernos sobre rockeros y ‘groupies’- y hasta el romance imposible que entabló con una dama de la corte que se encontraba casada (y que es encomendada a la estupenda Samara Weaving).

Sea como sea, el filme posee un aire de artificio que tiene probablemente que ver con su afán de romantizar las situaciones o de mostrar ciertos momentos de manera efectista, como sucede durante un improvisado duelo de violines sobre el escenario -definitivamente inventado- entre Saint-Georges y Wolfgang Amadeus Mozart que parece más un reto de ‘guitar heroes’ ochenteros y que podría haber tenido mucho más sentido en un título de Baz Luhrmann que en una versión de los hechos que pretende ser a todas luces realista.

Pese a ello, la visión de “Chevalier” sigue siendo absolutamente recomendable, y llega acompañada por momentos sublimes en los que no falta la música compuesta por el brillante protagonista del relato, o al menos, la que ha logrado conservarse, ya que, una vez en el poder, Napoleón Bonaparte, un racista consumado, ordenó que se eliminaran las obras de quien sigue siendo considerado como el primer compositor negro de música clásica.

CARMEN

Director: Benjamin Millepied

Reparto: Melissa Barrera, Paul Mescal, Rossy de Palma

Genero: Drama musical

“Scream VI” (2023), la más reciente adición a la popular saga de terror creada por Wes Craven, sigue todavía en cartelera, y desde hoy, eso le permitirá a su protagonista Melissa Barrera estar en las salas por partida doble, al menos en Los Ángeles y Nueva York, ciudades en las que se estrena de manera exclusiva “Carmen”, su nueva aventura para la pantalla grande.

En esta, la actriz mexicana recupera las habilidades para el baile y el canto que pudo mostrar ya en “In the Heights” (2021) -el musical que fracasó injustamente en la taquilla pese a ser aclamado por los críticos- para colocarse al frente de una versión sumamente libre de la ópera de George Bizet -inspirada a su vez en la novela corta de Prosper Mérimée- donde la tentadora gitana que sacaba del ‘buen camino’ a un soldado de mediados del siglo XIX se convierte en una esforzada inmigrante indocumentada del presente que abandona su México de origen luego de que su madre es asesinada por un cartel y que, en medio del cruce por el desierto de Chihuahua, conoce a un ‘marine’ blanco de Texas al que le complica definitivamente la vida, pero al que lleva de algún modo por el camino correcto que este había perdido.

La trama no llega nunca a sentirse novedosa y, de hecho, llega plasmada a través de simplificaciones clamorosas y de diálogos breves que dejan mucho que desear; pero lo cierto es que, más allá de las inclinaciones sociales que muestra, este no es un filme de intenciones narrativas tradicionales, sino una suerte de híbrido en el que predominan los elementos musicales (sin que esto sea un musical), las secuencias oníricas y, sobre todo, los momentos de danza, practicados sobre todo por una Barrera y un Paul Mescal (el actor nominado al Oscar por la excelente “Aftersun”) que exhiben un nivel físico mucho más alto del que podría esperarse en personas sin preparación profesional en la disciplina. Sus movimientos, que resultan cada vez más intensos, son capturados de manera inspirada por la cámara del experimentado director de fotografía Jörg Widmer (“A Hidden Life”).

También tiene un rol estelar Rossi de Palma, una de las divas mayores de Pedro Almodóvar, a la que se le encomienda un papel que tampoco llega a desarrollarse del todo, pero que le permite ofrecernos una interpretación ciertamente apasionada en la que no falta el movimiento.

De ese modo, la legendaria intérprete española colabora con la vitalidad de un proyecto que tiene momentos visuales de lo más deslumbrantes y cuya banda sonora -creada por el reconocido compositor Nicholas Britell (“If Beale Street Could Talk”, “Don't Look Up”), quien crea aquí una canción con Julieta Venegas- no deja de impresionar, incluso cuando el trabajo entero no parece saber bien a dónde se dirige ni cómo comunicar realmente sus intenciones, lo que tiene sentido en vista de que se trata de la ópera prima de Benjamin Millepied, un bailarín y coreógrafo francés de fama mundial que coordinó los actos de ballet de la estupenda “Black Swan” (2010), pero que no tenía experiencia previa en la elaboración de relatos de esta envergadura.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.