Todas las curiosidades de la finca de los Ordóñez en la que el pequeño Cayetano será bautizado
El Recreo de San Cayetano en Ronda (Málaga) es la finca familiar de la dinastía Ordóñez en la que la familia Rivera celebrará el próximo sábado el bautizo del hijo de Cayetano Rivera y Eva González, llamado igual que su padre y en honor a la casa en la que festejarán su primer sacramento. Escenario de fiestas y celebraciones de la familia, esta residencia, adquirida en 1920 por Cayetano Ordoñez, bisabuelo de los dos hermanos Rivera, vio nacer a Antonio Ordoñez y alberga sus restos y los del director de cine Orson Welles. Si sus paredes hablasen, contarían una historia tan apasionante que entusiasmaría por igual a amantes del cine, de la literatura, de la tauromaquia y de la crónica social.
En sus diez hectáreas extendidas a lo largo de un olivar, el escritor y Premio Nobel Ernest Hemingway pasó muchos de los veranos de su vida. Tal era su apego a la familia Ordóñez que los hijos del diestro, entre los que se encontraba un jovencísimo Antonio Ordóñez, le llamaban papá Ernesto. Fue la plaza de toros de Ronda y la pasión del literato por los toros lo que forjó esta estrecha relación.
Precisamente Antonio Ordóñez fue quien recuperó la finca comprándola de nuevo después de que su padre se viera obligado a venderla por motivos económicos, tal y como explicó su nieto Francisco Rivera en el programa Mi Casa es la Tuya. Así, cuando el hijo de Cayetano Ordóñez comenzó a hacerse un nombre en el mundo del toreo, devolvió el esplendor a la casa y la volvió a llenar del glamur y la intelectualidad que siempre llenó sus habitaciones. Una de sus amistades más sonadas fue con Orson Welles.
El creador de Ciudadano Kane trabó una gran amistad con el padre de Carmen Ordoñez, quien le acuñó el apelativo de “tito Orson”. Tal era la vinculación del cineasta con el Recreo de San Cayetano que en 1987, su hija Beatrice Welles, no dudó en dirigirse a Ronda con las cenizas de su padre para que reposen para siempre en un pozo ciego situado en la finca donde tanto disfrutó el director. Durante las exequias, la madre de Francisco y Cayetano Rivera, era una de las más afectadas por la pérdida de su “tito”. Once años más tarde, los restos de su gran amigo, Antonio Ordoñez también fueron inhumados en la residencia familiar.
Tras la muerte de Belén y Carmen Ordónez, las dos hijas del torero, la finca es ahora propiedad de los dos hijos de esta última. Aunque decidieron reconvertirla en un hotel rural, nunca ha dejado de ser escenario de los momentos más significativos de su vida. El Recreo de San Cayetano fue testigo de excepción del romance entre Francisco Rivera y Lourdes Montes, donde vivieron grandes momentos de su noviazgo antes de sellar su amor con una elegante boda que también celebraron allí entre pamelas y sombreros de copa.
Para los hermanos Rivera, el valor sentimental de esta finca supera el histórico y por eso sigue estando en el centro de los momentos clave de su vida. Hace unas semanas, Cayetano compartía emocionado una imagen de su pequeño jugando en el patio de la casa que le vio crecer y no podía ocultar su emoción. El próximo sábado los muros de la mítica residencia familiar recibirán oficialmente a una de las últimas incorporaciones de la familia.
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