Diego Ramos: las cosas que aprendió en Sex, sus tocs innegociables y por qué no habla de política

Diego Ramos: cómo es ser un chico Sex, sus tocs innegociables y por qué no habla de política
Diego Ramos: cómo es ser un chico Sex, sus tocs innegociables y por qué no habla de política

A Diego Ramos es imposible encasillarlo. Si bien su profesión principal es la actuación, a lo largo de su carrera demostró que puede conducir, ser panelista, seducir en un show erótico, dirigir una comedia o dar clases en la universidad. Mientras planea un 2025 entre el teatro, la radio y la docencia, el actor revela cómo es dejar los prejuicios de lado y desnudarse sobre el escenario de Sex todas las noches.

“Este es el año número seis y estoy feliz de que la gente responda de la manera que responde. No solo que va mucho, sino que la pasa genial en el show. La verdad que es para agradecer”, cuenta quién estuvo en todos los cambios y en todos los elencos que pasaron por la obra de José María Muscari.

-¿Vos también te fuiste transformando en estos años con Sex?

-Nos fuimos transformando los que lo hacemos desde el primer día y el show también. Empezamos con una modalidad totalmente diferente (nos seguían para todos lados) pero ahora es más un show teatral, donde te sentás y podés comer y tomar. A medida que fueron avanzando los años, uno va pensando en sus propios pruritos, en sus propias vergüenzas, en sus propias fantasías o limitaciones y vas avanzando . O corroborás que hay cosas que no te gustan.

-Empezaste más tapadito y ahora uno te ve como Dios te trajo al mundo...

-Ahora sí. Igual en la primera versión yo ya me destapaba, pero en un cuarto para 15 personas. A mi igual la desnudez física nunca me generó nada; no soy tan pudoroso. Me llama más la atención la proximidad y el contacto desde lo erótico. Con los años me fui convirtiendo en el vínculo entre la gente y el show.

-Esta obra despierta un montón de fantasías y hay actores que no se lo permiten… ¿Tuviste que convencer a alguno para que acepte hacerlo?

-Hay mucho prejuicio. El otro día, por ejemplo, fue Matías Martín (porque está su hijo Luca) y dijo: “Si mi hijo no hubiera estado, no hubiera ido”. Y después realmente se sorprendió y se dio cuenta del gran prejuicio que tenía con el show. Me parece que tiene que ver con algo que la gente supone que nos vamos a meter demasiado con ellos, que van a quedar muy expuestos y nada de eso sucede. Sabemos leer muy bien a la gente. Respecto a tu pregunta, a mí no me tocó tener que convencer a nadie pero Julieta Ortega, por ejemplo, sí llamó a Matías Martín para que venga.

-Imagino que te habrán pasado situaciones de gente que te haya esperado o mandado mensajes después del show...

-No sé si genero tanta fantasía porque a mí no me pasó mucho. Sí me llegan mensajes tipo: “¡Qué lindo!” pero más del lado artístico y eso me copa porque creo que está muy marcado el rol que yo tengo en la obra. Además, tampoco doy lugar. No tengo esa impronta sexual tan marcada tampoco en la vida. Entonces no me pasa. A otros compañeros sí, y bueno… Cada uno elegirá por dónde quiere seguir.

-Al tener que mostrar tu cuerpo, ¿sos muy estricto a la hora de cuidarte?

-Hace muchos años me atiendo con un médico nutricionista que me enseñó a comer sin grasas. Lo que primero empezó como una cuestión estética para que se me vayan los flotadores después se transformó en una cuestión de salud. Soy extremadamente metódico y la verdad que no me cuesta; no es un sacrificio . Cuando tengo que darme un gusto, lo hago sin ningún tipo de problema.

-¿Es verdad que tu único gusto es el sushi?

-El sushi y el pochoclo, aunque el pochoclo no engorda. No me tienta mucho lo dulce entonces no tengo grandes inconvenientes con la comida. Y entrenar me gusta mucho. Entreno de lunes a sábados una horita. Si no tengo ganas, no lo hago.

-Volviendo a Sex, nunca faltaste a una función. Inclusive cuando murió tu papá… Contame como es esto de “el show debe continuar”.

-Para mí el show debe continuar si vos querés continuarlo. Yo estoy de acuerdo con la gente que le pasan cosas y no tienen ganas de ir, o se sienten mal y no lo hace. A mí me pasó ese día que justo era plena pandemia y estamos haciendo la obra virtual, desde casa. Me avisaron que mi papá estaba mal, hice lo que tenía que hacer y después me fui a verlo. No iba a cambiar mucho si llegaba antes o después. Y además me fui preparando para ese momento. Para mí es una gran responsabilidad hacer teatro . Hay gente que me escribe que ya tiene la entrada para dentro de dos semanas entonces siento esa responsabilidad de cumplirles.

Diego Ramos en Sex
Diego Ramos en Sex - Créditos: @Gerardo Viercovich

-Estuviste un tiempo radicado en Colombia. ¿Cómo fue la experiencia?

-Genial. Primero, porque el pueblo colombiano y el país es maravilloso y además, en esa época que era la década del 2000, cobraba en dólares; lo que me permitía viajar cada mes para acá o llevar amigos y familia para allá. Me podía dar esos lujos y esa tranquilidad. Estaba muy feliz. Cuando me llegó el llamado era una época muy complicada de Argentina entonces ir a ganar en dólares era un privilegiado total. Ese llamado que era para cuatro, cinco o seis meses se extendió a cuatro años. La verdad que he creado muchos lazos y me llevé gente muy valiosa. El país geográficamente y a nivel humano es hermoso.

-¿Los viejos acompañaron siempre la carrera? ¿Les gustaba que su hijo se dedicara a la actuación?

-Sí y no. En gran parte, ellos son responsables porque han ido siempre a recitales, a shows, a conciertos. El arte estaba muy presente aunque nadie lo ejercía en la familia, pero sí se necesitaba un título o un estudio universitario. Cuando salí de la secundaria, empecé a estudiar teatro y publicidad, pero a los seis meses dejé la carrera porque para mí no tenía sentido. Sabía que era algo que estaba estudiando para ser socialmente aceptado, no porque me gustara. Empecé a laburar de cadete y a costear mis estudios y al poquito tiempo empecé a laburar en tele. Entonces ya me ganaba mi plata, mis cuentas me las pagaba yo y nadie me podía decir nada.

-¿Y te seguían?¿Te criticaban?

-Sí, me seguían. Yo supongo que la primera vez que salí en tele mi mamá fue al mercado a pasearse un poco (risas). Varios años después de que mi papá fallezca, me encontré con una persona que era visitadora médica y me dijo: “Cada vez que yo iba al consultorio, tu papá se sentaba y me mostraba tus retratos. ‘Este es mi hijo que trabaja en la tele’, me decía”. Me dio mucho placer porque estaba orgulloso. No era algo que todo el tiempo te mostraba pero estaban todos muy contentos.

-¿Y con tu exposición cómo se llevaban?

-Re bien porque la verdad yo soy muy tranquilo. No genero grandes controversias ni situaciones de que se tenga que hablar de mí . Digamos que mi vida no cambió para nada.

Diego Ramos:
Diego Ramos: "Soy muy tranquilo. No genero grandes controversias ni situaciones de que se tenga que hablar de mí"

-Hiciste muchas cosas pero me da la sensación de que Montaña Rusa fue un producto que dejó su huella. Incluso una vez por mes se juntan con el elenco, ¿no?

-Sí, se charla en el WhatsApp y todo. Éramos tan jovencitos (teníamos todos 16, 17, 18 años) que nos unió para toda la vida. Y nos unió gracias a gente (directores y productores) que nos explicó que era una alegría poder trabajar en un éxito así, que no todos los trabajos iban a ser así en la carrera, que cada uno tenía su lugar; desde los más secundarios hasta los más protagónicos pero que todos éramos importantes. Fuimos muy bien educados. Nosotros realmente sentíamos que formábamos parte de un todo, que sin nosotros no se hacía. Sin dudas, es el programa en el que aprendí, el que más me enseñó.

-Cuando se juntan, ¿fantasean con volver a hacer algo todos juntos?

-Sí, hubo y hay algunas ideas. Pasa que no nos ponemos de acuerdo (risas). Algunos quieren que sea un evento, otros quieren algo más artístico. Salvando las distancias, cada vez que se juntan los de Friends o Beverly Hills, decimos: “Bueno, juntémonos a hacer algo”.

-Sos actor hace muchos años pero también, sos muy fanático del mundo del espectáculo. ¿Qué te pasa cuando tenés que opinar y hablar de otro?

-Opinar me cuesta más porque a mí no me gusta que opinen de mí. Entonces no quiero abrir una puerta que después no puedo cerrar. Si yo hablo de los demás, ¿por qué no van a hablar de mí? Además uno en la tele opina desde la propia vara, desde la ética y la moral que tiene cada uno y a lo mejor esos valores no son los mismos para todo el mundo. Entonces siempre que opino, trato de hacerlo desde lo que yo veo sin juzgar; a no ser que sean cosas muy tremendas.

-Te llaman mucho para ser panelista… ¿Con Rial, por ejemplo, la pasaste bien?

-La pasé bien. En realidad, me costó acomodarme porque el proyecto iba a ser otro. Al principio iba a ser más de humor, un Bendita, ponele, e inmediatamente trocó a otra cosa. Muchas veces no me sentía preparado o no tenía nada interesante o inteligente para decir entonces prefería quedarme callado. Prefiero parecer medio tibio, pero no decir cualquier cosa con tal de llenar el tiempo. Y más si hay gente preparada que puede opinar entonces en algunos momentos me quedaba tecleando pero dentro del proyecto y dentro del producto, yo la pasé re bien.

-¿Y con Carmen Barbieri?

-Carmen es lo más, la amo con toda mi alma. Es una compañera ideal, una madre. Labura de sol a sol y cero divismo. Es una gran conductora, no solo de TV sino de grupo; una gran cabeza. Yo la pasé genial y la extraño todos los días de mi vida.

-¿Volverías a trabajar de panelista de televisión porque a vos te gusta conducir?

-Sí, claro. Me gusta mucho conducir porque la diferencia es que el panelista sí sabe de ciertas cosas mientras que el conductor es como un medio entre la gente y el panel. Yo conduzco mucho desde la ignorancia porque hay un montón de cosas que no sé pero hay gente que está preparada para contármelo y explicármelo. Entonces por eso me gusta más la conducción. Pero de panelista me divierto mucho.

Diego Ramos:
Diego Ramos: "Es muy fácil convivir conmigo, eh. Ordeno, limpio y no genero esas situaciones de 'poné el vaso en otro lugar'”

-¿Y qué te gustaría conducir?

-Cualquier cosa. El magazine me gusta. Yo me crié con Utilísima, con hacer la figura en mazapán y todas esas cosas (risas). Esa tele me gusta mucho.

-¿Y los realities?

-Sí, un reality me gustaría. Los veo, me divierten.

-¿Te gusta Gran Hermano?

-Este año no lo estoy viendo tanto porque justo me agarró en un momento donde estoy viajando, yendo y viniendo. Pero he tenido épocas donde dejaba las 24 horas del día prendida la tele mientras limpiaba y renegaba que los chicos no estaban despiertos (risas).

-Hablando de eso, sé que tenés varios TOCS importantes… ¿Es verdad que en tu casa todo tiene que ser blanco o negro?

-No sé si el orden o la limpieza se pueden considerar un TOC pero… Hace muchos años decidí que todo sea blanco y negro porque es más fácil. Por ejemplo, hoy vine acá y no pensé lo que me tenía que poner.

-¿Te pasa también con la decoración?

-Sí, con casi todo. Mi árbol de Navidad es todo negro; lo pinte yo y me quedó hermoso (risas).

-¿Y qué pasa cuando alguien te regala algo que no es blanco o negro?

-No pasa nada, no entra a casa (risas). Alguna vez la persona con la que convivo me ha traído un tupper con una tapa roja y bueno, está pero en un cajón. Igual es muy fácil convivir conmigo, eh. Ordeno, limpio y no genero esas situaciones de “poné el vaso en otro lugar”.

-¿Te llevás bien con las redes sociales?

-Me llevo bien. Hay cosas que no me salen y otras que me salen más fácil. Soy medio perezoso para subir cosas. Me juzgo y digo: “¿Esto a quién le puede importar?”. Entonces, tengo como muy marcado un estilo: perros, calzones, entrenamiento y limpieza. Igual no hay mucho más para mostrar (risas).

-¿Y Twitter?

-No tengo. O sea, una vez tuvimos que abrir uno para generar contenido para Sex virtual y me quedó. Cada tanto leo pero hay como mucha agresión, mucha violencia. También hay mucha gente muy graciosa. Hay momentos que me encuentro riéndome a carcajadas.

-Recién hablabas de tus perros, eran cuatro y ahora quedan tres. ¿Cómo fue contar que se fue?

-Lo conté casi en el momento que pasó. Primero, porque me salió expresarlo y compartirlo al mundo. Y segundo, porque a mí me sigue mucha gente por los perros, entonces sabía que iban a preguntar. Para mí fue tremendo. Fue una gran tristeza. Yo me llevo muy bien con todos mis perros pero para ese especialmente yo era su vida. Estaba todo el tiempo conmigo. Con mi viejo (no lo quiero poner al mismo nivel) pero con 86 años y una enfermedad, yo me preparé más. En cambio esto fue muy inesperado. Me costó un montón y me cuesta . Ninguno se sube a los sillones, solo él se subía y me había quedado una pata de él ahí marcada. Yo no lavaba esa funda porque pensaba “el día que la lave, se va”. Fue la última marca que dejó en la casa y lo recuerdo todos los días. Me quiero tatuar su nombre y sus patas. No tengo ningún tatuaje pero es la primera vez que sentí lo que puede llegar a significar un tatuaje.

Diego Ramos y su perro Porthos, quién falleció hace unos meses
Diego Ramos y su perro Porthos, quién falleció hace unos meses

-¿Dónde decidiste que descanse?

-En ningún lado. Se lo llevaron, lo cremaron pero no pedí las cenizas porque para mí ya no estaba. Los más chiquitos se despidieron, hasta uno le meó la bolsa antes de que se lo lleven. Y el más grande, el que estuvo toda su vida con él, no se quería ni acercar. Durante muchos días, se ponía mirando a la puerta como esperándolo.

-Ahora estás viajando mucho a Carlos Paz porque estás dirigiendo a Paula (Chaves) y a Peter (Alfonso)… Una obra que, con tu dirección, cambió mucho.

-Yo trabajé con ellos hace cinco o seis años como actor. Los quiero mucho, son amigos. Comparto muchas cosas con ellos, con Paula fundamentalmente. Y cuando me llamaron para la dirección estuve feliz. Dirigir es algo que a mí me apasiona, me encanta, me meto mucho y además sé la importancia que le dan ellos como compañía a lo que quieren generar con la gente, al divertimento y el respeto que tienen por la gente. Entonces me pareció una tarea genial después de tantos años de temporadas ininterrumpidas de mucho éxito. Continuar ese éxito pero darle algo nuevo me entusiasmaba.

-¿Fue difícil dirigir a Pedro que la escribe, sabe los detalles, conoce al público?

-Lo conozco mucho y su humor también entonces traté de darle como la visión más integral desde afuera con su impronta. También está Pachu (Peña), Seba Almada, Viviana Saccone, Noelia Marzol y Paula, a la que siempre le digo que es mucho más actriz y talentosa de lo que cree. Yo también quería que ella tuviera su rol protagónico desde el humor. Y se creó una comedia divina con situaciones muy graciosas. Estoy muy feliz artísticamente y con lo que sucede en la gente.

-¿Cómo sigue tu año?

-Mi año sigue con Sex, con esta comedia que ojalá que venga para Buenos Aires y después empiece a girar, con la radio (estoy en Radio Nacional todas las mañanas) y estoy viendo si puedo seguir con unas clases que estaba dando en la UADE de Teatro Musical, que me encantó y me apasionó hacer. Se generan cosas divinas con las nuevas generaciones.

-¿Qué te pasa con la radio?

- Amo la radio. Yo me crié con la radio, me levanto y lo primero que hago es prender la radio . Me encanta ese tipo de comunicación, me encanta lo que genera la radio en la gente y más Radio Nacional que llega a todo el país.

-¿Qué te pasa con la escucha de la gente?

-Trato de escuchar, de informar y de acompañar, fundamentalmente. Yo voy en el auto o estoy en mi casa y le hablo a la tele, a la radio. A mí cuando el programa me hace sentir que estoy en la mesa con ellos, me genera algo genial. Cuando formás parte de la comunicación o de la vida de alguien, está buenísimo.

-¿Cómo ves a la Argentina?

-La veo convulsionada. Está todo muy violento. Creo que de todos los lados estamos como muy violentos, como muy sin paciencia. Yo creo en un medio y a mí la palabra tibieza no me ofende, no me molesta, no me insulta. Creo que se puede ser tibio en ciertas situaciones y tener tus convicciones, tu ética, tu moral, tus pensamientos sin faltar el respeto ; pudiendo convivir con diferentes visiones.

-Le ha pasado a Nancy (Dupláa), a Pablo (Echarri), a Florencia (Peña) en su momento, esto de ser muy criticados por opinar públicamente de política. ¿Qué te pasa con eso?

-Creo que todos podemos opinar pero no hay tolerancia ni de un lado ni del otro. Tengas la bandera que tengas. A mí me pasa que generalmente hay muchas cosas que no tengo tan claras entonces no genero ese tipo de debate. Lo que sí me parece es que tener tus visiones, tus pensamientos no tiene nada que ver con tu capacidad laboral. O sea, no son ni más ni menos talentosos porque opinen de tal manera. Entonces cuando se los tacha en su trabajo por ciertas cuestiones ahí no me gusta.