La curiosa historia de la Olla Podrida: el caldo primigenio de la humanidad civilizada
Casi como un pan de masa madre, el caldo se recompone en cada hervida. La olla podrida es una sopa clásica de la cocina española con una historia muy particular. Creado durante la Edad Media este es uno de los primeros platillos con los que el ser humano se identificó. Esta es la impactante historia de la icónica olla podrida.
La Olla Podrida: El caldo madre de la cocina española
¿Por qué se llama olla podrida?
Preparado con alubias, garbanzos, verduras y diversas carnes es uno de los platillos con un relevante valor nutricional/ Shutterstock
Conocida como un cocido, la olla podrida consta de un caldo, elaborado con carnes, alubias, garbanzos y más verduras. Generalmente se usaba ternera, cerdo o cordero, aunque también te podrías encontrar animales como: liebre, jabalí, codorniz, perdiz, paloma, lo que lo hacía un alimento alto en proteínas.
La tradición dictaba lo siguiente: el cocido se preparaba a fuego lento en una olla gigante, la cual se reabastecía cada que estuviera a punto de terminarse. Se mezclaban nuevos ingredientes con los que estaban en la olla.
La cocción era intensa y duradera, lo que hacía que todos los ingredientes se desbarataran casi por completo. Se hacía con productos de temporada y que probablemente no tendrían ninguna relación con los anteriores.
¿Cuál es la historia de la olla podrida?
La historia de la olla podrida es rica y llena de curiosos detalles/ Shutterstock
La olla podrida se solía ofrecer en posadas y mesones, en donde el servicio de alojamiento incluía el consumo de uno o dos tazones. Era parte del servicio, por lo cual se solía recalentar y reabastecer todos los días para completar el caldo que había sobrado el día anterior.
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La higiene no era un factor a considerar, así que la olla podrida no es que estuviera podrida en realidad, más bien fue un nombre que se le otorgó por su aspecto, un tanto grotesco.
Aunque Sebastián de Covarrubias, escritor español, aseguró que la olla podrida en realidad se llamaba “olla poderida”, un término que hacía referencia a “poderosa”. En referencia a que el cocido se preparaba con ingredientes de gran poder nutricional.
A pesar de esta afirmación, se cuenta con evidencia que confirma que la palabra “poderida” nunca ha formado parte de la lengua española. Así que esta teoría es un poco dudosa y no hay como comprobarla.
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¿Si estaba “podrido” por qué se comía tanto?
Esta es la historia de la olla podrida, un platillo icónico para los españoles/ Shutterstock
La referencia de Covarrubias toma relevancia cuando te pones a analizar los productos más comunes que se utilizaban para su elaboración.
Era considerado casi como un plato fuerte, pues contenía todos los nutrientes necesarios para tener una alimentación completa. Además, que en la época invernal, era un infaltable por la abundante cantidad de carbohidratos que daban energía.
Así el cuerpo retenía varios nutrientes en una época que exigía al cuerpo un déficit calórico poco habitual. Sea porque sus ingredientes eran poderosos o por su lenta cocción que desbarataba todo, la olla podrida era un imperdible de la cultura popular durante la Edad Media.
Comúnmente cocinado en una olla de barro, se podría preparar con algunos de estos ingredientes: judías rojas, garbanzos, ajo, nabos, perejil, morcilla, chorizo, longaniza, costilla, panceta, morro, pezuñas, oreja de cerdo y lengua de vaca.
La historia de la olla podrida a través de la literatura
Uno de los primeros platillos con el cual los españoles se identificaron y hoy tiene una gran relevancia histórica en el país/ Shutterstock
Seguramente alguien y probablemente nadie. Todo apunta a que fue una receta elaborada en comunidad. El colectivo como una misma fuente creativa.
La olla podrida adquirió gran fama después de ser mencionada en diversas obras de la literatura española. Calderon de la Barca, escritor del Siglo de Oro, lo mencionó como “la madre de los cocidos”.
Pero fue en la obra de Cervantes Saavedra, donde la olla podrida adquirió mayor fama mundial. En “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, Cervantes menciona en algunas ocasiones lo fastuosa y diversa que es esta preparación.
“Aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho”.
Foto: De esta icónica receta se derivan cientos de recetas latinoamericana que son muy representativas para cada país/ Shutterstock
En la actualidad se sigue preparando en restaurantes españoles tradicionales. Ya no suele ser tan común como lo era antes, pero si forma parte del legado culinario de diversas regiones de España.
De este cocido derivaron en Latinoamérica diversas preparaciones emblemáticas para cada región: el ajiaco cubano, la olla de carne costarricense, el sancocho colombiano y el puchero argentino.
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La olla podrida es un platillo que une a quien lo consume con un legado ancestral. Una comunión entre seres humanos de diversas épocas con un mismo propósito, alimentar cuerpo y alma.