Me han diagnosticado SIBO, ¿cómo debe ser mi dieta?
No nos equivocamos al afirmar que una de las palabras de este 2023 que afronta ya su último trimestre sería SIBO. Una auténtica desconocida para muchas personas hace apenas unos meses, pero de la que cada vez se habla más, quizá por tratarse de un problema de salud infradiagnosticado hasta hace bien poco. Estamos ante una colonización anormal dentro del intestino delgado formada por bacterias que normalmente se encuentran en el colon. “La fermentación por estas bacterias de nutrientes en la luz del intestino delgado provoca la formación fundamentalmente de dos gases, hidrógeno y metano. Es un problema de salud infradiagnosticado, pues muchas personas padecían los síntomas, sin que se decidiesen a acudir a un médico”, nos cuenta el doctor Pedro Mora, jefe de Aparato Digestivo de la Unidad de Digestivo y Cirugía General Vithas CMED del Hospital Universitario Vithas Madrid La Milagrosa.
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La dieta cuando se diagnostica SIBO
Y nos planteamos una pregunta, una vez que se diagnostica, ¿cómo debería ser nuestra dieta? Es, sin duda, una cuestión que se hacen muchos pacientes que ven cómo con este diagnóstico parecen encontrar una explicación a sus problemas digestivos y ven el momento de ponerse manos a la obra para tratar de solucionarlos. ¿Es la dieta un factor fundamental en el caso de que nos diagnostiquen este sobrecrecimiento bacteriano? “Llevar una dieta puede ayudar a reducir los síntomas y el recuento de bacterias, pero no debe ser la única medida. La modulación del sueño, una adecuada actividad física, la modulación del estrés y el espaciamiento entre comidas, dejando más de 4 horas de diferencia, se han considerado de gran ayuda para reducir la sobrepoblación de bacterias. Además, debe realizar también un tratamiento antibiótico que le prescribirá su médico”, nos comienza explicando el doctor Mora.
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Así debe ser su dieta
Partiendo de esta premisa, en el caso de un paciente a quien se le diagnostique SIBO, ¿cómo debe ser su dieta? ¿Qué debe comer? El especialista nos dice que lo que se recomienda es una dieta pobre en FODMAP, que son las siglas de: Fermentables, Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos, Azúcares y Polialcoholes.
“La dieta excluye estos componentes que inducen la producción de gas debido a la fermentación. Debe realizarse una primera fase de 4-6 semanas, seguida de una segunda fase en la que se van reintroduciendo los alimentos inicialmente retirados, con el fin de ir comprobando la tolerancia individual. La lista de lo que debe comer es muy larga, por ello debe estar supervisada por un médico o un nutricionista. Pero se pueden tomar aceites vegetales, carne, pescado, huevos, leche sin lactosa y diversas frutas, verduras, cereales, legumbres, frutos secos, grasas y azúcares”, nos explica el doctor.
Una dieta personalizada, fundamental
Hablamos también al respecto de la dieta con Elisa Blázquez, especialista en Nutrición, quien nos explica que, basándose en su propia experiencia en consulta, la dieta en el SIBO debe ser totalmente personalizada, pero coincide en que hay patrones como la FODMAP que se utilizan en el SIBO de forma habitual para el control de los síntomas. En su opinión, “no debemos generalizar con esta dieta como un patrón estático para todo el mundo porque no estamos valorando a la persona y sus hábitos para conseguir un patrón de alimentación que realmente le ayude”.
“Lo que sí recomiendo es que, aunque se realice esta dieta para controlar los síntomas unas semanas, debido a que reducen los alimentos que generan un exceso de fermentación propiciado por las bacterias que hay en intestino delgado, siempre se entienda como una estrategia para disminuir síntomas y nunca como una dieta definitiva que debe perdurar en el tiempo”, nos comenta la nutricionista, que añade que es muy importante valorar la tolerancia que cada persona tiene a los distintos alimentos, mejorar las causas que llevaron al SIBO y restablecer, lo antes posible, una dieta antiinflamatoria que contribuya a mejorar la salud global del intestino.
“La dieta FODMAP puede ayudar en muchos pacientes a reducir los síntomas en la primera fase de tratamiento, que puede durar 2-3 semanas, después, lo ideal es ir incluyendo los alimentos progresivamente. Sí que es fundamental llevar una alimentación ordenada, evitar el consumo de azúcar y ultraprocesados, evitar el picoteo constante, comer despacio y masticando muy bien para favorecer una correcta digestión, hidratarse bien fuera de las comidas”, explica la experta. E insiste en una idea fundamental: tratado el SIBO no quedan tratadas las causas que nos llevaron al SIBO. “A menudo, está muy condicionado por el estrés y por la falta de organización en nuestra manera de comer y todo ello debe abordarse de manera integral y personalizada”, nos dice.
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¿Hay alimentos que debería evitar?
Para el doctor, la lista sería igualmente muy larga, por lo que enumera algunos de los más utilizados en la cocina:
Leche y derivados: con lactosa.
Frutas y verduras: manzana, melocotón, melón, sandía.
Verduras: ajo, cebolla, brócoli, coliflor, lechuga, champiñones.
Farináceos: judías, garbanzos, lentejas, cereales integrales, trigo, salvado.
Endulzantes: fructosa, miel, siropes.
La pregunta es si con una dieta adecuada se puede conseguir un control de este problema de salud. En opinión del doctor Mora, evidentemente una dieta adecuada y controlada por un especialista va a ayudar a controlar este problema, pero hay que tener en cuenta, como decíamos antes, que la dieta no es la única causa que favorece el SIBO. “Ciertas intervenciones quirúrgicas, enfermedades, estados de inmunodeficiencia, alcoholismo, edad avanzada y algunos medicamentos, son factores que favorecen el desarrollo del SIBO, y si se corrigen ayudarán a su control”, nos explica.
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Síntomas del SIBO
¿Cuáles son los síntomas que alertan de que podemos padecerlo? “Los síntomas que suelen aparecer cuando se padece son, diarrea persistente, meteorismo, sensación de saciedad y una acumulación y expulsión excesiva de gases. En el caso de que el sobrecrecimiento sea por bacterias que producen metano, lo que provoca es estreñimiento. En casos severos podemos encontrar déficit de vitaminas y anemia”, detalla el especialista de Vithas.
¿Por qué ahora se han multiplicado los diagnósticos?
“Su incidencia ha aumentado, calculándose que algo más de un 30% de la población puede padecerlo. También las personas están siendo conocedoras del problema y acuden mas al médico para buscar ayuda. También ha influido en un mayor número de diagnósticos, el que éste se hace mediante el test del aliento, un test cuya disponibilidad en muchos laboratorios ha aumentado, pudiendo, por tanto, acceder a él con mayor facilidad. Es un test sencillo y no invasivo, lo que favorece el que la gente quiera realizarlo”, nos explica el especialista.