Cuckolds, los hombres que disfrutan (¿solo fantaseando?) con la infidelidad de su pareja

Ser un cornudo no siempre es un problema; hay casos en los que las infidelidades parecen encender la llama de la pasión y reforzar la pareja

¿Infiel con el visto bueno de tu pareja? De eso trata el fetichismo sexual que está cobrando cada vez más fuerza y que se relaciona directamente con la infidelidad femenina hacia su pareja. (Foto: Getty).
¿Infiel con el visto bueno de tu pareja? De eso trata el fetichismo sexual que está cobrando cada vez más fuerza y que se relaciona directamente con la infidelidad femenina hacia su pareja. (Foto: Getty).

¿Parafilia sexual, enfermedad o simplemente el acto sexual más pervertido que hay? Pues no sé, todo depende del prisma con el que se mire (o eso dicen); mejor te cuento de que va esta práctica sexual y ya sacas tú las conclusiones.

Imagina a tu esposa susurrando en tu oído, contándote todas las ‘cosas malas’ que hizo con un compañero de trabajo en el asiento trasero de tu auto. Y tú, en lugar de montarle una escena o ponerte celoso, te excitas.

Tal vez te guste la idea de que tu esposa sea deseada por otros. O tal vez quieras verla mientras te ‘engaña’. ¡Bienvenido al Cuckolding! Un fetiche tabú que es mucho más común de lo que piensas. Las búsquedas sobre el tema en Google se duplicaron en los últimos 12 años. Incluso Reddit le brindó un espacio al Cuckolding.

El término ‘cornudo’ (cuckold en inglés) hace referencia al marido que es engañado por su esposa. El fenómeno en sí no es nada nuevo. Incluso podría considerarse universal, ya que casi todos los idiomas tienen un término que se refiere a él.

Pero hay algunos matices importantes. Los cuckolds no se quedan en la teoría, sino que hacen realidad sus fantasías. Los hombres (heterosexuales) que siguen esta tendencia sexual no intervienen pero se excitan viendo a su pareja practicar sexo con una o varias personas a la vez, tal y como publica El Español.

Y ¡cuidado! que no lo hacen observando de una manera clandestina, en plan voyeur, sino que están en primera fila sin perderse nada de lo que hacen su pareja y sus amantes. Esa es la gran diferencia, el Cuckolding elimina el engaño y la traición: ambas partes conocen el secreto. Como se trata de unos cuernos consentidos, quienes llevan a cabo esta práctica de observar a la pareja gozar con otros no se sienten ofendidos.

Que una mujer -casada o en pareja- tenga relaciones sexuales con otro hombre, se lo cuente a su novio o marido, y, después del relato, la llama de la pasión en la pareja se reaviva con gran intensidad. Eso es el <em>Cuckolding</em> (Foto: Getty)
Que una mujer -casada o en pareja- tenga relaciones sexuales con otro hombre, se lo cuente a su novio o marido, y, después del relato, la llama de la pasión en la pareja se reaviva con gran intensidad. Eso es el Cuckolding (Foto: Getty)

“Es esencial comprender que lo que podría ser humillante de imaginar a una esposa teniendo relaciones sexuales con otro hombre puede transformarse en algo que no es humillante en absoluto, sino en algo tremendamente erótico”, explica el psicólogo David Ley, autor de ‘Esposas insaciables’, a Psychology Today.

De hecho, “estamos escuchando más y más sobre este tema en los últimos años, y cada vez más gente rechaza el estigma social contra esta fantasía”, asegura Ley.

“Los hombres son más dados a fantasear con el Cuckolding, y lo hacen con más frecuencia, pero las mujeres también tienen estas fantasías”, concluye la investigación llevada a cabo por Ley y el Dr. Justin Lehmiller, investigador en el Instituto Kinsey, en colaboración con el periodista y escritor Dan Savage, y publicada en Archives of Sexual Behavior.

Doble transgresión de las normas sociales

Los números sugieren que el Cuckolding, o al menos pensar en ello, es más común de lo que podrías imaginar. En su libro ‘Dime lo que quieres: la ciencia del deseo y cómo puede ayudarte a mejorar tu vida sexual’, Lehmiller encuestó a miles de estadounidenses y descubrió que el 58 por ciento de los hombres y aproximadamente un tercio de las mujeres habían fantaseado con este fenómeno, según recoge un artículo publicado en CNN. ¿Cómo te quedas?

Pues hay más, algunos expertos aseguran que contemplar a tu pareja haciendo el amor con otra persona no es disfuncional, sino que afianza la relación, ya que ayuda a llevar a cabo las fantasías eróticas de los dos miembros de la pareja.

Según la investigación, las parejas que hablan y actúan en base a sus fantasías sexuales están más satisfechas sexualmente. Del mismo modo, la investigación también revela que las mujeres que comparten y actúan en sus fantasías tienen más orgasmos, lo que sugiere que ponerse en contacto con nuestras fantasías podría ayudarnos a cerrar la brecha del orgasmo.

Además, no hay que olvidar el placer que da contravenir las normas, y en esta práctica el hombre está visualizándose a sí mismo como ‘cornudo’, aunque está en pleno control de la infidelidad, por lo que sus ‘fantasías prohibidas’ pueden ser especialmente gratificantes”.

Algunos creen que el <em>Cuckolding</em> ‘condimenta’ la vida sexual <strong>sin la culpa añadida de estar haciendo trampa.</strong> Si bien este fetiche no es para los inseguros ni para los monógamos. (Foto: Getty/iStockPhoto)
Algunos creen que el Cuckolding ‘condimenta’ la vida sexual sin la culpa añadida de estar haciendo trampa. Si bien este fetiche no es para los inseguros ni para los monógamos. (Foto: Getty/iStockPhoto)

“A veces es lo que despierta a los cónyuges, creando matrimonios saludables y felices”, explica la doctora Dawn Michael, quien describe el Cuckolding como “un matrimonio en el que el esposo obtiene placer sexual al ver a su esposa tener relaciones sexuales con un hombre a menudo más masculino o dominante que él y que tiene un pene más grande”.

En el supuesto (claro está) de que ambos cónyuges estén de acuerdo y acepten esta fantasía que transformará su matrimonio en un nuevo modelo de relación en el que los roles de género saltan por los aires y los tabúes se transforman en fantasías sexuales muy reales. Se supone que el acuerdo previo implica conocimiento y tolerancia, lo que hace que no haya reproches ni conflictos. Sin embargo, otras terapeutas como la psicóloga y sexóloga Isadora Almen, no lo tienen tan claro: “yo no lo recomendaría para condimentar la vida amorosa. Podría llevar a los celos y al resentimiento”.

En definitiva, el Cuckolding puede ser una experiencia en gran medida positiva para algunas parejas o un signo de debilidad. Para evitarlo Lecy considera indispensable tener una actitud abierta y “que haya honestidad, integridad, comunicación, reciprocidad y valores compartidos. He visto a hombres que intentan engañar a sus esposas sobre esta práctica, y esto nunca, nunca termina bien”.

¿Considerarías esta opción para salvar tu relación o crees que la infidelidad (sea como sea) es la muerte de una relación?

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