¿Demasiado rudos para ellas?

A todos los hombres nos fascina ver deportes. Cuando el evento es relevante para nuestro interés, tomamos nota de la fecha de la televisación con bastante antelación y la semana previa comenzamos a prepararnos mentalmente para el acontecimiento esperado.

Cuando se trata de un partido de tenis, fútbol, básquet, vóley generalmente no tenemos inconveniente en que nos acompañe nuestra pareja. Estamos más permeables a esa situación. Escuchamos sus acotaciones con entereza, ya que ellas están más acostumbradas a esa clase de deportes porque están instalados en la cultura y porque su televisación es frecuente. Existe un deporte que no involucro en este análisis informal, y ese es el golf. Lo descarto sencillamente porque a las muchachas no les interesa en lo absoluto.

Hasta este punto no aparece el conflicto, ya sea porque estamos dispuestos a compartir ciertos deportes o porque ellas no se sienten atraídas por otros. Pero, ¿qué pasa cuando nos disponemos a disfrutar, casi como un ritual, de aquellas actividades deportivas que son indefectiblemente masculinas?

Hay dos de ellas que pueden encuadrarse entre estas disciplinas rudas, ásperas, violentas. Son aquellas en la que los contendores son muy “machos”, donde hay golpes, cortes sangrantes y dolor: Por un lado encontramos al Rugby, un deporte inglés, antiguo y de convocatoria creciente, practicado por caballeros con códigos pero que se golpean de lo lindo.

El otro es llamado Artes Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés), hoy tienen un enorme predicamento, aúna varias disciplinas de combate oriental en su mayoría confluyendo en un festín de trompadas, patadas, codazos y rodillazos desarrollados en un octógono con rejas.

Ahora bien, siendo practicantes de actividades físicas tan feroces, ¿qué es lo que les puede atrae a las mujeres de estos hombres tan rudos?

Según ellas, el jugador de rugby:

• No requiere de “gastos de mantenimiento” altos. No están preocupados por la moda. Probablemente no los encontrará preguntando cómo luce su pelo, francamente no les importa lo que otros piensan.• Es resistente, busca desafíos y es comprometido. Si jugando el rugby es tan áspero como se ve, significa que será capaz de soportar los embates duros de la vida.• Es atlético. Si bien no todos los jugadores de rugby lucen como modelos de ropa interior hasta los que parecen osos siberianos son capaces de entregar enormes cantidades de histamina sorprendiendo por su resistencia.• Es confiado y se adapta socialmente. Es bastante raro que se encuentre con un jugador del rugby con carencias en la seguridad en sí mismo, por tanto no se va a tener que lidiar con silencios incómodos en una cita.• Da mucho apoyo y sostén, dado que en el rugby están acostumbrados a ser parte de un equipo donde constantemente acuden en ayuda de otros. Suelen ser buenos compañeros.

Para ellas el luchador de MMA:

• Es leal y respetuoso: las artes marciales enseñan la disciplina y el respeto, así formando a alguien en quien se puede confiar.• Siempre estará en forma: No se preocupa sólo en el interior de su persona, entrena bestialmente para afrontar cualquier situación que lo amerite.• Es la protección perfecta: ¿Cuánta gente está dispuesta a pelear con un luchador profesional? Ella se sentiría probablemente segura en cualquier callejón oscuro con su tarjeta del día de San Valentín en la mano. • Es capaz de cambiar posiciones rápidamente: las transiciones son claves en MMA, los luchadores siempre intentan ponerse en una posición más “dominante”. Bien, para las que consideran los encuentros sexuales como determinantes, aquí tienen un sujeto al que ninguna posición será un problema.• Tiene mucha resistencia: ¿Quiere continuar una excursión larga? ¿Andar en bicicleta todo el día? ¿Necesita que la acompañen en realizar mil tareas? No se preocupen, el luchador se entrenan para una lucha durísima e intensa de 25 minutos; tratar de llevar a cabo cualquier objetivo de “resistencia” no será una preocupación.

No estoy seguro que todos los hombres debamos probar con el rugby o la lucha MMA alguna vez en la vida, pero lo cierto es que los caballeros que sí la practican, tienen ciertas ventajas sobre nosotros.