Cyndi Lauper: la muerte de un amigo que la afectó profundamente y la canción que cambiaría definitivamente su vida y su propósito
De la mano de She’s so unusual, su álbum debut lanzado en 1983, y particularmente a través de “Girls Just Wanna Have Fun”, su primer gran hit transformado con posterioridad en un auténtico manifiesto del empoderamiento femenino a nivel global, Cyndi Lauper se convirtió en una de las más grandes estrellas de la escena pop mundial. Dueña de un estilo bailable y descontracturado, un particular sentido de la moda y de extravagantes y coloridos peinados, la cantante y compositora nacida en Brooklyn pronto adquirió el estatus de favorita para millones de jóvenes alrededor del planeta.
Envalentonada por el suceso de su primer disco, aunque firme en el propósito de no repetir fórmulas probadas, a la hora de encarar su siguiente producción discográfica optó por un puñado de canciones con un sonido un tanto más rockero y una temática de perfil serio, sombrío e introspectivo. En una entrevista ofrecida a la revista Rolling Stone, Cyndi reveló la enorme presión de tener que, al menos, conservar el éxito de su ópera prima y confesó también que sintió miedo de que su siguiente paso sufriera la llamada “maldición del segundo álbum”.
“Es difícil convertirse en una estrella de un día para el otro porque no existe un manual sobre cómo ser famoso”, señaló, para luego afirmar que durante aquella etapa se sintió decepcionada de sí misma como compositora. Ese sentimiento se vio incrementado además por las constantes negativas de su compañía discográfica, que prefería apostar por su desarrollo como estrella pop antes que como autora de sus propias canciones.
Más allá de que finalmente Lauper pudo salirse con la suya al grabar temas de su autoría con el tono triste y comprometido que ella deseaba, como demuestra en “The Faraway Nearby”, “Change of Heart” y “Boy Blue” (dedicado a un amigo cercano enfermo de HIV que falleció poco tiempo después), su esperado segundo álbum de estudio vio la luz el 16 de septiembre de 1986 y trascendió de manera definitiva gracias a una canción ajena que, además, le dio su título.
“True colors”, que de ella se trata, fue compuesta por el dúo de autores Billy Steinberg y Tom Kelly, responsables de grandes hits como “Like a Virgin”, de Madonna; “Alone”, de Heart y “So Emotional”, de Whitney Houston. Inicialmente escrita por Steinberg en honor a su madre, pronto la pieza cambió su sentido cuando Kelly introdujo algunas modificaciones en la primera estrofa. En un principio, el tema fue ofrecido a Anne Murray. Pero luego de ser rechazado por la cantante canadiense, “True Colors” llegó a oídos de Cyndi Lauper a través de un demo cuya versión original estaba grabada en tiempo de balada, combinando gospel con música country y con preponderancia del piano al estilo de “Bridge Over Troubled Water”, el popular tema de Simon & Garfunkel.
Si bien la canción no terminaba de convencerla del todo por estar un tanto alejada de su estilo, había algo en la melodía y en las palabras que la habían seducido de manera especial. Fue así que después de trabajar arduamente en los arreglos, Lauper transformó al tema en algo más personal y adecuado para ella. Finalmente la canción fue lanzada como primer corte de difusión del álbum homónimo, convirtiéndose en el segundo de su carrera en alcanzar el primer puesto del Hot 100 de Estados Unidos. Su repercusión fue tal que con el paso de los años no sólo se erigió en un auténtico clásico de su repertorio, sino que también fue incluido en varios compilados de grandes éxitos.
Gran parte del impacto que la canción provocó en el público se respaldó en el profundo mensaje de su letra. “True Colors” emerge como un himno de apoyo y aceptación, que aborda la tremenda importancia de exhibir la autenticidad y la belleza interior de una persona. El tema apunta a alguien que está atravesando un difícil momento, sintiendo un gran desánimo y posiblemente enfrentando una etapa oscura en su interior. Es por ello que la canción invita a esta persona a no perder las esperanzas y a tener el coraje suficiente para mostrar su verdadera esencia, sus “colores verdaderos” (como reza su título), que son “hermosos como un arco iris”.
Precisamente, esta metáfora de los “colores verdaderos” es utilizada para enfatizar la singularidad y la belleza de la individualidad de cada persona. Por su parte, la referencia al arco iris simboliza la diversidad y la inclusión, sugiriendo que cada color, cada rasgo de la personalidad, contribuye a la belleza del conjunto. En tanto, el estribillo refuerza el mensaje de apoyo y amor incondicional, brindando consuelo y la promesa de estar ahí presente para la persona que así lo necesite.
De manera paralela, el tema adquirió categoría de himno universal para la comunidad LGBTQ+, que adoptó su mensaje inclusivo en épocas de violentas embestidas discriminatorias por parte de los sectores más conservadores de la sociedad y mientras la epidemia de HIV no cesaba de causar estragos. De ahí que la canción continúa siendo en la actualidad un sólido emblema de aceptación, orgullo y empoderamiento.
La identificación plena y constante de este sector para con el hit llevó a Cyndi Lauper a convertirse en una incansable defensora de los derechos de dicha comunidad y capitalizó su éxito en pos de su propio activismo político. Su compromiso alcanzó tal nivel que, entre otros proyectos, tanto en 2007 como en 2008 se embarcó junto a Erasure y Deborah Harry (Blondie) en el llamado True Colors Tour, una gira cuyo objetivo fue promover los derechos LGBTQ+. Ese mismo año, la artista fundó True Colors United, una organización sin fines de lucro dedicada a ofrecer asilo y vivienda a jóvenes pertenecientes al colectivo que fueron expulsados de sus hogares. Y en idéntica dirección, en 2009 creó True Colors Residence, un edificio de departamentos con sede en Nueva York para jóvenes víctimas de la discriminación por cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Su misión es detener los suicidios producidos por la vulnerabilidad social.
Independientemente de la loable función social que Cyndi Lauper continúa llevando a cabo en la actualidad, es indudable que el contenido de “True Colors”, basado en que todos deberían sentirse libres de ser quienes son sin temor al juicio, el rechazo o la mirada ajena, ha repercutido muy fuerte también en otros artistas que a lo largo de los años decidieron plasmar su propia versión. Una de las más reconocidas es la que Phil Collins realizó en 1998 como parte de ...Hits, un álbum de grandes éxitos. Y a él le siguieron Justin Timberlake, Miley Cyrus, Jennifer Lopez y Alicia Keys, más allá de haber aparecido en uno de los episodios de la comedia musical Glee.
Se dice que Cyndi siempre soñó con poder honrar la memoria de su amigo fallecido poco después del lanzamiento del álbum True Colors a través de una de sus canciones. Pero lo que nunca imaginó fue que el alcance de su profundo y sentido mensaje superaría de un modo tan rotundo y certero todo lo que ella había previsto.