Diego Luna analiza los méritos, los riesgos y las posibilidades de 'Andor' antes de las nominaciones al Emmy
En septiembre de 2022, cuando “Andor” debutó en la plataforma de Disney+ mediante el lanzamiento simultáneo de sus primeros tres episodios, los seguidores de Star Wars, pertenecientes a múltiples generaciones y a diferentes países, se encontraron de algún modo divididos.
Quienes habían adorado “Rogue One” (2016), la película con el tono más oscuro de toda la franquicia hasta el momento, sabían de algún modo lo que podían esperar, porque esta era una serie que se presentaba como una precuela de la cinta y que, además de tener al mismo intérprete en el papel estelar (Diego Luna como el líder revolucionario Cassian Andor), había sido creada por el mismo guionista, Tony Gilroy.
Por su lado, los adeptos a la rama más familiar de la saga, así como los espectadores casuales de la misma, quedaron inicialmente desconcertados ante un show televisivo que limitaba considerablemente las batallas espaciales, prescindía de caballeros jedi y eliminaba casi por completo a las criaturas extrañas de rigor para ofrecer en cambio un ‘thriller’ de alto vuelo con una impronta inusitadamente realista y un decidido peso político.
Sin embargo, con el paso del tiempo -y de los episodios-, el consenso de los fanáticos es que esa primera temporada es una obra mayor que supera con creces a muchas de las producciones surgidas de Lucasfilm en los últimos años. Y esto se debe no solo a una elaboración narrativa que permite conocer de primera mano las motivaciones y los conflictos de todos los bandos en pugna, sino también a la presentación de unos diálogos inusualmente inteligentes que le han brindado escenas memorables a actores de la talla de Stellan Skarsgård (quien interpreta a Luthen Rael, un comerciante que trabaja en secreto para la Alianza Rebelde), Genevieve O'Reilly (quien se pone en piel de Mon Mothma, una senadora el Imperio) y el mismo Luna.
Existe, por lo tanto, un considerable interés en la segunda temporada, que concluirá de manera definitiva la historia y que se está grabando actualmente, con la finalidad de ser estrenada en agosto de 2024. Como era de esperarse, los detalles de lo que se verá se mantienen estrictamente en secreto.
Sea como sea, esa temporada inaugural se encuentra nuevamente en boca de todos debido a las posibilidades que tiene en la ceremonia del Emmy que se realizará recién el próximo 18 de septiembre, pero cuya lista de votaciones se cierra el 26 de este mes. En vista de la aclamación crítica que ha recibido, “Andor” es una apuesta casi segura en el rubro de Mejor Serie Dramática; pero hay otras áreas que podrían darle nominaciones adicionales.
Y estas incluyen la de Mejor Actor en una Serie Dramática, que, en el caso de producirse, beneficiaria a Luna, el actor mexicano que fue nominado ya a un Globo de Oro por este papel y que, por supuesto, ha sido parte de producciones tan populares como “Y tu mamá tambien” (2001), “Narcos: México” (2018-2020) y la citada “Rogue One”.
Esta posibilidad empujó al celebrado actor a ofrecernos la entrevista que transcribimos a continuación, pese a que esta se llevó a cabo cuando se había cruzado la barrera de la medianoche en Londres, ciudad en la que el intérprete se encontraba debido justamente a las grabaciones de los 12 capítulos con los que se despedirá de Cassian, quien, al final de la primera temporada, había abandonado ya sus reparos para unirse a la Rebelión con el fin de asumplir a plenitud su compromiso de combatiente armado.
Diego, más allá del tono mucho más oscuro que tiene esta historia en comparación a otras que se relacionan al mismo universo, y más allá de la complejidad de los personajes, ha llamado la atención el tratamiento indudablemente político que se le ha dado al asunto de la Rebelión. Cuando George Lucas hizo la primera trilogía, estaba pensando en los nazis, aunque él también ha dicho que el Emperador aludía a Richard Nixon. En este caso, la amplitud es mayor, porque hay referencias a la Revolución Rusa y a muchos otros movimientos de insurrección.
Stellan Skarsgård ha dicho por su lado que el personaje que interpreta tiene que ver con el Che Guevara, mientras otra gente había dicho ya que el personaje de Saw Gerrera, interpretado por Forest Whitaker, estaba basado en el mismo guerrillero argentino. ¿Te inspiraste tú en algún personaje histórico al momento de interpretar a Cassian?
No me inspiré en una figura específica, porque no lo reduciría a eso, pero sí en eventos sociales que he tenido la oportunidad de estudiar o de conocer a través de lo que se ha escrito sobre ellos. Esto tuvo que ver con la amplia experiencia latinoamericana con las dictaduras. También se habla de la migración forzada. Y es inevitable pensar en los problemas que se dan en la frontera que existe entre Estados Unidos y México.
Hay muchísimos referentes, tanto para los actores en términos de interpretación como para los que se encargaron del proceso de escritura. En eso, la serie es muy pertinente, porque los seres humanos tendemos a repetirnos; creemos que hemos llegado finalmente a un buen momento, y nos damos cuenta después de que volvemos a estar mal.
Esta es una serie que habla sobre la opresión, sobre la importancia de la lucha comunitaria, sobre el poder que tenemos cuando nos ponemos de acuerdo, actuamos juntos y respondemos juntos. En ese sentido, la serie tiene un pulso muy poderoso, porque habla del origen de una revolución y de todo lo que eso conlleva.
Profundizar en esta clase de temas no es algo que se podría esperar necesariamente de una compañía como Disney, que parece estar tomando varios riesgos en los últimos tiempos, pero que en la mayor parte de su historia ha sido sumamente conservadora.
El hecho de que seamos nosotros los que estamos contando esta historia ya es un riesgo, ¿no? E incluso sin serlo, lo que presenta aquí es un mensaje diferente. Yo no crecí viendo historias donde hubiera personajes que se parecieran a mí, al menos en proyectos de esta magnitud, incluyendo los de Star Wars. Las cosas son distintas ahora.
La diversidad cultural y racial que muestra Andor refleja un mundo diferente, que se parece un poquito más al mundo en el que vivimos, donde escuchas todo tipo de acentos. Agradezco la libertad que nos han dado para contar la historia como hemos querido.
Y eso incluye la ambigüedad moral de los personajes. Hay momentos que provocan en el espectador una enorme identificación con el espíritu de los revolucionarios, como sucede, por ejemplo, durante la sublevación popular del último episodio. Pero la serie no trata necesariamente de decir que los rebeldes son unos santos. Algunos de ellos actúan de manera reprobable o sacrifican incluso a sus compañeros en aras de la causa general. No se intenta ofrecer una imagen idealista del luchador social.
Esta es sin duda una serie que busca el contraste, que busca la contradicción, que busca presentar la vida de seres que están sobreviviendo sin entrar en juicios morales. Estamos ante personas que toman decisiones complejas en un entorno complejo. Uno de los propósitos principales era contar una historia que sucede en un contexto en el que no queda otra que una revolución.
Pero una revolución no es la primera instancia. Para que una revolución llegue, se tiene que haber tocado fondo. ¿Y cómo se llega a eso? ¿Cómo se vive la opresión? ¿Qué genera un despertar social? ¿Y cómo se termina este por articular? En efecto, el proceso está lleno de errores y de contradicciones.
Hay incluso bandos muy distintos dentro de las mismas filas rebeldes. No parece haber una doctrina que los unifique, y algunos participan simplemente para favorecer sus intereses personales. Eso hace que todo se vuelva más interesante en términos dramáticos.
Y hay historias interesantes en ambos lados. La serie retrata a ciudadanos que se encuentran del lado que no es tan popular, pero que están tratando igualmente de ser la mejor versión de sí mismos. Esto es sobre gente que sobrevive. En ese sentido, se agradece mucho el punto de vista de Tony Gilroy, el escritor, que tiene la regla de no juzgar a sus personajes, sino de tratar de entenderlos y de darles coherencia para que lo que está en pantalla sea verosímil.
Hablando de Tony, tengo entendido que él no está en estos momentos presente en el set debido a su compromiso con la huelga de guionistas, a diferencia de lo que ocurrió durante la primera temporada. ¿Cómo ha afectado su ausencia al ambiente en general y a ti en particular?
Es difícil, porque, por un lado, lo extrañamos por una cuestión de equipo y de familia. La serie ya estaba escrita antes de que la huelga empezara, pero su compañía diaria es algo que se extraña. El hecho de que estuviera ya escrita es la razón por la que seguimos trabajando, porque tenemos una buena relación entre nosotros y una gran responsabilidad con esta historia.
Creo que Tony está haciendo lo correcto. Espero que se llegue pronto a un acuerdo. Pero claro que extraño a nuestro líder, a mi cómplice, porque se trata de un ser humano que, además de talentoso, es encantador.
¿Cómo van entonces las grabaciones de la segunda temporada? Me imagino que es un proceso muy gratificante, pero también muy complicado, ¿no? Sé por ejemplo que hoy terminaste muy tarde porque ayer te atrasaste con una escena. Son situaciones que pasan en esta clase de producciones, pero hay que seguir adelante.
No queda de otra. Pero la verdad es que estoy muy entusiasmado por poder estar filmando esta segunda temporada y que ya estoy sintiendo encima toda la carga emocional de haber presentado una temporada tan exitosa y de despedir esta historia con la segunda. Es un proyecto en el que pensé por mucho tiempo y aquí estamos, con la libertad de seguir contando la historia que nos apasiona y con la certeza de que estamos llegando irremediablemente a un final.
Hay muchas expectativas en esta segunda temporada, así como las hubo en la primera; pero, como lo has dicho, los resultados de lo que se vio ya fueron brillantes. Ahora vienen los Emmys, y parece que “Andor” tiene enormes posibilidades de ser nominada en diferentes rubros.
Incluso si no llegaras a ser nominado como actor, la nominación a Mejor Serie Dramática -que es casi segura, según los entendidos- te afectaría directamente, porque fuiste productor ejecutivo de la producción.
Si se nos nomina como Mejor Serie, será una nominación para las más de 1000 personas que trabajamos en ella. Sería lo más bonito del mundo, un reconocimiento al trabajo de colaboración que hacemos. Somos una comunidad, porque llevamos mucho tiempo trabajando en esto.
Esta es una maquinaria brutal y hay muchísimo detrás de lo que se ve en la pantalla, porque hay construcción, diseño y muchas cosas anteriores y posteriores, como el trabajo de post. Ejecutar 12 episodios por temporada es una labor muy difícil, porque es como hacer cuatro películas en un periodo limitado de tiempo.
Por otro lado, hay mucha gente aquí que merece ser nominada de manera individual, tanto en lo que respecta al reparto como a lo que está detrás de cámaras. En términos de diseño, por ejemplo, tenemos a personas talentosísimas, como las tenemos también en las áreas de vestuario, de maquillaje y de elaboración de los sets. Y también está lo de la escritura y la fotografía, por supuesto.
Trabajo con un equipo del que aprendo muchísimo y que merece ser reconocido. De todos modos, ya han pasado cosas muy bonitas en torno a “Andor”. Nos han nominado a muchos premios y nos han celebrado. Pero lo más bonito que ha pasado es que hemos constatado el modo en que la serie conecta con la gente. Conecta tanto con los que llevan muchos años siguiendo el universo de Star Wars como con personas que nunca le habían entrado a esto.
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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.