'Cuna de lobos': el día que una telenovela paralizó a México hace 36 años
Cuna de lobos ha sido de las pocas telenovelas que ha acaparado la atención de un país, tanto que hasta Jacobo Zabludovsky, titular del noticiero nocturno estelar de Televisa, le dedicó gran parte de su espacio a la historia de una despiadada matriarca capaz de todo por preservar la casta de la familia. Fue el mayor evento televisivo de México, pero también de Latinoamérica entre 1986 y 1987.
Acostumbrados a las historias en las que los protagonistas deben sufrir una tras otra diversas calamidades para ser felices, Carlos Olmos, el autor del melodrama, rompió con esa línea y volcó en la versión televisiva toda la atención en la villana, 'Catalina Creel', interpretada magistralmente por María Rubio.
Su crueldad, cero escrúpulos, manipulación, sangre fría para asesinar y el icónico parche que combinaba según lo que vestía, están tan arraigados en la cultura popular que cuando uno encuentra (o cree sufrir por) un terrible adversario, uno podría pensar que se enfrentará a su propia versión de 'Catalina Creel'.
Pero antes de convertirse en el fenómeno del que todos hablaban, Cuna de lobos fue desdeñada en Televisa y la programaron a las 5 de la tarde. "Nadie creía en ese proyecto, las únicas personas que la apoyaron fueron el señor Emilio Azcárraga Milmo y el señor Víctor Hugo O'Farrill, y ellos la colocaron ahí esperando qué iba a pasar", contó Alejandro Camacho en el pódcast La Cueva de Álvaro.
La intuición del Tigre Azcárraga no lo traicionó y poco a poco la telenovela fue subiendo en la barra televisiva, pero el éxito era desconocido para al elenco en el que también figuraron Rebecca Jones, Diana Bracho, Gonzalo Vega.
"Nunca nos dimos cuenta porque entrábamos a trabajar a las 8 de la mañana y salíamos de grabar a las 11 de la noche. Nunca supimos cuál era el fenómeno hasta que un día me encontré a Jacobo Zabludovsky y me dijo 'Alejandro, ¿estás consciente de lo que está pasando con la telenovela?'", agregó Camacho.
Tras casi ocho meses y 170 capítulos, el final era inevitable y el 5 de junio de 1987 todos estaban atentos para ver sellar el destino de la famosa villana.
"Fue caótico. En el aeropuerto los que revisaban las maletas pararon actividades para ver la telenovela mientras la gente esperaba. Vivo sobre el Periférico y ese día del final me llamó la atención el silencio que reinaba, es decir, la gente no salió de su casa. Fue una satisfacción muy grande y me queda claro que el éxito fue para todos", dijo María Rubio en una entrevista para el periódico Excélsior en 2011.
Aquella noche, Zabludovsky dedicó la apertura de su noticiario 24 horas a la telenovela. "Esta noche ya puede usted, y yo también, dormir tranquilo. Terminó Cuna de lobos, hoy se supo la terrible verdad de una historia que pasó de la ficción a las primeras planas de los periódicos de este mediodía": 'Catalina Creel' se quitaba la vida al enterarse que en un último intento por acabar con su hijastro (Vega), su hijo (Camacho) había intercambiado su lugar en el avión que después explotaría en el aire.
Pero la historia no acababa así: la última escena hacía suponer que había reencarnado en su nieto, una teoría que el autor jamás se ha atrevido a disipar.
Si bien es cierto que hace más de 30 años Televisa no tenía ningún tipo de competencia en la pantalla chica, Cuna de lobos impuso su propio récord dentro de la televisora: de tener 50 puntos cada día de transmisión, el último capítulo tuvo un rating de 73 puntos, algo nunca antes visto en la televisión nacional.
Fue tal el impacto, que la televisora debió repetir el último episodio para que, entonces sí, todo México se cerciorara que la temible 'Catalina Creel' realmente había muerto... ¿o no?