Cristian Mercatante: estuvo en el reality El bar, vivió en la calle, atravesó un infierno y hoy es productor de Guido Kaczka

Cristian Mercatante: participó del reality El bar, tuvo problemas con las drogas, vivió en la calle y atravesó una tragedia familiar, pero después de años de vivir un infierno logró salir adelante y ahora, hace 10 años que está limpio y es productor de TV
Cristian Mercatante: participó del reality El bar, tuvo problemas con las drogas, vivió en la calle y atravesó una tragedia familiar, pero después de años de vivir un infierno logró salir adelante y ahora, hace 10 años que está limpio y es productor de TV - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

Fue uno de los participantes del reality El bar y hace diez años que trabaja en la producción de Los 8 escalones, el programa que conduce Guido Kaczka. Cristian Mercatante tuvo una vida muy dura , fue adicto, lo internaron dos veces y una tragedia marcó tu historia. Hoy está enamorado, vive con su novia y logró tener una estabilidad que deseó durante mucho tiempo. En diálogo con LA NACIÓN, Mercatante repasó su historia, contó cómo quedó atrapado en la droga, el drama de las internaciones, recordó cuando su papá asesinó a su mamá y luego se suicidó, pero también relató cómo salió del infierno y quiénes lo ayudaron.

Hace diez años que es parte de la productora Kuarzo y nueve que trabaja con Guido Kaczka, en cada uno de los programas que hizo desde entonces. Actualmente, busca participantes para Los 8 escalones (eltrece) y hace los móviles policiales del programa Desayuno americano, que conduce Pamela David en América. También es responsable del casting para Vamo a ver qué sobra, el nuevo programa del Turco Naim, que se verá pronto en streaming. Pero, eso no es todo, desde la pandemia además se sube a las patrullas y acompaña a los oficiales en los llamados al 911 para tener material para el ciclo Policías en acción.

Cristian Mercatante:
Cristian Mercatante: "Nunca tuve un trabajo fijo hasta hace diez años. Me di cuenta de que era el último tren que pasaba y lo aproveché" - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

-Cubrís temas muy difíciles y hacés informes sobre personas en situación de calle y adictos, ¿te sentís cerca de esos temas?

-Me sale todo natural. Por lo general, cuando hago una pregunta es porque ya sé la respuesta. Me pasa con el tema de las adicciones, pero también porque viví en la calle, recorrí muchos barrios, muchas villas. Además me gusta. Cuando termina una temporada de Policías en acción y pasan dos meses, veo una patrulla y me quiero subir. Por otro lado, me han tirado un auto encima, me mostraron el arma muchas veces, me escupieron, me tiraron piedras, me pegaron. Empecé en pandemia porque durante la cuarentena no quería salir nadie y me lo ofrecieron porque sabían que era un pibe con calle. Empecé a hacer Cámaras en acción y después Policías en acción. Mientras más peligro haya, más lo disfruto. Claramente, estoy loco... (risas).

-¿Cómo llegaste a trabajar con Kaczka?

-Vivía en Ecuador, me fui de acá por la droga y allá me terminé drogando más porque fui al barrio más picante de Guayaquil; estuve un año. Estaba muy mal acá, un amigo se iba para allá y me dijo que lo acompañara, a ver si zafaba. Y no, me enrosqué mucho más. Fue en 2013. Volví cuando me enteré que estaban buscando gente para Gran hermano y vine a la puerta de la productora Kuarzo a ver a Pamela (David) y le pedí trabajo. Ella estaba haciendo El debate de Gran hermano. Me contrataron por tres meses y me fui quedando. Era asistente de producción, servía agua, hacía las compras. Una vez me pidieron que ayudara con el casting y seguí. Aprendí a hacer el trabajo y me siento productor desde hace muchos años. Pero en la vida hice de todo: fui mozo, barman, lavaplatos, hice delivery con la moto, reparto de carne, fletes, trabajé en boliches. Nunca tuve un trabajo fijo hasta hace diez años . Me di cuenta de que era el último tren que pasaba y lo aproveché.

-¿Qué recuerdos tenés de El bar?

-Tenía 26 años, hoy 49 . Hasta ese momento vivía de changas. Estuve tres meses en el reality. Fue en 2001 y cuando entré me pagaban 250 dólares por semana y cuando salí eran 40 dólares. Me conocía todo el mundo, pero no me daban trabajo, que era lo que necesitaba. La fama te dura un mes o dos y dejás de ser el “genio” de El bar para ser el “boludo” de El bar. Nadie me dijo que iba a ser millonario o famoso, sino que firmé un contrato para estar tres meses dentro de una casa y la pasé bárbaro. No tuve peleas nunca. Me acuerdo de que en el casting había dos cuadras de cola, yo usaba flequillo y pelo largo, y encaré a todas las chicas de la fila; me vieron y me hicieron pasar adelante de todo. A la semana ya me encerraron en un hotel. Llegué a la final y no gané; ganó Diego Plotino, que era un cantante que estaba de novio con Claudia Albertario en ese momento.

-Ahí conociste a David, ¿siguieron en contacto o volviste a verla cuando le pediste trabajo?

-Siempre estuvimos en contacto. En una época también hice desfiles y llamaba a Pamela porque era mi amiga. Ella me compró dos motos y el hermano otra porque me las robaban en la calle. Siempre estuvo y se jugó cuando me consiguió trabajo en la productora porque yo tenía un severo problema de adicción. Fue muy valiente porque me ayudó mucha gente, pero laburo nadie me dio. Nunca falté al trabajo ni llegué tarde tampoco. Ahora a veces hablamos por algún informe, o me llama cuando pierde Boca porque ella es de River. La hija le salió bostera... (risas).

-¿Cuándo empezaron tus problemas de adicción?

-A los 13 años . La primera vez se la robé a unos pibes más grandes que se descuidaron y la agarré. A los 16 me internaron y en ese ínterin mi papá mató a mi mamá, por celos, y se suicidó; él era ingeniero. Tengo un hermano y una familia hermosa; el único cachivache soy yo. Salí a los 18 y a los 20 volvieron a internarme . Esta segunda internación fue en un psiquiátrico que era prácticamente un penal. En ese momento al adicto no se lo trataba como a un enfermo como sucede hoy, sino como a un delincuente y por eso tuve muchos problemas con la policía. No estuve en ningún penal, pero sí cerca, varias veces.

-¿Y cómo terminaste en un psiquiátrico?

-Tengo un tiro en la espalda por un tema de droga en la villa de Lugano; querían robarme, me peleé, no me robaron, pero me pegaron un tiro y me di cuenta un rato después cuando sentí algo viscoso en la remera. Ahí me declararon insano y como no tenía padres, me mandaron a un psiquiátrico durante tres meses.

-¿Cuánto tiempo hace que estás limpio y bien?

-Diez años. Antes tuve períodos de estar mejor, muchas veces. Ahora engordé (risas)... porque tengo cuatro trabajos y no me queda tiempo para entrenar. Tengo que ponerme las pilas.

-¿Cómo es tu vida hoy?

-Vivo con mi novia que se llama Ina, desde hace cuatro años. Es el amor de mi vida. Yo vivía en Morón y ella en Recoleta y me mudé con ella. Nos conocimos a través de Facebook. No tenía pensado ponerme de novio, pero llegó sin buscarla y somos muy felices. Hoy, a mis 49 años, trabajo de lo que me gusta, estoy enamorado y tengo una estabilidad que nunca había tenido. Todos los años nos tomamos vacaciones y viajamos. Ayudo a mucha gente, a un comedor de Villa Ballester, por ejemplo, le consigo donaciones. Yo comí en uno de esos comedores.

-¿Viviste en la calle?

-Sí, durante siete años , de 2004 a 2011, más o menos. Comía en comedores o mangueaba en las pizzerías y panaderías. Dormía en la calle o en algún refugio. Cuando hago los informes a personas en situación de calle les cuento que yo también estuve ahí y no me creen. Interné a más de diez personas y en este momento, quedan cuatro. Los ayudo si quieren salir, no para zafar de la policía o de la familia. Crecí en Mataderos, mi familia sigue ahí y la mitad de mis amigos están muertos o presos, y la otra mitad están bárbaros. Por mi historia, me atraen los temas policiales y siento que lo hago bien. A la “cana” la empecé a querer a partir de Policías en acción. No los quería porque me cagaron mucho a palos, pero son buena gente y me di cuenta de que el que estaba mal era yo y no ellos. Son gente que cobra dos mangos y se juega la vida. Son pibes de barrio y así nos tratamos.

"Hace más de diez años que no ocasiono problemas y estoy eternamente agradecido a Kuarzo porque también estoy vivo gracias a ellos", asegura Mercatante - Créditos: @Santiago Cichero/AFV
"Hace más de diez años que no ocasiono problemas y estoy eternamente agradecido a Kuarzo porque también estoy vivo gracias a ellos", asegura Mercatante - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

-¿Es verdad que Luis Ventura te ayudó a salir de la calle?

-Sí. Un día me vio revolviendo la basura, buscando cosas porque encontraba plata, ropa, documentos que robaban y yo llamaba a la gente y se los devolvía, y me daban una propina. Cirujeaba, cuidaba autos. Luis me alquiló un departamento y venía a ver cómo estaba, pero no fue él solamente quien me ayudó, también mis tíos Moni y Aimé, mis primos, mi hermano Willy y mi abuela me ayudaron un montón . También mi mejor amigo Ariel; dos veces viví en la casa de su madre. Y mi suegra Stella nos da una mano. Hace más de diez años que no ocasiono problemas y estoy eternamente agradecido a Kuarzo porque también estoy vivo gracias a ellos.

-¿Sos creyente?

-Sí, de siempre. Soy devoto de la virgencita de Luján y de San Cayetano. Yo rezo todos los días. No voy a misa, pero me confieso dos o tres veces por año.

-Si tuvieras que elegir momentos felices, ¿cuáles serían?

-Cuando conocí a mi novia porque es la pareja ideal: es linda, divertida, te da confianza y sabés que no te va a traicionar. El día que me hicieron planta permanente en el trabajo; fue un alivio. No tengo hijos, así que no puedo elegir ese día.

-¿Te gustaría ser papá?

-Creo que estoy grande para ser padre y sería un poco egoísta. Quizá con otra posición económica, sí. Pero una cosa es tener a tu tercer hijo a los casi 50 años y otra el primero, aunque no veo mal a quien lo hace.