Detrás del rodaje: curiosidades, secretos y polémicas de 5 exitosas películas

Las 5 películas que cautivaron a los lectores de LA NACION
Las 5 películas que cautivaron a los lectores de LA NACION

Entre ficción y realidad, durante 2022 dos notas de la sección “Detrás del rodaje” se ocuparon de profundizar en el lado oscuro de la industria del cine porno: Garganta profunda y Boogie Nights. Secreto en la montaña tampoco le esquivó a los terrenos incómodos, con maestría y delicadeza; Mejor... imposible también, pero en clave de comedia romántica y con el inoxidable Jack Nicholson al frente. El romance de Whitney Houston y Kevin Costner en El guardaespaldas traspasó la pantalla, al ritmo del hit de moda en los 90: “I Will Always Love You”. Un año que se ocupó del amor en todas sus formas. En esta nota hacemos un repaso por las historias de estas 5 películas, que fueron las que más interesaron a los lectores de LA NACION.

Garganta profunda: la película que cambió la historia del cine porno

¿La película más emblemática en la historia del cine condicionado mundial nació a partir de chismes de peluquería? Así fue . Corría la década del 70, y estaba a punto de aparecer una bisagra en la historia del género para adultos. Con poco más de veinte años y una habilidad única para los negocios, Gerard Damiano era dueño de tres peluquerías, además de fotógrafo amateur. De los comentarios de sus clientas bajo el secador de pelo sacó la idea para hacer un largometraje pornográfico, pero quitándole el estigma de “clandestinidad” que dominaba al rubro.

La vida lo cruzó con Linda Boreman, según su recuerdo una chica de “botas militares, una vieja campera del ejército, y un gorro de lana hasta las cejas”, que cambió su apellido al más erótico Lovelace, tiró a la basura el gorro y se convirtió en la musa inspiradora y protagonista del guion. Y sucedió: entre desnudos, un argumento tan simpático como absurdo, prohibiciones, la participación de la mafia y una actriz fetiche, Garganta profunda abrió el camino para lo que vendría después.

Mejor... imposible: un éxito impensado que comenzó con una guerra de protagonistas

Mejor Imposible (As Good As It Gets)
Mejor Imposible (As Good As It Gets)

Aunque llegó tarde al reparto de gloria -se estrenó en 1997-, Mejor... imposible es una de los últimos exponentes de la comedia bien entendida, esa que hace rato no se ve por casa. Jack Nicholson era Melvin Udall, un tipo desagradable en más de un sentido, que solo caía simpático por el actor que lo interpretaba. Además de una personalidad complicada y muy pocos amigos, tenía un trastorno obsesivo-compulsivo que, entre otras cosas, lo llevaba a no poder pisar los espacios entre baldosas en la calle. Una locura. Sin embargo, el amor todo lo puede, y conocer a una mesera de nombre Carol (Helen Hunt después de Mad About You) podía cambiar su realidad. Y más cuando se sumaba al grupo el vecino de Melvin, Simon (Greg Kinnear), alguien no apto para su homofobia.

Divertida, emotiva, con un terceto protagonistas insuperable, Mejor… imposible llegó, gustó y ganó. Fue una de las películas más vistas en el año de su estreno y su éxito develó una serie de entretelones que incluían el rechazo de su protagonista femenina y las dudas sobre la elección de Greg Kinnear frente a un Woody Harrelson que estaba dispuesto a todo para quedarse con el papel.

Secreto en la montaña: una adaptación precisa y dos actores inolvidables

Jack Gyllenhaal y Heath Ledger, los protagonistas Secreto en la montaña
Jack Gyllenhaal y Heath Ledger, los protagonistas Secreto en la montaña

Desde el principio fue un film de difícil concreción. El cuento de Annie Proulx en el que se basaba el guion de Secreto en la montaña era difícil de adaptar porque se trataba de tocar fibras muy íntimas, con sensibilidad y sin trazo grueso, en un entorno acostumbrado a otro tipo de historias. Era un western, sí, pero que incluía una historia de amor homosexual . Ang Lee dijo “sí” después de que Gus Van Sant se dio de baja, y llegaron Heath Ledger y Jake Gyllenhaal para hacer lo que Matt Damon y Joaquin Phoenix no se animaron.

Las dudas de Lee se centraban en la mejor forma de trasladar a imágenes las palabras del texto original: “Sentía que debía ser leal a lo que había escrito, resolver desde lo visual ciertas secuencias, como el beso en la carpa. Es más, le dije: ‘Annie, tu prosa es muy difícil de trasladar al cine’ y me respondió con una sonrisa: ‘Bueno, ese es tu problema’”.

Este trabajo y el que realizó en Batman: el caballero de la noche, marcaron los dos últimos éxitos de Ledger, que falleció de sobredosis el 22 de enero de 2008, a los 28 años.

El guardaespaldas: cuando el fuego y la pasión traspasan la pantalla

Whitney Houston y Kevin Costner, en una escena de El Guardaespaldas (1992)
Whitney Houston y Kevin Costner, en una escena de El Guardaespaldas (1992)

Más allá de lo que infiere su título, mucho, lo que se dice mucho, de la trama uno no se acuerda. Y es que El guardaespaldas fue primero la canción de Whitney Houston, la historia de amor de su personaje con el de Kevin Costner (con beso incluido, que en su momento levantó el dedo acusador y racista de unos cuantos), y no mucho más. Por eso, el detrás de escena resulta mucho más interesante de lo que se vio en pantalla. L awrence Kasdan, un experto en estas lides, escribió el guion en la década del 70, y este fue rechazado 62 veces consecutivas.

Recién en 1992, Mick Jackson (a los que no les suena el nombre debe ser porque después de esta película no hizo nada memorable) agarró la batuta del proyecto y se puso detrás de las cámaras. Costó también encontrar a los protagonistas perfectos, como así también incorporar a la película el hit “I Will Always Love You” sin que pareciera una actuación de Pimpinela en una película de Enrique Carreras. Hay más curiosidades que giran en torno a El guardaespaldas: nada es lo que parece, ni siquiera el póster.

Boogie Nights: una película de la que muchos se avergüenzan

Si Garganta profunda había sido una pieza clave en el nacimiento de la industria del porno, Boogie Nights fue una de las películas que mejor retrató esa época. La película de Paul Thomas Anderson se inspiraba en la vida de John Holmes, el primer gran astro del cine condicionado, que murió de VIH en 1988. Mark Wahlberg y Burt Reynolds fueron los protagonistas y aunque el éxito fue un espaldarazo para sus carreras (que ninguno de los dos supo aprovechar), las internas antes, durante y después del rodaje ofrecieron un lado B de la historia, que terminó en un todos contra todos: Reynolds queriéndose agarrarse a piñas con el director, Wahlberg avergonzado de haber participado en el film, y una serie de escándalos del estilo.

Aunque no aparezca en la película, el que salió más beneficiado fue Leonardo Di Caprio, que le dijo que no al proyecto para protagonizar la historia del Titanic. El otro coletazo fuerte de Boogie Nights lo recibió Heather Graham, que había quedado tan encasillada en el rol de chica hot, que estuvo a punto de aceptar un papel en un film Triple X. La oferta de Mike Myers para sumarse a la segunda parte de Austin Powers la mantuvo activa hasta que el cimbronazo profesional y económico había pasado.