Cuando Barbra Streisand y su ego taparon muchas bocas

Barbra Streisand es una fuerza de la naturaleza y una diva del espectáculo, y lo ha demostrado en muchas ocasiones a lo largo de su carrera, que abarca ya seis décadas de éxito. La famosa cantante, compositora y actriz, que cumplió 80 años el pasado mes de abril, suma cientos de galardones y reconocimientos en el mundo de la música, pero también hizo historia en el cine, donde su voluntad, y por qué no decirlo, su gran ego, la llevó a lo más alto en varias ocasiones.

CIRCA 1983: Barbra Streisand mira su libro en una escena de la película
CIRCA 1983: Barbra Streisand mira su libro en una escena de la película "Yentl" alrededor de 1983. (Foto de Hulton Archive/Getty Images)

Nacida en Nueva York el 24 de abril de 1942, Barbra Joan Streisand se inició desde muy joven como artista, labrándose una carrera que la catapultó como icono mundial. Su triunfal recorrido discográfico la ha convertido en una de las artistas musicales de mayor éxito, con más de 200 millones de discos vendidos globalmente. Entre sus logros se encuentran llegar con todos sus álbumes (34 en total) al top 10 de la lista Billboard 200 (el chart norteamericano de referencia) y ser la única artista en tener un disco número 1 en las pasadas seis décadas. Además, también es todo un referente en el teatro, donde se volcó entre los años 50 y 60 (para no volver a los escenarios desde entonces).

Por si su carrera musical y teatral no fuera suficiente, el increíble éxito de Barbra Streisand también se traspasó al cine. Muchos cantantes han intentado dar el salto a la gran pantalla con éxito pero pocos lo han conseguido a su nivel. Streisand se encuentra sin duda en la lista de los que más alto han logrado llegar en el Séptimo Arte, de forma paralela a su imparable ascenso discográfico. Tras vivir su primera década en la cima durante los años 60, Streisand debutó en el cine con la adaptación del musical de Isobel Lennart Funny Girl, interpretando a Fanny Brice, papel que desde entonces sería para siempre asociado a ella.

Funny Girl no hizo más que darle alegrías. Antes de encarnar a Fanny en el cine, Streisand ya había interpretado al personaje en la producción teatral para Broadway, que le valió una nominación al Premio Tony y la hizo ocupar la portada de revistas tan importantes como TIME o Life. La obra se estrenó en 1964, estuvo en cartel en Broadway más de un año y en 1966 saltó a Londres de nuevo con mucho éxito. Cuando se decidió adaptar Funny Girl al cine, no existía otra opción para interpretar a la protagonista, y Streisand se volvió a poner en la piel de la comediante y estrella Fanny Brice.

El film, dirigido por el mítico William Wyler (Ben-Hur, Vacaciones en Roma) y coprotagonizado por Omar Sharif, se estrenó en 1968, cosechando una gran acogida por parte del público y la crítica. Funny Girl se alzó como la película más taquillera de su año en Estados Unidos y obtuvo ocho nominaciones a los Oscar, ganando no obstante solo uno, el de Mejor Actriz para Streisand, que tuvo que compartir con Katharine Hepburn (por El león en invierno) en un empate histórico. Desde entonces, Funny Girl se ha considerado uno de los musicales más emblemáticos e importantes de la historia del teatro y el cine, con un revival en Broadway que ha dado mucho que hablar por su casting de Beanie Feldstein y Lea Michele siguiendo los pasos de Barbra.

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Después de Funny Girl, Streisand continuó acumulando triunfos en el cine con sus siguientes películas, Hello Dolly! (1969), dirigida por Gene Kelly, Vuelve a mi lado (1970) de Vicente Minnelli, ¿Qué me pasa, doctor? (1972) de Peter Bogdanovich, el arrebatador romance de Sydney Pollack Tal como éramos (1973), que protagonizó con Robert Redford y le dio su segunda nominación al Oscar, Funny Lady (1975), la secuela de Funny Girl, y su inolvidable versión de Ha nacido una estrella, con la que ganó su segundo Oscar, a Mejor Canción Original.

Streisand se pasó los 60 y los 70 trabajando con los mejores directores y, después de alcanzar la cima como actriz, fijó su objetivo detrás de la cámara para convertirse ella en su propia directora. Así nació Yentl, uno de sus trabajos más celebrados, pero también el que más le costó sacar adelante con diferencia. Un sueño profesional que se transformó en el mayor reto personal de su carrera, con una producción llena de obstáculos y contratiempos que se extendió más de una década y consiguió salir a flote contra viento y marea gracias a la voluntad inquebrantable de su creadora.

Mientras trabajaba en Funny Girl, Streisand quedó prendada de la novela corta Yentl: The Yeshiva Boy, de Isaac Bashevis Singer y decidió que esa sería su próxima película. El libro narra la historia de una muchacha judía que se hace pasar por hombre para poder estudiar Talmud, actividad prohibida a las mujeres, y se enamora de un apuesto joven llamado Avigdor. En 1969, Barbra adquirió los derechos del relato y empezó a mover el proyecto con ella misma asociada como protagonista. First Artists, la compañía productora detrás el proyecto, contrató al director checo Ivan Passer para dirigirla, pero este abandonó al no estar de acuerdo con la elección de Streisand para interpretar a la protagonista, ya que consideraba que su fama y edad jugarían en detrimento de la película.

A partir de ahí, el camino para llevar Yentl al cine se volvió cada vez más pedregoso. En 1973, Streisand volvió a intentar sacarla adelante, pero se encontró de nuevo con fuerte resistencia por parte de Hollywood, que la creía demasiado mayor para el papel de una joven judía adolescente (por aquel entonces tenía unos 31 años) y no la veía capaz de interpretar a un hombre. Ella siguió adelante con su carrera, pero nunca abandonó la esperanza de realizar Yentl, convirtiéndose así en su mayor proyecto de pasión. Fue en 1976 cuando decidió que, además de protagonizarla, sería ella misma quien dirigiría la película.

Entonces, la industria le volvió a dar la espalda, esta vez por otra razón: su falta de experiencia tras las cámaras despertaba la desconfianza de los estudios, que empezaron a retirar su financiación por miedo al fracaso (algo que casi con toda seguridad no habrían hecho si se hubiera tratado de un hombre). Además de creer que Streisand no sería capaz de dirigir un proyecto a gran escala, las productoras tacharon Yentl de poco comercial porque, según ellos, era demasiado “étnica” al estar ambientada en la comunidad judía, a la que Streisand pertenece.

Ante todos estos impedimentos, en 1978, Streisand replanteó Yentl como musical, con la esperanza de que su estatus como cantante y los éxitos de sus anteriores musicales en el cine animara a los estudios a volver a apoyar el proyecto económicamente. Ese mismo año, la película volvió a ponerse en marcha bajo el paraguas de Orion Pictures y con Streisand también en el puesto de productora y coguionista. En cuanto al problema de la edad de Yentl, se decidió subir a la protagonista de 16 a 26 años.

Yentl atravesó muchos cambios y su guión pasó por veinte versiones distintas antes de llegar a la definitiva, firmada por Streisand junto a Jack Rosenthal. Todo estaba listo para filmar la película en 1980, cuando un nuevo revés volvió a poner freno al proyecto. El fracaso estrepitoso de La puerta del cielo, de Michael Cimino, condujo al cierre de Orion y la consecuente cancelación de todos sus proyectos que superasen los 10 millones de dólares de presupuesto, entre los que se encontraba Yentl. Sin embargo, no fue mucho más tarde cuando el productor, peluquero y pareja romántica de Streisand, Jon Peters, fundó PolyGram Pictures, y resucitó una vez más la película, cuyo rodaje finalmente tuvo lugar en 1982 en Londres, con un presupuesto de 14,5 millones de dólares -1,5 más de la cuenta, que salieron del bolsillo de Streisand).

Yentl llegó a los cines norteamericanos a finales de 1983, recaudando en total 40,2 millones de dólares solo en Estados Unidos y Canadá y 68,7 en todo el mundo, una cifra muy por encima de su presupuesto, recibiendo además críticas favorables de la prensa especializada. Su éxito en taquilla validó el esfuerzo de Streisand, pero el mayor reconocimiento llegó durante la temporada de premios, cuando esta se convirtió en la primera mujer en ganar el Globo de Oro a la mejor dirección, llevándose también la estatuilla a Mejor Película de Comedia o Musical. En los Oscar no corrió tanta suerte ese año. Barbra no fue nominada a Mejor Actriz (Amy Irving, por el contrario, sí fue candidata a Mejor Actriz de Reparto), y la película solo recibió el Oscar a Mejor Canción Original (de cinco nominaciones), que en esta ocasión no fue a parar a Streisand porque ella no figuraba entre los compositores.

American singer, actress, film director and producer Barbra Streisand holds her two awards at the 41st Annual Golden Globe Awards, held at the Beverly Hilton Hotel, Beverly Hills, California, January 28, 1984. Streisand won the awards for Best Motion Picture - Musical or Comedy and for Best Director - Motion Picture for her film 'Yentl.' (Photo by Fotos International/Getty Images)

A pesar de esto, Yentl fue y sigue siendo uno de los mayores hitos de su carrera, una película decididamente valiente para la época que destacaba no solo por su trabajo interpretativo, donde también sobresale Mandy Patinkin en el papel del atractivo Avigdor, o sus canciones (con la memorable Papa, Can You Hear Me? a la cabeza), sino también por su espíritu feminista, su novedoso tratamiento de la cultura judía o su reflexión sobre los roles y los estereotipos de género, además un desenlace que renunciaba al clásico final feliz romántico y apostaba por algo más arriesgado. Asimismo, Streisand siempre guardó la película muy cerca de su corazón, ya que la vinculó muy estrechamente a su padre, Emmanual Streisand, a quien se la dedica en los créditos.

Luchando contra todos los percances posibles, con una industria que desconfiaba de ella solo por ser una mujer a pesar de su arrollador éxito, y armada de fortaleza y perseverancia, Barbra Streisand nunca se rindió y logró llevar a cabo su hazaña, pasando a la historia como directora, productora, guionista y protagonista de su película soñada. Muchos la tachan de proyecto de vanidad, pero sin esa vanidad, sin ese ego monumental -tan avalado por sus méritos-, algo tan especial como Yentl no habría sido posible.

Yentl está disponible en streaming a través de Filmin y Movistar+.

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