Diego Peretti, una separación, un nuevo amor y la increíble historia que no prosperó
Cultor del perfil bajo, Diego Peretti habla escasamente de su intimidad. Sin embargo, se sabe que a los 37 años se enamoró de Natalia Milazzo y fueron padres de Mora, que hoy tiene 20 años. La pareja se separó hace mucho tiempo, luego él e n 2017 conoció a Andrea, con quien hoy convive . “Estoy en pareja y muy bien. El sentimiento es como un combustible para seguir haciendo las cosas, seguir motivándote y estando abierto de cabeza. Es como algo muy vital”, se sinceró el actor en Agarrate Catalina, el ciclo radial de La Once Diez. “¿Si me lo esperaba? No hay edad para enamorarse. Dicen eso y es cierto, me parece. Al menos yo no tengo un cronómetro propio. No me esforcé para que sucediera, pero sucedió”. Y agregó: “Hace un par de años que estoy con Andrea. Estoy enamorado, muy bien, muy contento. Ella no tiene nada que ver con lo actoral. Me acompaña mucho, y yo a ella también”.
En el estreno de la película que lo tiene como protagonista, Más respeto que soy tu madre, Peretti contó que su novia le enseñó algunas palabras en italiano para componer su personaje. “Le dicen ‘La Tana’ y es profesora de italiano. Así que pude aprender gracias a su paciencia y mi perseverancia”.
Por ahora no hablan de casamiento. “Nunca tuve ni con el matrimonio anterior, esa cuestión de ‘hay que casarse sí o sí’. No tengo esa presión”. Y sobre la posibilidad de tener más hijos, aseguró: “La idea es no tener hijos ahora y después no tengo idea. Hoy estoy pensando en qué hago en la semana como mucho. En general, siempre fui así, pero me doy cuenta ahora. No tengo grandes demandas. Me gusta viajar y, cuando puedo, lo hago sin ningún problema. Ese es el nivel que me gusta y soy muy saltarín, me gusta ir de un lado a otro”.
Matrimonios y algo más
En 2000, Peretti se casó con Natalia Milazzo , una diseñadora gráfica que había conocido por amigos en común, con la que tuvo una hija, Mora, que nació en 2002 . Se separó unos años más tarde, aunque nunca se refirió a los motivos ni contó cómo se sentía. De todos modos, hace algunos meses se animó a contar que hace muchos años perdió todos sus ahorros, víctima de una estafa inmobiliaria, lo que le provocó algunos problemas con su pareja, que en ese momento era Natalia.
A propósito del estreno de la película Mamá se fue de viaje, habló de su propia experiencia de pareja: “Nunca fui un gran soñador de ese ideal, pero la vida me llevó a hacerlo y hacerlo con ganas, con gusto. Tuve muchos momentos que recuerdo con mucha felicidad, pero ahora estoy en otro plan”.
Sin embargo, se permite hablar de su hija. “Estudia teatro desde chica. Hizo una película conmigo y la hizo por casting y no a dedo. No sé si puedo ser objetivo, pero es buena. Me da un poco de miedo que quiera ser actriz porque conozco la profesión y aunque a mí me fue bien, sé que este laburo tiene un montón de dificultades, y nunca estás del todo tranquilo. Es como si hubiera estudiado medicina, donde también sé cómo son las cosas (Peretti es psiquiatra). Trato de que tenga la menor cantidad de obstáculos improductivos, ya sea logísticos o emocionales, en su vida para que pueda aprovechar todo el talento que la naturaleza le dio positivamente. En eso está mi cabeza. No me engancho ni con celos familiares, ni con envidia, ni con resentimiento, ni con una adolescencia que demanda más de la cuenta o es más indiferente de lo que uno quisiera”, le aseguró a LA NACION.
Y sumó: “Todo eso trato de mirarlo desde un lugar que me da la edad porque algún beneficio tiene que tener cumplir años. Trato de ser una guía cada vez que ella lo requiere. Como los faros o esas luces que te marcan el camino cuando estás perdido. Si yo veo que ella se mete en algún camino que no está bien pavimentado, trato de decírselo de una manera que le llegue, no de una manera autoritaria ni poniéndome el delantal del sabelotodo”. Luego se emocionó al hablar de su vínculo: “Nuestra relación es única. Trato de educarla, y acompañarla en todo. Ella es militante desde lo ideológico del movimiento feminista, y eso provoca charlas y polémicas hogareñas que son muy esclarecedoras, tanto conmigo como con su mamá”.
Además, se extendió en detalles sobre la crianza de su heredera de 20 años: “Me acuerdo de tener una crianza muy feliz de los primeros años. Y de tener una vida hogareña a lo Ingalls porque estaba formando una familia y eso es lindo. Es romántico, épico. Uno se siente el capitán de una aventura, pero después la vida cambia. A mí la vida me está llevando ahora a mirarlo más en perspectiva”. Y señaló después: “Por suerte siempre pude compartir bastante tiempo con mi hija. Soy padre separado y como mi profesión no demanda un horario riguroso, estoy cerca siempre. No soy un padre abocado a su trabajo, desorientado ni desconectado de su vida familiar”.
Un amor que no fue
En un programa en el que compartieron la mesa de Mirtha Legrand, Diego Peretti y Gabriela Michetti revelaron que estuvieron a punto de ser novios. “Fui a un viaje a Bariloche con unos amigos a esquiar. Tenía 22 o 23 años, y a la vuelta durante el viaje en tren, nos hicimos amigos de Gaby”, contó Peretti. Y ella completó: “Venía de Laprida, de visitar a mis papás y me encontré con estos locos divertidos. Nos hicimos amigos en cinco horas. Terminé de novia con uno de sus amigos. Y un día Diego me dijo: ‘Me ganó de mano Juan’”. Y el actor aclaró: “Ella tenía una personalidad así tan linda como ahora, una personalidad avasallante”.