Daniel Craig demuestra bailando haberse liberado de James Bond

Daniel Craig como el Detective Benoit Blanc en Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion. Cr. Courtesy of Netflix © 2022.
Daniel Craig como el Detective Benoit Blanc en Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion. Cr. Courtesy of Netflix © 2022.

Bailar, como cualquier actividad física, libera endorfinas. Las llamadas hormonas de la felicidad. Y viendo a Daniel Craig bailando como el ser más cool de este planeta en su más reciente aparición profesional, cualquiera diría que está más feliz que nunca. Libre, desatado y alejado de la saga de James Bond, mostrándose como nunca en sus más de 15 años asociado al universo de 007.

Les hablo del comercial que el actor protagonizada para la marca Belvedere Vodka. Un spot publicitario dirigido por Taika Waititi -una mente visionaria en esto de romper moldes y etiquetas- en donde Daniel Craig se libera de James Bond bailando y sentenciando que ahora sí comienza una nueva era, otra imagen e intención profesional para su exitosa carrera.

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Daniel Craig es otro. Literalmente. Después de cargar con el peso de un personaje icónico como James Bond durante unos cuantos años, y contagiarnos la sensación de no estar a gusto con la mochila que llevaba a sus espaldas (en más de una ocasión no se mostró muy entusiasmado a la hora de hablar de próximas secuelas), el actor baila y se libera. De las ataduras de un rol tan imponente, de tener sus proyectos conviviendo bajo la sombra de 007.

El actor de 54 años se despidió de James Bond oficialmente en octubre del año pasado con el estreno de No es tiempo para morir, tras unos 18 meses de retraso por culpa de la pandemia. Y desde entonces no habíamos vuelto a verlo en acción. Su quinta y última entrega en realidad se rodó en 2019, y si tenemos en cuenta que su siguiente película, Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, se rodó entre junio y septiembre de 2021, entonces estuvo dos años alejado de la acción cinematográfica. Dos años para darse tiempo y empezar a reconstruir su carrera en esta etapa post-Bond. Que, a la vista está, no podía ser más prometedora.

Es más, en esta secuela se reencontró con uno de sus compañeros de Spectre, Dave Bautista. Y según comentó el actor en una entrevista, Daniel Craig irradiaba una felicidad que no conoció cuando hicieron juntos la secuela de James Bond. “Realmente lo dio todo por Bond”, dijo a Entertainment Weekly. “Podías sentir que estaba bajo mucha presión. No parecía la persona más feliz en Bond, pero en 'Glass Onion' era todo lo contrario. Era muy divertido, y siempre estaba sonriendo y feliz e interactuaba mucho más”.

Daniel Craig siempre fue un actor destacado con un talento que en ocasiones terminó pasando desapercibido. A veces por culpa de producciones mal ejecutadas como fue el caso de Dream House o Cowboys & Aliens, y otras por sumarse a proyectos pequeños que no tuvieron la repercusión que merecían. Por ejemplo, Kings, una cinta independente que si bien tenía sus fallos, él destacaba como el vecino rudo pero de buen corazón de Halle Berry. Sin embargo, justo cuando estaba preparando su despedida de 007 se abrió una puerta nueva. La de Puñales por la espalda.

Nadie sabía a ciencia cierta si aquel whodunit iba a encontrar a su público. Después de todo se trataba de un género muy manido colgado en el pasado, con un reparto coral donde todos destacaban por igual y con Daniel Craig interpretando un personaje que, a priori, parecía ser uno más dentro de la gran ecuación artística que poblaba aquella historia: el detective Benoit Blanc, un experto en resolver asesinatos. Sin embargo, la película fue un éxito de taquilla cosechando 311 millones de dólares (unos 301 millones de euros sobre los $40 millones de presupuesto), llevando a que Netflix no perdiera el tiempo y pagara $469 millones por los derechos (454€ millones) para desarrollar dos secuelas. Y en ese momento comenzó la nueva etapa de Daniel Craig. Una a la que ahora le abre la puerta bailando como símbolo de la emancipación bondiana que vibra su carrera.

Tuve la oportunidad de ver Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion en octubre durante el Festival de Cine de Londres, topándome con una secuela digna del éxito de su predecesora y donde Daniel Craig rompe con los moldes de su carrera. No solo deja atrás a James Bond con un personaje opuesto, sino que se sumerge en él dándole más forma, permitiéndonos conocerlo más a fondo, adentrándonos en su vida, personalidad y relaciones con el gran descubrimiento de su homosexualidad (no es spoiler: lo confirmó el propio director Rian Johnson en el estreno del filme, vía Slash Film).

En esta segunda parte, el cineasta consigue expandir la saga desde el universo de Benoit Blanc y con un nuevo misterio por descifrar, desde una trama elocuente, inteligente, descarada y con un reparto de lujo liderado por Daniel Craig. Si a esto le sumamos su revelación como el tipo más cool del año en el comercial, tenemos el renacer de una estrella que pretende demostrarnos que su imagen no va a quedarse estancada en el perfil de James Bond.

Por eso, ahí donde lo ven, bailando, cool, vestido con una camiseta de tirantes y haciéndole sombra a los bailes icónicos de Hugh Grant en Love Actually y Tom Cruise en Risky business, este inglés nacido en 1968 nos está diciendo que ahí está, suelto, feliz y entregado a lo que venga. Preparado para mostrar otras facetas y abrirse a oportunidades nuevas.

Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion se estrena en cines el 22 de noviembre, para luego aterrizar en Netflix el 23 de diciembre

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