¿Qué hay detrás de Historia Chiquita? El exitoso y divertido proyecto de divulgación histórica

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¿Qué tan buena eras en historia? ¿Se te hacía eteeeeerna o te encantaba porque era una especie de chismecito? Sara Benítez sabe que no es el fuerte de muchas personas y para eso tiene Historia Chiquita, un proyecto donde nos acerca a eventos históricos de forma divertida y ágil.

Y no, no solo hablamos de la Revolución, sino de eventos en la historia todavía más peculiares. Como la historia del papel higiénico o cuando Quetzalcóatl se robó la Navidad en México.

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La necesidad de preservar el pasado

Estudiar historia no fue una decisión tan sencilla, pues Sara, mejor conocida como Sari, sabía que era un riesgo al ser un área con precariedad laboral (como muchas otras). Sin embargo, aún así decidió hacerlo porque sabía que era su verdadera vocación.

Aunque también encontró una razón más personal y familiar. “Yo estudié historia porque estaba interesada en entender un poco más sobre el pasado que vivieron mis abuelos”, platica Sari a Animal MX. “Ellos fueron quienes me inspiraron en un principio, también porque mi abuelo sufrió de Alzheimer”, añade.

De ahí su importancia por conocer, mantener y compartir historias que nos ayudan a no ignorar el pasado.

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¿Y cómo nació Historia Chiquita?

Aunque mucha gente la conoce gracias a TikTok, la realidad es que este proyecto nació en las historias de Instagram y de ahí que se llame “Historia Chiquita”. “Por medio de mis stories iba contando un poco de cosas de historias”, explica.

Sin embargo, esto empezó por accidente. Relata a Animal MX que todo comenzó porque tuvo que entrarle a la investigación histórica para crear la expo del 75 aniversario del Colegio Nacional.

Eso incluía entrevistar a Luis Fernando Lara, creador del Diccionario del Español de México. Ella tenía mucho miedo porque no estaba segura de si había entendido bien su proceso para crearlo. Entonces decidió empezar a subir historias a Instagram contando la teoría de Luis Fernando como para practicar y de ahí nació todo.

Aunque no tenía las grandes herramientas tecnológicas para meterles más producción, esas historias chiquitas comenzaron a tener mucho éxito. “Mi pareja me dijo si tenía pensado hacer algo más y decidí hacer un podcast”.

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Redes sociales, podcast y hasta un libro

Poco a poco se fue haciendo de más herramientas. Tanto para grabar sus videos, como para realizar los podcast en buen formato. Así es como se fue expandiendo en otras redes sociales y formatos.

Ya no solo veíamos Historia Chiquita en Instagram, sino también en TikTok donde actualmente tiene 98 mil seguidores. Sari también hace hilos de Twitter, sube videos a YouTube y su podcast en Spotify. Este último actualmente está en su cuarta temporada.

Fue gracias a su actividad en redes sociales que la editorial se acercó a Sari y le propuso hacer un libro. Y contrario a lo que se esperaría, no es una recolección de sus historias favoritas.

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Lo especial del libro Historia Chiquita

“Quise hacerlo de cosas nuevas que no había platicado en mi podcast ni en mis cuentas de Instagram”, dice a Animal MX.

El libro lleva el título de Historia Chiquita: Los personajes, barrios y recetas que dan color y sabor a México porque tiene un hilo conductor muy especial: sus abuelos y las recetas de cocina que su abuela le enseñó.

“El hilo conductor es la comida y un poco mi abuela y sus anécdotas sobre la historia de México y el mundo”, explica. Eso se nota con solo hojear el libro, pues verás que cada una de las 14 historias chiquitas está acompañada de una receta o de consejo de cocina y de fotos de su abuelita Sara.

libro historia chiquita
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¿Y cuál es su Historia Chiquita favorita?

Hablando solo del libro, Sari hace referencia a una que aparece en la llamada “En ferrocarril a Oaxaca” que incluye a la gran muralista mexicana Aurora Reyes.

“Ella pintó a una mujer tehuana (Estela Ruiz) que era muy su amiga también y que es muy famosa porque apareció en los billetes de México”, platica Sari.

Ese retrato quedó inmortalizado en la obra al óleo La novia de oro, que fue comprada por Luis Echeverría (ajá, el expresidente), que en ese entonces era secretario particular del ministro de Marina Rodolfo Sánchez Taboada.

Echeverría compró el cuadro como regalo para su jefe, pero todo salió requete mal. “Cuando llegó su jefe (Sánchez Taboada) este vio el cuadro y se murió viendo a La novia de oro“, cuenta Sari.

Para descubrir esta y otras fascinantes historias, no dejes de seguir a Sari y su Historia Chiquita en todas sus plataformas.