Anuncios

El despecho está bien, pero interiorizar que existen relaciones kármicas está todavía mejor

En materia de corazón, nadie nace aprendido. Y aunque, de manera completamente ingenua, muchas veces lo desearíamos, por mucho empeño que pongamos todo parece apuntar a que controlar nuestras emociones es mucho más complicado de lo que creíamos. La gestión emocional es una tarea ardua y puede que este sea el motivo que explique nuestra devoción por investigar en Instagram o en Internet las nuevas parejas que comienzan una relación o, sobre todo, las que las rompen. Si el inspector Gadget tuviera el acceso que nosotros tenemos a día de hoy a toda la información y las migas que vamos dejando a nuestro rastro por Internet, puede que los capítulos de su serie hubieran durado apenas cinco minutos.

VER GALERÍA

Qué son las relaciones kármicas
Qué son las relaciones kármicas

-Ideas para afrontar una ruptura de pareja: así lo hacen las 'celebrities'

Es una evidencia: nos enganchan los dramas, sobre todo los que terminan mal. La trama que Tamara Falcó e Íñigo Onieva han construido en torno a su relación de infidelidades, reconciliaciones y bodas nos ha tenido en vilo. Nos apasiona, también, que Shakira vuelque toda su rabia contra Piqué y su nueva (o no tan nueva) novia, Clara Chía, en su último tema con BZRP y que, de una manera más sutil, pero igual de astuta, Miley Cyrus ataque a su ex, Liam Hemsworth, en una canción llena de indirectas en las que, además, hace un alegato de amor propio descomunal. Pero vamos incluso más allá. Porque cuando Selena Gomez y Hailey Bieber posaron juntas en una fotografía tras los rumores que señalaban que se odiaban, Instagram también se encendió en comentarios. Ejemplos de que no son solo los temas de relaciones de pareja las que nos apasionan, sino también las de amistad hay muchos: Christina Aguilera y Britney Spears,  Justin Bieber y Orlando Bloom, Taylor Swift y Katy Perry o Paris Hilton y Kim Kardashian. Cualquiera que tenga un final desastroso es carne de nuestro interés. ¿Por qué? Sencillo: porque nos acerca el lado más humano de los que se encuentran al otro lado de las páginas y de las pantallas. Nos ayuda a identificar nuestros comportamientos con los suyos, como si de un consuelo o justificación se tratara.

VER GALERÍA

Qué son las relaciones kármicas
Qué son las relaciones kármicas

Aunque resulta imposible que las tragedias dejen de protagonizar conversaciones, puede que la última tendencia que circula en el mundo online haya llegado para que, al menos, podamos aplaudir también comportamientos mucho menos nocivos. Hablamos de las relaciones kármicas, una tipología de interacción social que toma nombre para ayudarnos a llevar los malos baches de otra manera. Según este término, toda persona que pasa por tu vida lo hace con un propósito, el de enseñarte una lección, y no se irán de tu día a día hasta que no la hayas aprendido. Sí, puede ser molesto pero lo que explica la astrología es que, con el tiempo, no solo aprenderás a ver las relaciones de una manera mucho más sosegada, sino que sufrirás menos.

De las relaciones kármicas existen varias teorías. Por un lado, hay quienes afirman que son asignaturas pendientes de nuestros antepasados familiares. Que somos nosotros los que debemos remediar las lecciones que no aprendieron ellos. Así, esta corriente que toma como punto de partida la genética emocional dicta que todo lo que sucede en nuestras relaciones es fruto de esas labores que nuestra familia no tachó de su agenda.

También hay quienes piensan que las relaciones kármicas son conexiones que aparecen como consecuencia de un contrato entre dos almas que tenían que haberse conocido en el pasado para aprender una de la otra, pero que nunca llegaron a hacerlo. Según ésta, nuestro turno sería atravesar esa relación para incorporar estas enseñanzas nuevas en nuestro día a día. ¿Has tenido alguna vez la sensación de que ya conocías a una persona profundamente aunque acabara de llegar justo a tu vida? Si la respuesta es afirmativa, entonces estás más cerca de saber de lo que estamos hablando.

VER GALERÍA

Qué son las relaciones kármicas
Qué son las relaciones kármicas

-Relación tóxica de pareja: cómo salir de ella en 6 pasos

Cómo identificar una relación kármica

Podría parecer que las relaciones kármicas son fáciles, ya que se supone que alguien tiene la misión y la generosidad de estar en tu vida para enseñarte lecciones; pero lo cierto es que en muchas ocasiones pueden ser complicadas. Generalmente en ellas hay decepciones, desacuerdos y sorpresas o actitudes negativas. Y, aunque pueda sonar contradictorio, es precisamente esa la magia de esta tipología de relación, ya que de esos momentos malos se aprende (que no tóxicos, ¡ojo!). De hecho, en las más sanas lo que duele no es en sí cómo se ha vivido la relación (porque puede que todo haya ido viento en popa), sino su final. Una separación repentina, un cambio de ciudad o una enfermedad que le haya llevado a distanciarse de ti o a ti de él/ella. Incluso, en un tercer caso, dentro de las relaciones kármicas se encuentran también aquellas personas que se conocen y viven historias apasionadas e intensas en muy poco tiempo, de esas que siempre se recuerdan con cariño. “Fue tan bonito mientras duró”. Eso es.

Para saber si has pasado por una, si lo estás haciendo o si quieres estar alerta por si llega, puedes prestar especial atención a las épocas en las que te encuentres en una transición de cambio. Es decir, esos momentos en los que sin darte cuenta puede que estés buscando un apoyo, como cuando empiezas o dejas un trabajo o te mudas de ciudad o de piso. En estas situaciones nos enfrentamos a nuevos desafíos para los que puede que no estemos preparados, y como consecuencia, encontramos ese brazo en el que reposar en las personas. Si además sientes una conexión especial desde el primer momento y una especie de “adicción” que te lleva a querer pasar más tiempo o saber cosas sobre ella, entonces las probabilidades aumentan.

VER GALERÍA

Qué son las relaciones kármicas
Qué son las relaciones kármicas

Qué hacer para controlar la rabia tras una separación

Cuando alguien ya te ha enseñado la lección que pretendía o has sido tú quién lo ha hecho, como sucede con cualquier separación, es difícil controlar la rabia. Como decíamos, no resulta fácil gestionar las emociones cuando algo nos afecta y nos hace sentirnos tristes o enfadados, pero en este caso existe un consejo típico de cualquier amiga que odiamos escuchar y que resume toda esta teoría: “apareció en tu vida para enseñarte algo”. Equilicuá. Ahí debe residir toda tu atención.

El despecho es completamente lícito y está bien desahogarse de la manera que cada una quiera, pero si buscamos evitar esa llama que incendia todo de rabia al principio y que, en ocasiones nos lleva a actuar como no querríamos hacerlo en frío, poner el foco en la lección que hemos aprendido y no en la persona es lo único que podrá ayudarte.

-Versos memorables para cantar cuando tienes mal de amores

Se trata de pensar en por qué habéis invertido tiempo juntos, en qué contexto apareció y que fue lo que te enseñó esa experiencia. Puede que te haya servido para relativizar todo lo que te afectaba cuando se instaló en tu vida o que, simplemente, te haya abierto una puerta espiritual tuya que desconocías o empujado a aventurarte en algún nuevo proyecto. Piénsalo bien y analiza la situación. ¿Dónde estabas antes de conocerle? ¿cómo evolucionaste? ¿qué has hecho durante ese tiempo? ¿qué ambiciones tienes ahora que antes no tenías? Ahí está la respuesta.