¿Cuál es la relación entre tu estado de ánimo y tu alimentación?
La conexión del eje cerebro-intestino parece innegable. Tanto es así que lo que comemos puede influir incluso en nuestro estado de ánimo. Así lo cree Sandra Moñino, experta en alimentación saludable y responsable de Nutriciónate (www.nutricionate.com), que nos dice que puede influir bastante porque nuestro intestino está conectado con nuestro cerebro a través del nervio vago, por medio del que se transmiten señales. “Por eso cuando nos ponemos nerviosos nos ruge el estómago o nos entran ganas de ir al baño. O cuando tenemos miedo sentimos como una presión en el estómago, o cuando estamos enamorados como cosquilleo. Eso es debido a la conexión que hay entre el cerebro y el intestino”, nos explica la experta.
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Partiendo de esta base, considera que si alimentamos bien a nuestro intestino, y a las bacterias que hay en él- la microbiota intestinal-, esto hará que nos sintamos mejor a nivel psicológico. “Para tener una microbiota en buen estado hay que tomar alimentos saludables y llevar una alimentación antiinflamatoria, que es lo que siempre digo a mis pacientes. Por eso mis retos son de alimentación antiinflamatoria, porque comer de esta manera favorece nuestro estado de ánimo y nuestra salud en general, tanto psicológica como fisiológica”, matiza la experta en Nutrición.
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Dieta antiinflamatoria
¿Qué alimentos debemos incluir en nuestra lista de la compra si queremos mejorar nuestro estado de ánimo? En opinión de la experta, debemos incluir alimentos que sean antiinflamatorios como:
Grasas saludables que contienen bastante Omega 3, y ayudan a desinflamar.
Proteína de buena calidad, como la carne, el pescado o los huevos, ya que favorecen tener energía. Se tiende a creer que la energía solo la dan los carbohidratos, pero no es así.
Frutas y verduras porque actúan como un prebiótico, que es el alimento de las bacterias del intestino.
El almidón resistente, que es bastante potente, y que se obtiene a partir de enfriar el almidón que contienen los alimentos. Por ejemplo, se puede hervir una patata y dejarla enfriar 12 horas y consumirla.
Los alimentos que contienen probióticos como el yogur, el vinagre de manzana sin filtrar, el kéfir, el miso, la kombucha, el chucrut, el kimchi, las aceitunas que no lleven glutamato monosódico, los encurtidos que no estén pasteurizados, el tempeh, y otros.
Los alimentos con triptófano, ya que estabilizan las alteraciones que tenga el sistema nervioso, como el estrés, la depresión o la ansiedad, y mejoran el sueño porque hace que nos despertemos menos por las noches, y por tanto, sea más reparador. Esto se produce porque el triptófano estimula la melatonina, que es el neurotransmisor que regula los ritmos circadianos, nos induce al sueño, y hace que nos encontremos mucho más descansados. Además, mejora los niveles de energía. Algunos alimentos que contienen triptófano son las carnes, como el pavo, el pollo, el cordero; los pescados azules; la yema del huevo; los lácteos; algunas frutas como la piña, el aguacate; los frutos secos; el chocolate negro 100% cacao; o las semillas de girasol, calabaza, sésamo o lino, entre otras.
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Alimentación y emociones
Le planteamos a la experta qué peso tiene la alimentación en nuestras emociones y vuelve a hacer mención a esa conexión intestino-cerebro. “Si nos alimentamos bien, mejorará nuestro estado de ánimo. Cuando nos encontramos tristes o nerviosos notamos efectos en nuestro estómago, y al contrario, cuando mejoramos la alimentación también mejora nuestra forma de pensar”, nos explica.
Y añade un dato interesante: con ansiedad o depresión la gente tiende a comer mal y esto pasa porque nuestras bacterias malas del intestino se “aprovechan” de esa debilidad y te “piden” alimentos con las que crecen, y eso agrava el malestar que sentimos.
“Existen casos de personas que tenían depresión y ansiedad que han empezado una alimentación saludable, ejercicio físico, y un estilo de vida saludable y han mejorado más rápido que las personas que no lo hacían. En resumen, gestionando las emociones y comiendo saludable se produce una mejoría”, nos explica.
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Alimentos malos para nuestro estado de ánimo
¿Hay, en el otro extremo, alimentos que pueden influir de forma negativa en nuestro estado de ánimo? “Sí. Es recomendable reducir el consumo de alimentos como el azúcar, los edulcorantes, las grasas no saludables, como el aceite de girasol o palma (vegetales), que son ricos en omega 6 y son muy inflamatorios. También las bebidas alcohólicas, carbonatadas, o el glutamato monosódico, que es muy inflamatorio, altera nuestra microbiota y afecta a nuestro estado de ánimo”, explica la nutricionista.
Estrés e inflamación
Para finalizar, profundizamos en el vínculo entre el estrés y la temida inflamación. “Es súper importante aprender a gestionarlo porque inflama. Para la gente que tiene una patología de base hace que se acentúe, y que tenga más síntomas. Aprendiendo a gestionarlo mejoraríamos las patologías y las enfermedades autoinmunes que están tan relacionadas con la microbiota y la inflamación. Al existir el eje intestino-cerebro, la inflamación también provoca estrés. Por tanto, es la pescadilla que se muerde la cola”, puntualiza.
La clave está en seguir unos hábitos saludables para mejorar. “Si hay que empezar con alguno lo haría con la mejora de la alimentación porque al hacerlo, se siente mayor bienestar y puedes ser capaz de gestionar mucho mejor el estrés, la ansiedad, u otro tipo de desequilibrios anímicos”, concluye.