Creed III ya tiene calificación de la crítica

Una de las dificultades que enfrentó Creed III desde el principio fue cómo hacer que otra entrada en esta serie se sintiera necesaria. Entre Rocky y Creed, esta es la novena película en 50 años. ¿Cómo se suma a un legado como ese? Resulta que la respuesta es comprometerse por completo con el cambio de marca de la serie Rocky en torno a un nuevo personaje que comenzó en Creed de 2015. Si estas películas han sido sobre pasar la antorcha, la tercera encuentra tanto a Michael B. Jordan como a su personaje tomando la antorcha y corriendo con ella.

Creed III se reduce a un empate entre sus destellos de brillantez y sus oportunidades perdidas.

Como su primera película, Jordan acierta completamente con la dirección. Hubo algunas dudas de mi parte debido a su inexperiencia, especialmente porque esta es una película convencional de la que la mayoría de los novatos se mantienen alejados. Las imágenes están llenas de acción y energía. Las secuencias de boxeo son una serie de cortes largos que captan cada maniobra y cada golpe con una precisión asombrosa. Aquí se corre mucho riesgo al combinar acción y drama.

¿Puede existir la franquicia de Rocky sin Rocky?... Creed III, finalmente, ha respondido a la pregunta en cuestión. Y lo hace con un ‘sí’ firme y entusiasta.

Un guión demasiado cocido... evita que Creed III atine cada golpe que lanza. Sin embargo, en general resulta victoriosa: Jordan claramente tiene habilidad como director, y él y Majors forman un dúo formidable en pantalla.

Jordan, a partir de un guión de Keenan Coogler y Zach Baylin, muestra delicadeza dramática en su puesta en escena de la relación Adonis/Dame, mostrándola como una hermandad rota que habla de problemas más grandes: el tirón entre la lealtad y la violencia en las infancias desposeídas. ‘Creed III’ es un drama deportivo que se siente como un thriller con una conciencia urgente. Es una película mucho más dinámica que la competente pero formulaica ‘Creed II’, incluso si no puede igualar la conmovedora bravura cinematográfica de la primera ‘Creed’.

Jordan usa todo el poder de IMAX para dirigir algunas escenas de lucha gloriosas... Estas florituras seguramente deleitarán a muchos fanáticos de la franquicia, incluso cuando la narrativa, la razón por la que seguimos viendo a Adonis pelear dentro y fuera del ring, nos decepcione.

La capacidad de esta película para presentar nuevos personajes, recontextualizar los antiguos e incluso jugar con nuevos géneros es satisfactoria y eléctrica.

Una parte importante de lo que hace que Creed III funcione es la actuación de Majors, que proporciona uno de los antagonistas más intrigantes en la historia de esta serie. Majors es excelente para interpretar papeles como este, que son masculinos y orgullosos a su manera, pero extremadamente sensibles y emocionales. La ira de Dame no está fuera de lugar, y sus frustraciones por su situación son comprensibles.

Si bien es posible que la serie nunca alcance las elevadas alturas de la primera película de Creed (un equilibrio casi perfecto de corazón, cabeza y puño), es inmensamente satisfactorio ver secuelas hechas con un propósito y paciencia reales.