Damien Leone, creador de 'Terrifier', vuelve a zambullirnos en la violencia, y esta vez, no habrá escape

“Terrifier 3”, que acaba de entrar a la cartelera estadounidense, no es para los débiles de corazón. Si has estado atento a lo que sucede en el mundo del cine y, por supuesto, si eres fan del terror, sabrás ya que esta es una franquicia que ha empujado siempre los límites en lo que se refiere a la exhibición de ‘gore’ y de escenas sangrientas, hasta el punto de que sus entregas llevan a muchos espectadores a abandonar las salas debido a la intensidad de lo que observan en la pantalla.

El responsable principal de las atrocidades cometidas en la ficción es Art the Clown, un personaje que apareció por primera vez -al menos en términos de largometraje- como parte de la cinta de antología “All Hallows' Eve” (2013), pero cuyo alcance se extendió considerablemente con el inicio de la saga en sí, plasmada anteriormente en “Terrifier” (2016) y “Terrifier 2” (2022), dos trabajos que, además de darle rienda suelta a sus maldades, nos presentaron a seres humanos hechos y derechos con los que nos identificábamos y por los que sufríamos.

La segunda cinta fue la que nos presentó a Sienna (Lauren LaVera), una adolescente aparentemente común y corriente que, sin saberlo todavía, estaba destinada a convertirse en una suerte de ángel guerrero que lucharía contra Art, una figura demoníaca que representa esencialmente al mal en estado puro. Claro que, en el camino, la pobre muchacha se vería expuesta a los crímenes cada vez más numerosos y espeluznantes de su archienemigo y de su siniestra acompañante Victoria (Samantha Scaffidi).

En “Terrifier 3”, Sienna sale del hospital en el que pasó varios años tras su combate inicial con Art y se instala en la casa de su tía Jess (Margaret Anne Florence) con la idea de dejar completamente atrás el pasado. Pero el maléfico payaso no está muerto, por supuesto, y además de querer venganza, sigue empeñado en despedazar del peor modo posible a quien se cruce en su camino, ya sea hombre, mujer o infante.

En la entrevista con Los Angeles Times en Español que puedes encontrar tambien por aqui en su versión original en video, Damien Leone, el director y escritor de todas las películas, habla de lo que se puede esperar del nuevo filme, de las referencias religiosas que introdujo, de lo importante que es tener a personajes complejos en medio de los inevitables baños de sangre y, por supuesto, de las escenas violentas que abundan en su polémica pero exitosa obra.

Damien, ¿qué tan satisfactorio es para ti tener no solo la seguridad de que “Terrifier 3” -que acaba de convertirse en la película más vista en Francia durante su primer día de estreno- va a ser sumamente exitosa, sino haber podido también desarrollar esta saga a lo largo de más 10 años sin interferencia alguna y con muchos de los mismos personajes? 

Es muy satisfactorio, y no es lo habitual. Ha sucedido también en otros casos, por supuesto, como pasó con el personaje de Laurie Strode en la saga de “Halloween”; pero la mayoría de ‘slashers’ suelen empezar de cero con cada película. Traen a nuevos personajes y a un nuevo grupo de personas que van a masacrar.

Yo intento contar una historia cohesiva con personajes con los que se pueda empatizar. Cuando escribí “Terrifier 2”, fue muy importante presentar al personaje de Siena, porque quería que mi heroína fuera tan importante como mi villano. Y es emocionante seguir descubriendo nuevas facetas suyas.

“Terrifier” entra a la cartelera para desafiar a “Joker: Folie à Deux”, otra secuela protagonizada por un payaso raro, y es probable que le gane. Menos mal que no se te ocurrió que la tuya fuera un musical…

Lo creas o no, acabo de ver [el clásico de 1979] “All That Jazz” por primera vez, y se convirtió al instante en una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Cuando se trata del musical adecuado, me enamoro.

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Tu propia franquicia te ha permitido tener control total. Eres el director, el guionista, el productor, el editor y, hasta la entrega anterior, eras el encargado directo de los efectos especiales, que sigues supervisando estrechamente.

Y es por eso que me interesa trabajar esto como si fuera una miniserie. No le doy todo al público en términos de historia y de explicaciones en una sola película, porque quiero alargar el proceso; pero no para ganar más dinero, sino porque siento que tengo muchas más cosas que decir. Es probable que termine la historia en una o dos películas más, pero es difícil de decir. No sé si mi imaginación dará un giro completo o si se me ocurrirá otra idea que valga la pena.

Fue una excelente idea desarrollar más a los personajes a partir de la segunda entrega, porque no se puede ir mucho más lejos en términos de calidad con el asunto del ‘gore’ y la violencia. En los ‘slashers’, los personajes no suelen estar tan bien construidos.

Art nos da la oportunidad de sumergirnos en la fantasía y en los momentos exagerados, porque busco que el público se divierta; no quiero que toda la experiencia sea sombría y miserable. Pero sí, intento inspirarme en personas reales de mi vida, en miembros de mi familia, en amigos, para cimentar a mis héroes humanos, especialmente a Siena. Creo que es importante tener esa capa de humanidad, sobre todo cuando las cosas van realmente mal para esos personajes y necesitas empatizar con ellos.

En ese sentido, Laura LaVera, la chica que interpreta a Sienna, está estupenda. Es un personaje que tiene que lidiar con muchas situaciones terribles y que ha ido cambiando en el transcurso de la saga. Art, por su parte, es la encarnación del mal puro, por lo que no cambia, supuestamente; pero en esta nueva cinta, nos ofrece aspectos novedosos, con una combinación de miradas absolutamente siniestras y gestos completamente hilarantes. Hasta se pone a bailar. Además, es un personaje mudo, por lo que, aparte de sus salvajadas, es todavía más difícil hacerlo atractivo.

Lo gracioso es que el público se divierte siempre más con el personaje que resulta más despreciable, y Art no es la excepción, incluso cuando está haciendo las cosas más sádicas que resulten posibles. Pero ha evolucionado, sí; por supuesto, lo hizo por primera vez entre “All Hallows' Eve” y “Terrifier”, debido al cambio de intérprete y la incorporación de David Howard Thornton, que es un actor de verdad, procedente del teatro. Aportó de inmediato matices que el personaje no tenía.

A medida que avanzamos, David y yo intentamos sacar toda la humanidad posible de Art sin perder su esencia. No es una humanidad buena, claro, pero atrae al público, que empieza a preguntarse: ¿Qué hay en su cabeza? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Quién está detrás de ese maquillaje?

No es algo que tengas la oportunidad de hacer muy a menudo con los ‘slashers’, que pueden ser muy monótonos o limitados porque sus villanos se esconden tras una máscara. David no tiene la oportunidad de hablar, pero hay tantas cosas que dice a través de sus expresiones faciales y de sus gestos que los diálogos no le hacen falta.

Creo que eso, combinado con el humor negro, conecta con el público. Uno de los ingredientes secretos del personaje es que posee un nivel extremo de sadismo y que, al momento siguiente, te hace morir de la risa. Es una montaña rusa de emociones.

Hay mucha imaginería religiosa en “Terrifier 3”, incluso más que en la segunda entrega. Me imagino que hay gente ‘espiritual’ que odia lo que haces, pero lo curioso es que, en más de un sentido, esto puede ser visto como una película cristiana. “Passion of the Christ” de Mel Gibson era también muy sangrienta...

¡Muy sangrienta! Y la Biblia es muy violenta, por supuesto. Me río cuando nos atacan personas religiosas que ni siquiera han visto la película. “Deberías encontrar a Jesús”, me dicen. Y yo les respondo: “Si sólo vieran la película sin anteojeras para odiar o ‘trolear’, se darían cuenta de todas las cosas que tiene a favor de Dios”.

Sienna es mi personaje favorito, y Sienna es nuestra figura de Cristo. No digo que sea una reencarnación de Jesús, pero sufre y es el cordero del sacrificio. Una vez que decidí sumergirme en la batalla épica del bien contra el mal, era lógico que empleara imágenes católicas. Es con lo que crecí, aunque no soy necesariamente religioso ni voy a la iglesia.

Pero me encanta esa mitología. Hay tantas cosas que me gustan sobre el cielo y el infierno, el bien contra el mal, los ángeles contra los demonios. Estoy obsesionado con eso.

Es interesante también que pongas a una mujer al centro de todo. La ‘Final Girl’ es un elemento típico del ‘slasher’, pero no recuerdo haber visto a otra que sea un ángel guerrero.

En los ‘slasher’, el asesino no es la estrella, sino la ‘Final Girl’. Pero el asesino es el centro de atención, porque todo el mundo va al cine para ver a Jason, a Freddy, a Michael Myers. Sin embargo, yo quería poner a mi ‘chica final’ en el mismo pedestal que Art, básicamente como un personaje de cómic que saltaría de la página a la pantalla.

Quería ponerle un traje increíble, como si fuera un ángel viviente del Antiguo Testamento. Puse mucho esfuerzo y afecto en la creación de un personaje que fuera vulnerable, tridimensional y con los pies en la tierra, pero que resultara también muy valiente e imponente.

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“Terrifier 3” lleva el ‘gore’ a nuevos niveles. Podría ser la película más sangrienta de la historia. ¿Qué tan complicado fue encontrar nuevas formas de crear estas escenas y, después, imaginar cómo iban a ser filmadas?

Siempre es un reto. Cuantas más películas hacemos, más difícil es, porque ponemos mucha creatividad en cada una y todo el mundo espera que superemos lo que hicimos antes. Y no estamos solamente compitiendo contra nuestras propias películas, sino contra cualquier otra película realmente sangrienta. Siempre estoy buscando inspiración. Miro alrededor del jardín y de la cocina, preguntándome, ¿qué haría con este instrumento?

Para la segunda película, vi una foto de una de las víctimas de Jack el Destripador, y eso provocó la escena del dormitorio. En la nueva, hay una masacre en la ducha que es mi homenaje a “Psycho”. Me pregunté, ¿cómo rodaría Hitchcock esa escena hoy en día? ¿Sería tan reservado o moderado con la violencia como lo fue entonces, o sería un poco más gráfico?

Además, esta vez, le dimos a Art una sierra eléctrica, algo que no le había dado antes porque pensaba que era un asunto demasiado sagrado debido a Leatherface. Pero pasó el tiempo y no veía ninguna escena con ese instrumento que llegara a los extremos que buscaba, por lo que decidí hacer la mía.

El ‘gore’ fue muy popular durante los ‘80, pero ahora, con toda la tecnología disponible, se pueden hacer cosas mucho más creíbles. Sé que utilizas principalmente efectos prácticos, pero es evidente que después los retocas con CGI. De todos modos, se ve absolutamente impresionante. ¿Cómo ha evolucionado tu propia aproximación al ‘gore’ a lo largo de esta década de trabajo? 

Abordamos estas películas planteando que vamos a utilizar un 95% de efectos prácticos, porque esa es la clase de efectos que se emplean en estas películas y los que yo adoro, ya que me inicié como un artista de maquillaje. Pero ahora, con la tecnología, se pueden hacer cosas que no se podían hacer en los años 80.

Antes, si querías mostrar una cabeza cortada que todavía se movía, tenías que construir una marioneta o un ‘animatronic’, y por muy bueno que este sea, siempre se notaba lo que en realidad era. Ahora puedo tomar digitalmente la cara del actor y ponerla en el muñeco que construimos, y puedo mostrar a esa persona reaccionando como si le estuvieran cortando la cabeza.

Yo confío en mi equipo de efectos visuales para que retoque las cosas y las aumente. Lo hicimos en un buen número de tomas. Pero no se nota, porque fue perfecto. Y en lo que respecta a los efectos de la vieja escuela, fueron realizados por el estudio de Tinsley, uno de los mejores del sector. De hecho, fue el que hizo los de “Passion of the Christ”, ya que tocamos el tema.

Hay mucha gente a la que no le gusta el ‘gore’, pero tus películas, que fueron siempre ‘indie’ y siempre salvajes, están teniendo muchísimo éxito con la audiencia del ‘mainstream’. ¿Por qué crees que la gente ‘normal’ está mostrándose mucho más dispuesta a apreciar esta clase de propuestas?

Cuanto más oscura es la realidad, más liberación catártica necesita el público. Por un lado, estamos en la época más civilizada de la especie humana, pero por el otro, nos enfrentamos a cosas muy oscuras, especialmente en Estados Unidos. Es una época muy divisiva. Todavía tenemos intentos de asesinato. La violencia está en todas partes. Es tan profunda y prominente.

Creo que las películas de terror, especialmente los ‘slashers’, te dan la oportunidad de poner la realidad más absurda y violenta en la pantalla y aceptar el hecho de que la misma violencia podría golpearte en cualquier momento sin que puedas hacer nada al respecto. Da mucho miedo. Es como poner eso en la pantalla, reunirse como comunidad, mirar al Diablo a los ojos y decirle: “Muy bien, ¿qué tienes para mí? OK, miremos juntos al abismo”. Nos burlarnos de ello, porque no tenemos otra opción.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.