Así es como la dieta puede ayudarte si tienes problemas de vértigos o mareos
Todo te da vueltas y te sientes impotente ante esa situación nada agradable. Los vértigos implican una sensación ilusoria de movimiento, es decir, percibir un movimiento sin que realmente se produzca, es una sensación giratoria que ocasiona desequilibrio e inestabilidad. Estamos ante una patología muy frecuente en las consultas hospitalarias, con una prevalencia en torno al 28% de la población. No son, como decimos, un problema menor, pues el vértigo es la tercera causa de consulta en Atención Primaria y en Otorrinolaringología, ya que el 80% de los españoles ha sufrido al menos un episodio una vez en su vida, según advierten los especialistas de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
“El vértigo afecta por igual a hombres y mujeres. Puede ocurrir a cualquier edad, aunque en personas mayores la incidencia aumenta de forma significativa”, explica el doctor Marcos Rossi, presidente de la Comisión de Otoneurología de la SEORL-CCC. “El paciente nota que el entorno gira a su alrededor. También puede apreciar que es él quien se mueve en relación al entorno”, añade. Según estimaciones de la SEORL-CCC, 2.300 personas podrían padecer una crisis de vértigo al día.
¿Puede ayudarnos la dieta si tenemos vértigos?
Lo que nos preguntamos esta vez es si puede la dieta ayudarnos en el caso de que tengamos problemas de vértigos o mareos y así nos lo confirma Cristina Morillo, nutricionista de Blua de Sanitas. “Existen alimentos ricos en vitamina B12, hierro y magnesio que ayudan a mantener la salud del sistema nervioso y la circulación”, nos comienza explicando. Y añade que, por otro lado, reducir la ingesta de sodio puede ayudar a controlar la presión arterial y el equilibrio de líquidos, lo que es crucial para quienes sufren de vértigo. “Ante esta situación, mantenerse bien hidratado y evitar alimentos que desencadenen mareos es beneficioso (alimentos ultraprocesados, enlatados, en salazón…)”, sugiere la experta en Nutrición.
¿Puede lo que comemos desencadenar un mareo?
Otra de las dudas que nos surge es si puede haber desencadenantes alimentarios para los vértigos o mareos. “Así es, por ejemplo, el exceso de sodio puede afectar el equilibrio de líquidos en el oído interno, provocando vértigo. Los alimentos con alto contenido de cafeína y alcohol también pueden contribuir a la deshidratación y a fluctuaciones en la presión arterial”, nos indica la experta.
Se debería evitar el consumo de bebidas alcohólicas, el exceso de café y los alimentos con alto contenido en sal
Alimentos que deberíamos descartar si sufrimos vértigos
Teniendo todo esto en cuenta, parece claro cuáles son los grupos de alimentos que deberíamos evitar en el caso de padecer estos problemas de salud. En opinión de la experta de Sanitas, es recomendable limitar el consumo de sodio para evitar desequilibrios de líquidos y eludir la cafeína y el alcohol, ya que pueden deshidratarte y afectar la presión arterial. “Por lo tanto, se debería evitar el consumo de bebidas alcohólicas, el exceso de café y los alimentos con alto contenido en sal (enlatados, salazones, procesados...)”, nos detalla.
Alimentos que pueden venirte bien
Y en el otro extremo, ¿cuáles podrían ayudarnos a prevenir y a controlar estos episodios tan limitantes? La experta en Nutrición nos explica que pueden ser buenos aliados algunos alimentos, entre los que destaca aquellos ricos en vitamina B12, hierro y magnesio, como carnes magras, legumbres, nueces y verduras de hojas verdes. Además, también sugiere incorporar a nuestra cesta de la compra alimentos ricos en potasio, como plátanos y aguacates, puede ayudar a regular el equilibrio de líquidos y la presión arterial.
Distintos tipos de vértigos
Tal como explica el doctor el doctor Nacho Llópez, otorrinolaringólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “a grandes rasgos existen dos tipos de vértigo: el periférico y el central. El vértigo periférico se debe a un problema en la parte del oído interno que controla el equilibrio (laberinto vestibular) y que puede involucrar el nervio vestibular que es el nervio que conecta el oído interno y el tronco encefálico. En cambio, el vértigo central es debido a la alteración de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular. En estos casos es frecuente la existencia de alteraciones de la marcha y postura con inestabilidad muy llamativa, visión doble, problemas para la deglución o cefalea intensa”.
“El vértigo periférico más común es el posicional o vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), los pacientes relatan el episodio como un ataque de vértigo rotatorio de unos segundos de duración, precipitado por ciertos movimientos o cambios de posición de la cabeza. Los movimientos más comúnmente descritos son el giro en la cama, la extensión del cuello o la inclinación de la cabeza hacia adelante. Los pacientes pueden identificar el lado afectado y son las mujeres, sobre todo a partir de los 50 años, las que más padecen esta patología, duplicando el porcentaje en los hombres”, subraya el profesional.
El VPPB ocurre cuando unas partículas pequeñas denominadas «otolitos» de los canales semicirculares del oído interno se sueltan de su sitio y desencadenan la crisis vertiginosa. Una manifestación muy característica de este tipo de vértigo es que estos mareos se experimentan cuando la persona cambia de posición en el espacio, por ejemplo, al agacharse, levantarse o al girar en la cama.
Así se manifiestan
Según explica el doctor Llópez, “los pacientes, además de la característica sensación de giro de objetos, pueden referir cefalea, náuseas, mareo y sensibilidad a los movimientos de la cabeza en todas las direcciones. Muchos presentan ansiedad y pueden desarrollar conductas de evitación del movimiento que desencadena la crisis de vértigo”. Un correcto diagnóstico y tratamiento por parte de un otorrino resulta fundamental. Los detalles de la historia clínica son muy importantes para el diagnóstico, las características del nistagmo, que es el movimiento involuntario, rápido y repetitivo de los ojos, observadas en las maniobras de provocación o Epley, son suficientes para realizar el diagnóstico de VPPB claramente sin necesidad de ningún instrumento de exploración.
En la mayoría de los pacientes con VPPB, los síntomas son tan típicos que el diagnóstico generalmente es sencillo. Sólo en caso de apreciar síntomas atípicos o hallazgos no concordantes se debe ampliar el estudio, con pruebas auditivas y otros estudios vestibulares. No es necesario realizar pruebas de imagen para el diagnóstico de los casos típicos. “Normalmente, la base del tratamiento del VPPB son las maniobras de reposición de partículas. El objetivo de estas maniobras es transportar los otolitos hasta su sitio. Consiste en hacer determinados movimientos que el explorador realiza al paciente, constituyendo un tratamiento sencillo, que puede llevarse a cabo en la consulta y que posee una alta tasa de éxito en la resolución del cuadro”, apunta el especialista
“En el 44% de los casos la enfermedad se limita a un episodio aislado, mientras que en el 56% los episodios de vértigo son recurrentes. Las recurrencias son más frecuentes durante el primer año tras haber realizado la maniobra terapéutica correspondiente. Se estima que el porcentaje de recurrencia anual es al menos del 15%”, subraya el doctor Llópez.
Consejos para combatir los vértigos
Al margen de tener presentes estos consejos relacionados con nuestra dieta, es importante tener en cuenta qué otras recomendaciones o hábitos pueden ser útiles en el caso de tener vértigo, para tratar de reducir sus síntomas. “Como hemos explicado antes, mantener una buena hidratación y evitar cambios bruscos de posición sería lo más aconsejable. Sin embargo, realizar ejercicios de equilibrio y de la manobra de Epley puede ayudar a aliviar algunos tipos de vértigo, como el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB); conservar un entorno seguro y libre de riesgos, evitar luces intermitentes y estrés excesivo también puede contribuir a manejar mejor los episodios”, nos detalla Cristina Morillo.