CRÍTICAS. Un mono maldito, una dura de matar y otros estrenos de cine
El invierno nos da una tregua en estos días, al menos en lo que corresponde al Sur de California, y esto debería favorecer la asistencia a las salas con la intención de disfrutar de alguna de las películas que se encontraban ya disponibles durante los días más fríos o de las que se lanzan a partir de esta noche. Las recién llegadas no dejan de tener interés, aunque corresponden en líneas generales a lo que se espera de una temporada baja, como lo revelan las siguientes líneas.
THE MONKEY
Director: Osgood Perkins
Reparto: Theo James, Tatiana Maslany, Christian Convery
Género: Comedia de terror
Las novelas y los cuentos de Stephen King son constantemente adaptados al cine y a la televisión, y eso tiene mucho sentido, debido al nivel de accesibilidad y de detalles que los distinguen. Pese a ello, resulta cada vez más difícil encontrar obras audiovisuales que le aporten algo realmente novedoso a los textos originales.
Por ese lado, la adaptación de su relato breve “The Monkey” -aparentemente la primera de esta clase que se realiza- se anota desde el inicio un punto favorable al ser una recreación bastante libre que, de todos modos, mantiene la premisa original, referida a un juguete malévolo (no, no es Chucky) que le complica enormemente la vida a su dueño, un hombre inseguro que se sigue llamando Hal y que es interpretado por Theo James (“Divergent”, “The Gentlemen”).
En ese aspecto, la cinta mantiene de algún modo el espíritu del cuento, pero lo trastoca sustancialmente no solo al darle un espacio mucho mayor a Bill, el hermano de Hal, que pasa a ser su mellizo (y, por lo tanto, a ser encarnado por el mismo James), sino también al dejar al terror desbocado en un segundo plano para ofrecer a cambio una comedia negra con fuertes toques de ‘gore’ que se encuentra llena de situaciones insólitas y de personajes extravagantes.
Durante la primera parte, la estrategia funciona perfectamente, delineada por aportes indudablemente personales del director y guionista Osgood Perkins (“Longlegs”) sobre sus propias experiencias con el fenómeno de la muerte; a fin de cuentas, estamos hablando de alguien que perdió de manera temprana -y ciertamente trágica- tanto a su padre -el célebre actor Anthony Perkins- como a su madre -la actriz Berry Berenson-.
La película también ofrece comentarios de cosecha propia sobre el ‘bullying’ (personificado por la figura de Bill) y sobre el rol de la maternidad, realzados por una sobresaliente actuación de Tatiana Maslany, quien encarna a la madre soltera de los hermanos (quienes, en esos momentos, son interpretados por Christian Convery).
Sin embargo, tras el salto en el tiempo que nos presenta a un Hal ya adulto, los trámites empiezan a enredarse de manera innecesaria ante la introducción cada vez más frecuente de personajes que merecían a veces tener un tiempo mayor en la pantalla (como sucede con el nuevo esposo de la ex de Hal, puesto en las manos de un brillante pero efímero Elijah Wood) y que, en otros casos, ocupan más espacio del requerido (como pasa con Ricky, un joven desquiciado que termina estando obsesionado con el mono).
Sea como sea, Perkins asume conscientemente el sentido del descontrol para darle forma a una historia que, al combinar de manera inesperada la sensibilidad ‘indie’ con la del ‘blockbuster’ más sangriento (o, en otras palabras, con la saga entera de “Final Destination”), ofrece resultados tan disparejos como llamativos.
CLEANER
Director: Martin Campbell
Reparto: Daisy Ridley, Taz Skylar, Clive Owen
Género: Thriller / Acción
A diferencia de las incontables películas que han tratado de imitar de manera supuestamente discreta a “Die Hard”, “Cleaner” pone descaradamente sus cartas sobre la mesa al colocar primero a su protagonista a las afueras de un edificio lleno de rehenes y de sus secuestradores, y al convertirlo luego en una figura heroica que tendrá que resolver por cuenta propia el grave incidente que se ha desatado.
No todo es exactamente igual, claro. El personaje estelar no es un agente neoyorquino de policía fuera de servicio, sino una ex soldado inglesa que trabaja limpiando ventanas de rascacielos en Londres; y lo más importante es que no se trata de un hombre, sino de una mujer -Joey Locke-, interpretada por una Daisy Ridley que se ha tomado en serio el adiestramiento físico al que se sometió para poder ser parte de la saga de “Star Wars”.
Pese a ello, las alusiones son tan claras que tienen que haber sido intencionales, más allá de que el guión, firmado por tres individuos (Simon Uttley, Paul Andrew Williams y Matthew Orton), se atreva a meterse en terrenos de clase al mostrar que el objetivo principal de los secuestradores es el desmantelamiento de la corporación creada por dos multimillonarios explotadores, corruptos y depredadores.
El hecho de presentar inicialmente a los atacantes como activistas del ecologismo y rebeldes con causa se echa rápidamente por tierra una vez que el relato se deshace del razonable líder Marcus -interpretado por un Clive Owen que merecía mucho más tiempo de pantalla- para poner a cargo a Noah (Taz Skylar), un terrorista libre de matices que se declara ‘antihumanista’ y que recuerda justamente a un villano de los ‘80 (lo que hace de paso que la película entera asuma una postura anodina en términos sociales).
Sea como sea, y en medio de sus claras restricciones de presupuesto, “Cleaner” es un divertimento ciertamente entretenido y cargado de acción que se encuentra además bien filmado, lo que tiene sentido cuando se considera que fue dirigido por el competente cineasta neozelandés Martin Campbell (“Casino Royale”, “The Mask of Zorro”), quien, a sus 81 años, sigue demostrando solidez en esta clase de menesteres.
OLD GUY
Director: Simon West
Reparto: Christoph Waltz, Lucy Liu, Cooper Hoffman
Género: Comedia de acción
Ninguna producción que tenga a bordo al excelente Christoph Waltz puede ser un desastre completo; y eso es lo que ocurre con “Old Guy”, una comedia de acción que se estrena a la vez en cines, en Video on Demand y en Digital, y que se deja ver sobre todo por la valiosa participación del actor austriaco y alemán.
Aquí, Waltz se pone en la piel de Danny Dolinski, un veterano asesino a sueldo con una fuerte propensión a la fiesta cuyo futuro en la rentable ocupación se encuentra seriamente comprometido debido a la artritis que lo aqueja, y que es obligado a entrenar a Wihlborg (Cooper Hoffman), una joven promesa del tiro que, en realidad, no parece necesitar de preparación alguna, lo que despierta de inmediato la desconfianza de nuestro antihéroe.
Armado por su natural carisma, Waltz le da vida a un personaje que, sin ser ni por asomo memorable, mantiene la atención del espectador mientras lo entretiene; y no es tampoco desagradable ver a Lucy Liu, cuya encantadora presencia supera las limitaciones de un papel pobremente desarrollado que la transforma prácticamente en el interés amoroso del relato.
También resulta interesante volver a ver a Hoffman, el joven hijo del fallecido Philip, quien había dado ya muestras de su talento histriónico en “Licorice Pizza” y que, además de establecer una buena química con Waltz, se pone de manera convincente en la piel de un personaje completamente distinto al que tenía en el aclamado título de Paul Thomas Anderson.
El problema principal del filme, escrito por Greg Johnson, es que no explora satisfactoriamente ni la relación de Dolinski con su supuesto pupilo, ni la que este tiene con Anata, el personaje de Liu, quien lo acompaña hasta Irlanda del Norte (donde se ubica mayormente la historia) sin tener razones suficientemente lógicas para hacerlo.
Lo curioso es que, finalmente, se trata de un trabajo decente para Simon West, el cineasta británico entregado desde el inicio de su carrera a la fanfarria hollywoodense y encargado de dirigir títulos tan poco alturados como “Con Air”, “Lara Croft: Tomb Raider” y “The Expendables 2”.
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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.